miércoles, 7 de octubre de 2015

La observación del pasado y los descubrimientos del presente

El caso de la huaca Catalina Huanca (Ate) es uno de los más trágicos ejemplos de pérdida de patrimonio
arqueológico. La teledetección a través del tiempo ofrece oportunidades para establecer
medidas de protección.  Ver imagen 4 más abajo. Foto: Erik Maquera.

A principios del mes de setiembre un grupo de arqueólogos británicos dio la noticia del siglo en ese país: el hallazgo de un enorme templo megalítico muy similar al famoso Stonehenge, solo que más extenso, más monumental y enterrado a un metro de profundidad. Había estado ahí por 4.500 años (coétaneo de nuestra huaca Paraíso) y nadie lo había visto hasta ese momento. 

El lugar, Durrington Walls (según se ve en la foto aérea abajo), se encuentra a solo tres kilómetros del visitadísimo Stonehenge, en el condado de Wiltshire, al oeste de Londres.

Sin necesidad de excavar, y el enorme costo que eso supone, los expertos pudieron identificar unas 90 piedras de más de cuatro metros de altura, dispuestas en un semicírculo, y enterradas debajo del lugar.

Este hallazgo promete cambiar la historia en ese país y el resto de Europa, así como enriquecer aún más el potencial turístico de la zona. ¿Qué había pasado?

La razón fundamental para tremendo cambio fue el uso de nuevas tecnologías: sensores y radares de alta sofisticación. Ese es el nuevo escenario para la arqueología.

El sensacional hallazgo de un Stonehenge aun más monumental, a solo 3km del anterior, se hizo posible por la observación satelital.  Nuevo sitio en círculo, parte superior derecha. Imagen: Google.
La siguiente pregunta cae por sí sola: ¿y qué pasaría en el Perú? ¿Es posible pensar que debajo de los desiertos, las montañas o la tupida selva todavía puede haber tesoros arqueológicos?

Las posibilidades están todas por desarrollar. La Teledetección, como se llama a esta estrategia de observación que permite acercarse a un terreno desde muy cerca (10 metros) o desde muy lejos (650 km), se ha venido democratizando.

De ser una herramienta usada por militares y servicios de espionaje con el tiempo se ha hecho accesible al uso civil y los costos se han abaratado. En ese sentido, su potencial para la arqueología es tremendo, como demuestra el ejemplo de Stonehenge.

En el Perú hace un tiempo trabaja una misión italiana, ITACA, patrocinada por el Centro Nacional de Investigaciones (CNR), dedicada justamente a la detección por satélite del patrimonio cultural en Perú y Bolivia.

Su representante, el arqueólogo italiano Nicola Masini, junto con el peruano Álvaro Higueras, inauguran el próximo 15 de octubre una exhibición con el sugerente título de la MIRADA DE LOS DIOSES. Observación Espacial del Patrimonio Andino.

El objetivo es convencer a autoridades y expertos sobre el valor de implementar esta estrategia de observación y análisis.

Imágenes vía satélite con sensores 3D del sitio Cahuachi, en Nasca. Imagen: Masini/Higueras.
A continuación reproduzco algunos textos adaptados de la información preparada por ellos:

La exposición busca explicar por qué las tecnologías satelitales, disponibles para uso civil, son una herramienta importante para la historia, la conservación y valorización de los sitios arqueológicos en el país.

Esta tecnología incluye: satélites, aviones, drones, sensores, radiaciones electromagnéticas, que permiten observar más datos de lo que puede el ojo humano.

Esto permite observar:

  • La extensión de asentamientos humanos 
  • La planificación del asentamiento, definidos por barrios o calles 
  • Ubicación precisa de monumentos 
  • Ubicación de sus cementerios y saber si han sido huaqueados o no 
Desde los aires se observa cómo las estructuras arqueológicas enterradas interactúan con el suelo y la vegetación, creando formas y texturas de superficie claramente visibles a través de la teledetección.

La observación remota de la tierra con diferentes sensores a diferentes alturas, desde el ras del suelo hasta el satélite, es esencial para “observar” el suelo y subsuelo antes de cualquier excavación.

La verdadera historia de Catalina Huanca en 8 imágenes, desde 2002 a 2014.  La detección satelital
permite observar, sin lugar a dudas, la desaparición paulatina de un sector de este importante
sitio arqueológico, con la flecha amarilla. Imagen: Masini/Higueras.
Otro beneficio del uso de las tecnologías, según sus promotores, es la protección del patrimonio. La teledetección permite saber dónde se produce un saqueo o huaqueo de los sitios y, en consecuencia, tomar medidas para prevenirlo.

Uno de los ejemplos más dramáticos que Masini e Higueras muestran en su documento de presentación es el sitio Catalina Huanca (distrito de Ate), que según señalan “es uno de los casos más tristes de destrucción paulatina del patrimonio peruano”.

