Estoy escribiendo mientras la noticia aguarda para llegar a las casas de los limeños esta mañana. Sucedió. Ayer jueves, la alcaldesa de Lima firmó el decreto por el que declara a Lima Ciudad Milenaria.
No estoy soñando. La exquisita locura, el sueño quijotesco, el plan descabellado nace un día como hoy, viernes 13 de enero, que es también el día en el que abrí los ojos por primera vez hace algunas décadas. Si alguien tiene un regalo de cumpleaños que supere esto, que me lo cuente.
La campaña nació en este blog hace dos años. Durante casi todo ese tiempo, unas 20.000 personas, de un universo de 9 millones de limeños, habían leído estos esfuerzos por llegar a todos con esa información que venían desenterrando arqueólogos, arquitectos y otros apasionados, sobre un pasado olvidado, ignorado, perdido. No era suficiente.
Después, El Comercio con gran generosidad nos ofreció su plataforma para darle vida y amplitud a la campaña, y vaya si funcionó. En nada menos que dos meses logramos el objetivo de que la capital reciba este reconocimiento oficial. Increíble y prometedor, porque eso abrió muchas puertas.
La campaña nació en este blog hace dos años. Durante casi todo ese tiempo, unas 20.000 personas, de un universo de 9 millones de limeños, habían leído estos esfuerzos por llegar a todos con esa información que venían desenterrando arqueólogos, arquitectos y otros apasionados, sobre un pasado olvidado, ignorado, perdido. No era suficiente.
Después, El Comercio con gran generosidad nos ofreció su plataforma para darle vida y amplitud a la campaña, y vaya si funcionó. En nada menos que dos meses logramos el objetivo de que la capital reciba este reconocimiento oficial. Increíble y prometedor, porque eso abrió muchas puertas.
Desde su lanzamiento, las muestras de adhesión fueron muchas y muy diversas en su origen como para ser solo un gusto pasajero: universidades, municipalidades, colegios, gestores culturales, arquitectos, arqueólogos, artistas, intelectuales, ciudadanos de a pie, todos nos escribían indicando no solo su apoyo sino su entusiasmo con la idea. Como que algo conectaba muy fondo en cada uno.
Hasta políticos. Sí. Ellos también. Solo que esta vez no para decepcionarnos. Estimulados por una joven congresista, miembros de todas las bancadas firmaron una moción de apoyo a la propuesta para declarar a Lima Ciudad Milenaria. El mismo presidente del cuerpo legislativo fue uno de ellos. El entusiasmo olía a pólvora.
Esto sucedía, lo creo, porque la propuesta tiene sus raíces en una sabiduría ancestral que no podía pasar desapercibida por más tiempo, y sospecho que esa información ya vivía en algún lugar de nuestro inconciente colectivo. Tanta huaca alrededor no podía no haber impactado a algún nivel nuestro cerebro, y a pesar de que la historia oficial durante años nos había obligado a pensar que lo anterior no valía la pena, a algún nivel sabíamos que sí.
Es cierto que no es el final de la ruta. Falta la gran celebración, darlo a conocer a los cuatro vientos (y la Ordenanza, claro). Pero por ahora ya es oficial.
Para los próximos meses la alcaldesa ha anunciado un plan de actividades que pasa por programas educativos, recuperación de huacas, festivales de cultura y más. Ojalá tenga la tranquilidad y el espacio para llevarlo a cabo. En esta página, sin hacer política, siempre hemos creído en su visión de ciudad, que no es una ciudad para la próxima hora o para mañana. Sino una ciudad para todos los días y para el futuro.
Y mientras eso suceda, ya lo podemos decir: vivimos en una auténtica Ciudad Milenaria, Ciudad de Culturas.
Foto: Huaycán de Cieneguilla - detalle de la plaza central con rampa.
Esto sucedía, lo creo, porque la propuesta tiene sus raíces en una sabiduría ancestral que no podía pasar desapercibida por más tiempo, y sospecho que esa información ya vivía en algún lugar de nuestro inconciente colectivo. Tanta huaca alrededor no podía no haber impactado a algún nivel nuestro cerebro, y a pesar de que la historia oficial durante años nos había obligado a pensar que lo anterior no valía la pena, a algún nivel sabíamos que sí.
Es cierto que no es el final de la ruta. Falta la gran celebración, darlo a conocer a los cuatro vientos (y la Ordenanza, claro). Pero por ahora ya es oficial.
Para los próximos meses la alcaldesa ha anunciado un plan de actividades que pasa por programas educativos, recuperación de huacas, festivales de cultura y más. Ojalá tenga la tranquilidad y el espacio para llevarlo a cabo. En esta página, sin hacer política, siempre hemos creído en su visión de ciudad, que no es una ciudad para la próxima hora o para mañana. Sino una ciudad para todos los días y para el futuro.
También es verdad que existe la promesa de pasar la Ordenanza en el mes de junio. Pero eso va a depender de todas las fuerzas políticas.
Junio es un mes muy limeño. Es el peor momento del invierno. El momento más duro, más frío, más gris y más nublado. Es ahí cuando de la nada, plop, surge la flor de amancay. Amarilla, intensa, aguerrida. Qué más limeño que eso. Un pueblo que lleva aquí, construyendo, amando, sufriendo, más de cuatro mil años.
Somos un pueblo resiliente y ese sería nuestro mejor homenaje a nosotros mismos.
Somos un pueblo resiliente y ese sería nuestro mejor homenaje a nosotros mismos.
Y mientras eso suceda, ya lo podemos decir: vivimos en una auténtica Ciudad Milenaria, Ciudad de Culturas.