El área que rodea el sitio arqueológico, de unos 2.000 años de antigüedad, es una cantera de arena desde hace 45 años (foto de apertura de esta nota). La extracción del material ha destruido importantes edificios prehispánicos en lo que era un terraplén natural dominando el valle.

La serie de imágenes satelitales que cubre el periodo 2002-2014, ponen en evidencia los graves cambios en el terraplén, según se ve con la flecha amarilla.

La meseta artificial a la izquierda contenía algunos sectores del sitio y ha sido carcomida a lo largo de los años.

Lo que estas imágenes también evidencian, es la necesidad de implementar algún sistema de protección y fiscalización de los responsables de estos sitios, así como la necesidad de contar con una estrategia que permita, con menos costos, una gestión más eficiente del patrimonio.

La exposición, que consiste de 19 afiches explicativos, se iniciará en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú de Pueblo Libre el 15 de octubre de 2015, y continuará en otros museos del país.

Más información estará disponible en el sitio web http://www.tiwanakuarcheo.net/mirada/ a partir del 15 de octubre.

El colibrí, imagen emblemática de las Líneas de Nasca bajo observación satelital. Imagen: Masini/Higueras.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Y ahora el DL 1198, o cuando se abrió la tierra y quizás sea lo mejor que haya pasado

Cajamarquilla, ciudadela Lima, año 600 d.C., distrito Lurigancho-Chosica. Foto: Evelyn Merino-Reyna.
(Hacer clic en las imágenes para agrandarlas)

El gobierno anunció este martes una modificación sustancial e histórica a la Ley General de Patrimonio. 

A partir de ahora, nuestras huacas dejan de ser responsabilidad única del Estado y se abren las puertas a la empresa privada. Y esto es quizás lo mejor que le ha podido pasar al legado prehispánico del país en mucho tiempo (pero ojo con los baches).

Haciendo uso de las facultades entregadas por el Congreso para legislar en materia económica y estimular la inversión, el Ejecutivo eliminó la palabra “únicamente” del inciso 6.1 del artículo 6 de la Ley General de Patrimonio (N°28296), que reservaba de manera exclusiva para el Estado la gestión de los bienes arqueológicos. No lo es más.

Y el artículo 5 de la referida ley ya incorporaba un texto señalando que el Estado debía fomentar la participación del sector privado en la “conservación, restauración, exhibición y difusión” de los mismos. No lo había hecho.

En consecuencia, este DL1198 puede verse como una adecuación a lo que ya estaba planteado. Pero, obviamente, ese no es el huaco completo.

Huacas del Parque de las Leyendas, más de 2.000 años de continuidad urbana. La primera ciudad de Lima. Foto: JL.
Las reacciones en redes no se hicieron esperar. Algunas voces han expresado su rechazo por el hecho que el sector privado, cuyo fin es el lucro, pueda beneficiarse de un patrimonio que es de todos.

Los más cautelosos han apuntado al hecho que en manos del Estado los sitios arqueológicos tampoco estaban en condiciones ejemplares, y que de repente hay que darles una oportunidad.

Es claro que existe gran desconfianza. La empresa privada en el Perú no ha hecho bastante para ganarse la confianza y el respeto de los ciudadanos. La destrucción de una de las pirámides de Paraíso hace dos años es un claro ejemplo.

Por eso se necesita un Estado que sepa poner los límites. Tenemos un Estado débil, pero aislando las huacas de las manos de Nosferatu de la empresa privada no lo vamos a fortalecer.

Huaycán de Cieneguilla, culturas Ichsma e Inca. Foto: JL.
CADE 2013 quedará en el recuerdo como el momento en que la empresa privada miró, por primera vez, al legado arqueológico de Lima como una opción de desarrollo.

Ese año el evento anual, que reúne a los más importantes empresarios del país, expresó su interés en buscar la recuperación de algunas huacas de la capital por su potencial turístico.

El ministerio reconoce que existen 19,903 sitios arqueológicos en todo el país. Este es el cálculo oficial frente a los cerca de 100,000 sitios que se supone que existen. A muchos nos gustaría que el Estado se hiciera cargo de esto, pero lo cierto es que no puede y no va a poder.

De repente es hora que entre todos asumamos responsabilidad de lo que es nuestro: empresa privada y ciudadanos.

En las fotos que acompañan esta nota me tomo la libertad de incluir sitios con potencial de desarrollo.
 
Tambo Inga, el mayor centro administrativo inca en Lima Norte, Puente Piedra. Foto: JL.
Soy de la opinión que al abrir las puertas al sector privado, tenemos la oportunidad de crear una normativa donde las reglas estén claras, donde la fiscalización sea una herramienta útil, y donde la sociedad civil tenga una voz.

Pero, evidentemente, el Ejecutivo tiene un serio problema de tacto y comunicación. Todas las medidas que ha pasado en relación a patrimonio cultural inmueble en estos últimos tres años no han salido del ministerio de Cultura, ni han sucedido porque consideran la cultura una prioridad.

La noticia tampoco viene acompañada de otras medidas que refuercen una visión comprometida del Estado: fondos para recuperación de patrimonio; nuevas fórmulas para el financiamiento de la recuperación; estímulos para propietarios de bienes históricos.

Aun así, estoy de acuerdo con esta medida. Se abre una posibilidad concreta para que dinero fresco vaya a la puesta en valor de importantes sitios arqueológicos que necesitan ayuda. Ojo que esta norma excluye a los sitios que son Patrimonio Mundial.

Necesitamos fortalecer los mecanismos de participación de los diferentes estamentos de la sociedad. Necesitamos una empresa privada seria y responsable, y Backus es una muestra de que sí existen.

Huaca La Florida, el templo en U más antiguo de Lima, 3,800 años. Rímac. Foto: JL.
Al final, sería bueno sentir que si las cosas salen bien no es por casualidad. Que hay un ministerio y un Ejecutivos comprometidos con la gran riqueza de este país, que no solo es minera.

En las disposiciones complementarias finales del DL 1198, se señala que en 90 días el Ministerio de Cultura dará a conocer el procedimiento para “el otorgamiento, ejecución y supervisión de los Convenios de Gestión Cultural”.

Solo puedo añadir, háganlo pensando en el mañana y en todos los peruanos. A este gobierno le queda menos de un año y lo que hagan ahora se les agradecerá en el futuro. O el pueblo y Dios os lo demandarán. 

Como siempre, las páginas de este blog están abiertas para todos sus comentarios.


Links:
- DL1198 
- Ley General de Patrimonio

miércoles, 16 de septiembre de 2015

OK, no viene Hollywood, pero mira todo lo que todavía se puede hacer

Jr. Ancash peatonalizado. ¿Espacio muerto? ¿Qué se necesita para activar y dar vida a este lugar? Foto: JL. (Hacer clic sobre las imágenes para agrandarlas)

La nota de la semana pasada generó su dosis de frustración, pena y rabia. No cabe duda que tocó una fibra y rápidamente se ubicó entre las cinco notas más leídas de este blog. Y no les faltaba razón.

A nadie le gusta darse cuenta que hemos venido destruyendo una de las ciudades más ricas e históricas de este continente. Pero ¿qué hacemos después? 

Para empezar, darnos cuenta que a pesar de todo lo que hemos destruido, en el Centro Histórico de Lima todavía quedan más de 700 monumentos, que son los que toca proteger.

Junto a esa cantidad, existen otros 500 bienes de valor monumental. Es decir, monumentos a ojos de cualquier ciudadano pero que oficialmente no han recibido esa categoría.

Propuesta de un gran museo nacional en el Palacio de Justicia y entregar ese paseo a los ciudadanos, peatonalizado. Foto: JL.
Qué hace, no hace o debe hacer la Municipalidad de Lima

El riesgo, claro está, es que sigamos destruyendo esa monumentalidad. Que sigamos trayendo abajo casonas y edificios históricos, para levantar cualquier edificio.

Tenemos una oficina para el Centro Histórico, PROLIMA, y funciona como un satélite de la municipalidad a la que a veces le hacen caso y, muchas más, la ignoran.

A principios de año la Municipalidad de Lima anunció un masivo plan de recuperación del Centro. Nueve meses después, no se ha empezado nada ni se ha informado sobre las razones del atraso. Los ciudadanos merecemos respuestas.

Se necesita una autoridad municipal abiertamente comprometida con su patrimonio histórico. Se puede.
El Rímac ha iniciado un ambicioso proceso de recuperación, para el turismo y sus vecinos. Foto: JL.
Un despertador para el Congreso

Estamos a menos de seis años del Bicentenario, ¿qué planes hay? Hasta ahora no existe un plan de recuperación de patrimonio que nos lleve con orgullo hacia al 2021.

Un país con el legado cultural y arquitectónico como el Perú, no tiene ningún fondo regular, ni público ni privado, que contribuya a preservar ese legado para el futuro.  

Algo que venimos pidiendo desde este blog es la aprobación de una partida de emergencia para la recuperación del Centro Histórico de Lima y ciudades del interior del país.

Junto a eso, se necesita establecer un fondo anual de recuperación de huacas y casonas.  Se puede.

Generar fondos

Ahora dirán que la economía se está enfriando y con El Niño hay otras prioridades. Pero lo cierto es que existen muchas posibilidades para generar fondos que no necesariamente provengan todos del Estado.

En este blog hemos escrito con relativa frecuencia sobre casos en países vecinos donde están trabajando esto de manera creativa.

O el caso más claro, del Reino Unido, donde el ministerio de Cultura maneja la lotería nacional. Acá parece haber demasiados intereses que hacen ese sector intocable. Se recontra puede.
Casa Fernandini, 60 años cerrada al público.  Al igual que muchas casonas del Centro Histórico, los propietarios deberían hacer más para vincular sus bienes con la ciudad. Una política de puertas abiertas.
Empresa privada y propietarios 

Es cierto que no toda la responsabilidad recae sobre el Estado. ¿Tenemos una empresa privada comprometida con su patrimonio?

¿Cuántas de las personas y empresas que se han enriquecido gracias a este país y a esta ciudad están contribuyendo a su recuperación?

De otro lado, en Lima existe una perniciosa política de puertas cerradas. La gente pasa por delante de muchos de estos monumentos y no tiene idea de su historia. Hay que empezar a abrir las puertas. Se puede.

¿Y nosotros?

El ciudadano común y corriente en estos momentos lo tiene difícil porque existen muy pocas maneras para vincularse con su patrimonio.

Necesitamos una señalética urbana que informe, mínimamente, qué edificio es el que uno tiene al frente.

El tema no se agota aquí, obviamente, y tampoco se trata de hacer un listado de pedidos. Pero se puede.

Yo, personalmente, empezaría una serie de juicios simbólicos a todos los alcaldes y autoridades que pusieron su firma en funestos proyectos. Dirigir mal una ciudad debería tener consecuencias. Pero eso ya es otra discusión...

Si algo rescato de toda esta frustración compartida, es que como ciudadanos tenemos el derecho y el deber de exigir más.  Más de nuestras autoridades, más del Congreso. Y más, sin duda alguna, de nosotros mismos.

No sigamos perdiendo una ciudad tan rica. Eso no se puede.

Un solo patrimonio. Huaca Garagay, 3.300 años y uno de los mayores templos de la antiguedad. Distrito de San Martín de Porres. La MML ofreció ponerla en valor.  ¿En qué está ese proceso? Foto: Evelyn Merino-Reyna

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Por qué Hollywood no filmará en Lima y lo que queda por hacer

La casona de la familia Truel en la Av. Emancipación como luce hoy (hacer clic en las imágenes para agrandarlas).  Foto: JL.
Magdalena Truel Larrabure es una heroína de la Segunda Guerra Mundial. Había nacido en Lima en 1904 y vivió después en Europa, donde apoyó la resistencia francesa. Después de salvar muchas vidas es capturada por los nazis y muere en un campo de concentración en Alemania en 1945, a pocas horas del fin del conflicto. Es un tema que capturó el interés de Hollywood para llevarla a la pantalla grande. Pero algo no encajaba: Lima.

La familia Truel en su casona de Lima. Magdalena es la niña vestida de blanco, al frente. Foto: Archivo familia Truel.
Truel había vivido con su familia en la casona que tenían en la entonces calle Arequipa N°54, hoy cuadra dos de la Av. Emancipación*, y su historia es narrada en “Estación Final”, libro de Hugo Coya, periodista y escritor peruano. Esta fue la obra de no ficción más vendida en el Perú en 2010.

Uno de los productores es Branko Lustig, entre cuyos créditos están las célebres: Gladiador, La Lista de Schindler y Hannibal (como parte de otros equipos). Lustig, además, ha ganado dos veces un Óscar (Schindler y Gladiador).

“Yo, por supuesto, estaba muy interesado en que se pudiera filmar aquí”, señala Hugo Coya cuando nos reunimos en un café de Miraflores. El equipo estuvo varias veces en Lima en el último año tratando de buscar locaciones para filmar la primera etapa de la vida de Magdalena.

“Como buen peruano, quería dar a conocer al mundo lo que fue la ciudad más importante de Sudamérica”, cuenta. Para ellos, y por la calidad de las producciones a las que están acostumbrados, era necesario ubicar lugares, arquitectura y barrios con historia, con autenticidad, con valor. Cuando lo buscamos vimos que Lima lo había perdido”, se lamenta.

En el primer viaje lo primero que hicieron fue ir a la casa donde vivió Magdalena en el Centro, y se dieron con un lugar donde solo queda una fachada, y tapiada, tal como se ve en la foto que abre esta nota.

“Todo lo que se veía eran casonas antiguas y al costado edificios monstruosos. Hermosas plazas, junto a edificios que no guardan ninguna relación con el conjunto arquitectónico… Hasta que uno de los productores me dijo ‘¡esto es un crimen!, ¿por qué han destrozado una ciudad con tanta historia?”

“Lo primero que sentí fue vergüenza, porque yo estaba muy emocionado con que pudiéramos hacerlo aquí”.

Sigue un resumen de la conversación:
El autor del libro, Hugo Coya. Foto: Accióninformativa.wordpress.
¿Entonces ya no filmarán nada en Lima?
El equipo todavía está en proceso de evaluación. Algo se filmará pero no todo lo que se esperaba. Otras opciones que se están considerando son Vilna [capital de Lituania] y Málaga [España], que pueden representar cómo era Lima a principios del siglo XX.

¿Por qué Vilna?
Bueno, es una ciudad muy pequeña pero que ha conservado mucho de su arquitectura. Lo que están buscando es un conjunto arquitectónico compacto, que represente esa época.

¿Y qué espacios de Lima usarían?
Serán localizaciones muy precisas. Algunas posibilidades son la Plaza Francia; tal vez el atrio de la Catedral; alguna zona de Barranco. El periodo que se piensa representar es entre 1914 y 1920.

Ellos pensaban que la selección de lugares iba a ser más fácil
Se pensaba ya tener resuelto este tema, pero no contaban con que la situación de Lima los obligaría a buscar otras locaciones, que también encarece la producción, y ha retrasado el inicio de la filmación.

¿Están considerando alguna otra ciudad en América Latina?
Buenos Aires es otra posibilidad, porque hay partes de la ciudad que pueden ser similares al periodo, pero también por cuestión de costos y estímulos. Argentina tiene una ley muy fuerte en relación a estímulos para filmaciones.

Queda claro que Lima perdió una oportunidad
Definitivamente. No hay la menor duda. Te lo digo con pena, con rabia. Porque mira, conseguimos una historia interesante, que le agrade a un gran estudio de Hollywood, una gran oportunidad para mostrar la ciudad, su historia, nuestra cultura, y a la hora que vamos a buscar la realidad es terrible.

Pero alguna gente te dirá ‘el centro tenía que modernizarse’, las casas no podían seguir cayéndose de viejas
Es cierto, parcialmente. Pero ahora que estamos en esta búsqueda de ciudades, he visto que hay otros lugares con menos historia y menos riqueza que la nuestra y tienen mucho mejor conservado lo que les queda. ¡Y eso genera dinero!

El aspecto comercial de la recuperación…
Así es. ¡Son ciudades que están haciendo dinero con su historia! Al final, conservar es un buen negocio. Entonces, se puede modernizar pero sin destruir el entorno. Se podría haber guardado cierta armonía con el conjunto.

Después de esta experiencia qué opciones crees que existen todavía para Lima
La opción es que debería haber desde el más alto nivel una política de preservación. Crear un patronato que se dedique a generar estímulos para los que todavía son dueños de esas casonas y quieren protegerlas.

Y qué te sugiere la cercanía del Bicentenario en este contexto
Yo estoy seguro, con esta experiencia de la película, que Lima podría ser un gran polo de atracción para otros proyectos fílmicos si contáramos con una política agresiva de preservación y conservación.

Tenemos un gran pretexto…
Así es. Porque qué hace a Lima diferente: que es la más histórica de toda Sudamérica. Entonces hay que luchar por eso que nos hace singulares, distintos, originales. Porque si nos volvemos como todas las otras ciudades, pierde todo sentido.

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Fachada de la casona en Av. Emancipación. Foto: JL.
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* Hugo Coya cuenta que Magdalena tiene que dejar el Perú porque sus padres habían muerto y la familia se había empobrecido. La muerte del padre se produjo tras el incendio en la tienda El Pergamino, el 17 de febrero de 1910 (exactamente entre las calles Baquíjano y Minería, que destruye toda la cuadra entera y provoca, con el paso de los años, que se construya en ese mismo lugar el Palais Concert). Ese fue uno de los peores incendios en el Centro Histórico que se tengan registro en los primeros años del siglo XX.

La película debería llegar a los cines en enero de 2017.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

El Queirolo: la recuperación de una esquina de Lima - entrevista

La esquina con la nueva vereda de tres metros. Foto: Antigua Taberna Queirolo.
Algunos de ustedes habrán notado los cambios de los últimos años en la zona de la Plaza Bolívar en Pueblo Libre. A mí me tomó un tiempo, pero es cierto que cada vez que pasaba por ahí mi sensación de bienestar aumentaba. Después vi que venía recuperando autenticidad, elegancia, espacio público. ¿Cómo sucedió?

Todo surgió en una conversación casual con el arquitecto Enrique Bonilla Di Tolla, cuando salió a flote el tema y su participación en esos cambios. Ese fue el pretexto ideal para ver una recuperación desde adentro: conversando sobre el proceso mismo, los obstáculos y los logros.

Bonilla es Decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Lima. Estudió restauración en Italia y regresó a inicio de los años 90.

Son años también de mucha efervescencia por la postulación de Lima para ser Patrimonio de la Humanidad…
Arquitecto Enrique Bonilla Di Tolla. Foto: JL.
Nos reunimos una mañana de agosto en el Queirolo para conocer la visión desde dentro. Empezamos hablando de cómo esa parte de Pueblo Libre había sido un núcleo de familias italianas, muchas de las cuales desaparecieron del lugar en las últimas décadas. “La única empresa que realmente se reinventa es Queirolo”, dice Bonilla…

La única que sobrevive…
Yo no diría sobrevivencia. Santiago III, quien reinventa el negocio familiar a partir de un análisis de fortalezas y debilidades, ve en la tradición una fortaleza de su empresa. Por eso todo este trabajo de restauración es importante.

Ahí es cuando te vinculas con el lugar
Eran inicios de los años 90 y Santiago me encarga el trabajo. Primero fue hacer unas oficinas en una parte que había sido la huerta de la propiedad (donde originalmente estaban los viñedos). Un par de años después me busca otra vez y me dice que quiere hacer algo con el espacio exterior de la taberna.

Cuál era el problema
Varios: la vereda medía 90 centímetros de ancho y no había espacio para la gente. Al costado la calle tenía doble vía con berma central y era un tráfico imposible.

¿Qué hicieron?
Rediseñamos la vereda. Y esto fue lo más complicado porque se trataba de espacio público y no teníamos autoridad para hacer ningún cambio. Igual diseñamos esta vereda ancha de tres metros, suprimiendo una de las vías y el retiro de la berma central. Esto continuaba en la siguiente cuadra, donde está la iglesia, lo que era fatal.

Vista del otro lado de la calle también recuperado. Foto: JL.
Qué pasaba con la iglesia (Santa María de Magdalena)
En esa época tú venías a un matrimonio y era un martirio. Es una iglesia preciosa, donde todo el mundo quería casarse, pero las novias tenían que darse la vuelta dentro y salir por la puerta lateral, porque en la portada tenías una vereda también de 90 centímetros de ancho, por donde pasaba mucho tráfico…

¿Quién financió todo eso?
La parte de arquitectura la financió Queirolo, y la municipalidad corrió con el expediente técnico. La gestión quedó en mis manos.

Una rara generosidad en Lima
Debe haber otros casos, aunque no sé si involucrando espacio público. Evidentemente había un interés de la empresa, y Santiago Queirolo estaba y sigue estando muy comprometido con esta zona de Lima. De hecho en los últimos años ha venido comprando y restaurando propiedades en este sector alrededor de la plaza Bolívar.

¿Tienes idea del impacto económico de este proyecto sobre la empresa?
No tengo las cifras, pero sí te puedo decir que significó un repunte muy grande de este lugar. Ahora es un sitio totalmente valorizado, y esto es el sentido de la recuperación y lo que mucha gente no entiende.

Ahora incluso se ve más y mejores negocios en la zona
Así es. Ha seguido creciendo. Hay otros empresarios que han empezado sus propios negocios.

Entonces valió la pena recuperar
Es que la recuperación es buena en términos económicos. La gente de a pie cree que el asunto es demoler, sustituir, construir nuevo. No. El patrimonio también vende.

Antes de los cambios la iglesia tenía una vereda de 90cm. Foto: JL.
¿Y qué pasó con la autorización municipal?
Una vez diseñados los planes se los llevamos al alcalde que en ese momento era Ángel Tacchino y le gustó. Fue muy interesante porque desde un principio nos ayudó y fue de las primeras alianzas público-privadas.

Necesitaron autorización del entonces INC también, ¿no?
Esto se hizo porque tuvimos apoyo de la municipalidad. Convencer al INC fue más difícil pero se logró. En todo caso ahora se ha vuelto aún más difícil.

¿Era muy diferente antes?
En los 90 tenías una junta de notables, que decidían qué iba y qué no. Quién se iba a atrever a cuestionar a gente del calibre de [José] García Bryce, [Juan] Gunther o [Santiago] Agurto, conocedores del patrimonio. Por lo menos el funcionario tenía el respaldo de expertos.

¿Qué nos ha pasado como ciudad que hemos perdido en belleza, en armonía, en reglas?
Nos ha pasado lo que pasa con toda ciudad que crece demasiado rápido. La dinámica ha sido tan fuerte que es difícil hacerle frente. Por otro lado el limeño tradicional ha ido replegándose, como si se tratara de una guerra.

La vereda con el nuevo ancho desde el final de la calle. Foto: JL.
No cabe duda que es un tema complejo
Son varias cosas, es verdad. Una de ellas es el divorcio que siempre ha habido entre Plan Urbano y Plan de Recuperación. ¿Por qué se destruyó el centro de Lima? porque por un lado el Plan Metropolitano decía por ejemplo C-9: eso significaba nueve veces el tamaño del lote para edificar, podías construir nueve veces el tamaño del terreno, estuvo vigente hasta los años 90.

Al margen del perfil del Centro Histórico…
Por otro lado estaba la labor de conservación. Había una seria contradicción de normas: una casona histórica junto a un edificio enorme. El arquitecto Héctor Velarde criticaba esta actitud como la de una ciudad demasiado tolerante, porque nunca hemos tenido conciencia de nada. Somos una serie de proyectos inconclusos.

Si tuvieras que cambiar una cosa para mejorar el tema de patrimonio en Lima cuál sería
Yo creo que sería muy interesante que se municipalice el tema de patrimonio. Que cada municipio tenga sus expertos que protejan lo que tienen y que exista esta responsabilidad a nivel local, que tiene la obligación de cuidar su patrimonio. Ahora es como tierra de nadie.

¿Pero esta propuesta no vuelve a atomizar el tema del patrimonio?
Cuando yo estudiaba en Italia había muchos arquitectos argentinos que venían de sus provincias. Los municipios los habían enviado a estudiar y después ellos regresaban a sus pueblos a trabajar por su patrimonio. Se necesitan ciertas normas básicas y lo demás debería manejarse localmente. En todo caso, al final, no es un problema de monumentos sino un problema urbanístico y se tiene que encarar con esa visión.

Vea aquí la historia del lugar y pag. web de la Taberna

La taberna a principios del siglo XX. Foto: Antigua Taberna Queirolo.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Contraloría y Cultura: un mal romance

Sector invadido sobre ciudad prehispánica de Armatambo, Chorrillos.
Hace unos días la Contraloría de la República publicó un serio informe: tras visitar ocho sitios arqueológicos de la capital invadidos en los últimos años, concluyó que el ministerio de Cultura no estaba haciendo su trabajo.

Más aún, exigía a las autoridades de ese sector tomen cartas en el asunto. Hasta donde se sabe, era la primera vez que este organismo del Estado incursionaba en el terreno del patrimonio arqueológico, una decisión bienvenida. ¿Pero se hizo justicia? Qué se ha logrado.

A continuación incluimos ambas posiciones. Primero, algunos de los datos del informe de la Contraloría, y luego los comentarios de Blanca Alva, Directora General de Defensa del Patrimonio del ministerio de Cultura, quien gentilmente nos respondió vía correo electrónico.

QUÉ DICE LA CONTRALORÍA

Criadero de animales sobre muro prehispánico. Huaca Los Laureles, Armatambo. Chorrillos.
Los sitios visitados para el informe fueron: Armatambo (Chorrillos), Cerro La Regla (Callao), Era de Ñaña (Chosica ), Huaycán Alto-Río Secto (Cieneguilla), Monterrey (Ate), Naranjal (Los Olivos), Palao (San Martín de Porres), Tablada de Lurín (Villa María del Triunfo).

El documento señala que, de manera general, encontraron:

- Viviendas que amplían e invaden los terrenos con estructuras precarias
- Remoción y nivelación de terreno para instalación de juegos infantiles, cercos y jardines
- Botaderos de basura y puntos de quema de residuos
- Afectación al interior de una institución educativa
- Instalación de módulos prefabricados
- Material arqueológico removido y alterado por remoción de tierra

Y en otras partes del documento indican:

- “En siete de las ocho zonas arqueológicas visitadas, los pobladores han afectado irreversiblemente nuestro patrimonio cultural y arqueológico”
- “Estos hechos demuestran que los sitios arqueológicos se encuentran desprotegidos y no son respetados por los asentamientos humanos vecinos”
- “Una grave situación que ha sido comunicada a las autoridades del Ministerio de Cultura para que cumplan con su función de preservar, proteger y defender nuestro legado cultural”

Más aun, Fuad Khoury Zarzar, el Contralor General de la República, denuncia que estas invasiones han continuado “…ante la impasibilidad de las autoridades del Ministerio de Cultura y de los gobiernos locales”.

No cabe duda que es importante que otro organismo del Estado haga presión para que avance la recuperación de los bienes culturales. Pero la noticia evidentemente no fue bien recibida por las autoridades acusadas de descuido.

En parte, porque el ministerio sostiene que viene haciendo cada vez más para mejorar una situación de por sí frustrante: una riqueza arqueológica enorme y uno de los presupuestos más exiguos.

QUÉ DICE CULTURA

Blanca Alva Guerrero, Defensa del Patrimonio. Foto: Ministerio Cultura.
Aquí algunos comentarios enviados por Blanca Alva, Directora General de Defensa del Patrimonio:

- Un problema serio con las invasiones que se logran frustrar es que luego de que las personas son detenidas “son liberadas, porque de acuerdo a fiscales y jueces, su presencia en el acto no es prueba de culpabilidad”
- “La invasión de Armatambo se produjo por 1995 cuando el entonces INC no tenía siquiera arqueólogos de campo. Hubo impotencia para detener las invasiones y luego las mismas avanzaron a nivel de hormiga”
- “Lo que intentamos ahora es evitar que se expandan y contener los “hormiga”. Para eso trabajamos con la Policía y con algunos asentamientos”

Sobre los avances que han conseguido, ella menciona:

- “En Tablada de Lurín realizamos varias actividades para prevenir invasión en Fiestas Patrias. El viernes antes del 28 se volantearon todos los puntos de reunión en Villa María del Triunfo, y también en las combis, todo el día para desalentar la presunta invasión, y felizmente no la hubo”
- “El cambio de actitud no lo podemos dar con una sola charla ni con dos ni con diez. Eso puede tomar 5 o 10 años…”
- “El año 2005 había poco más de 5,000 sitios declarados patrimonio. Hoy se ha triplicado esa cantidad”
- “El año 2005 solo unos 400 sitios temían plano de delimitación. Hoy son casi 3 mil”

CONCLUSIONES

Cancha de futbol en huaca Monterrey, Ate.
No cabe duda que ambas partes tienen una dosis de razón, pero ¿qué se logra con esto? Lo más importante, quizás, llamar la atención sobre un valioso recurso que tenemos. Pero hay otros elementos a tomar en cuenta:
  • Que buena parte de las críticas deben dirigirse también al MEF, que de manera consistente ignora las necesidades del sector Cultura.
  • Antes que ver este legado como una herramienta para el desarrollo, Economía parece seguir con la percepción tradicional de verlo como lejano a la población y sus necesidades.
  • Que hay un trabajo pendiente con el sector Justicia y la manera como se aplica la ley. No puede ser que los pocos avances que se consiguen contra las invasiones ilegales, se frustren después por decisiones del poder judicial.
  • Que se necesita un trabajo transversal con otras entidades, como las que proveen servicios de agua y electricidad: no pueden hacer estas instalaciones sin conocimiento previo del valor cultural y arqueológico del sitio.
  • Que las municipalidades distritales deben cumplir con sus obligaciones. La ley de ese sector exige que sean ellas las encargadas de proteger sus recursos culturales.
  • Que se deben hacer más esfuerzos por involucrar a los vecinos y la empresa privada. El Estado no puede resolver todos los problemas, pero debería estar facilitando puentes.
  • Si bien desconocemos las gestiones que de manera rutinaria hace Cultura para generar más ingresos, lo cierto es que hasta ahora los sucesivos ministros no han tenido mucho éxito.
  • Estamos a menos de seis años del Bicentenario, el Congreso de la Republica hasta ahora no ha dado señales de vivir en un país que es cuna de civilización en este planeta. Lo viene ignorando de una manera sorprendente.

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Descargue aquí el informe de la Contraloría
Foto: Contraloría de la República

miércoles, 12 de agosto de 2015

¿Por qué importa seguir hablando de una Lima Milenaria? - el video -

Huacas de Lima en sucesión cronológica, mostradas durante la emisión del programa este 9 de agosto.

Quizás porque nos permite ir más allá de las huacas y de un tema de cultura o de arqueología. Porque es un tema de ciudad  y, sobre todo, un tema de futuro. Haces unos días tuve el privilegio de poder hablar sobre estos puntos durante una entrevista a fondo en televisión.  Ahí, como pocas veces, pudimos mostrar este legado de 4.500 años de arquitectura en Lima.  Pero ¿con qué fin?

El más inmediato, sin lugar a dudas, es visualizar la tremenda originalidad del lugar en el que vivimos.  En el fondo, se trata de entender que ese legado arqueológico incorporado en una sola lectura de la ciudad tiene que ver con inclusión y ciudadanía.

Ubicados en una sola línea de tiempo, desde el inicio de la civilización en nuestro territorio, las huacas nos ofrecen un potencial integrador y reconciliador de identidades.

Y visto en el marco de patrimonio cultural, Lima Milenaria no se define solo por las huacas.  Es una propuesta que incluye todos los aportes que hemos venido acumulando hasta el presente.

Un agradecimiento muy especial a Luis Alfonso Morey por habernos permitido este lujo de la TV en su programa Boca a Boca, en RBC.  Así que por una vez, en lugar de leer pueden verlo aquí. La entrevista dura 30min e incluye una galería cronológica de huacas de Lima, y el video LM y el Mar.

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Nota:
- Lima Metropolitana tiene 365 sitios arqueológicos (huacas)
- De ese total, 17 han recibido algún tipo de puesta en valor
- De los 43 distritos de la capital, 39 tienen por lo menos una huaca
- En 2012 la Alcaldía de Lima declaró a la capital Ciudad Milenaria y Ciudad de Culturas

miércoles, 5 de agosto de 2015

¿Un buen momento para la arqueología peruana?

Este año se concluye la recuperación de la huaca Monterrey, Ate (Aprox. 1100 d.C.). Foto: Ministerio de Cultura.
La pregunta parece el preámbulo para un terreno minado, y no hay respuesta fácil. Pero si uno lo mide por las cifras del II Congreso Nacional de Arqueología, organizado por el ministerio de Cultura, uno diría que algo está pasando: 150 ponentes en cuatro días; cerca de 300 proyectos de investigación aprobados; más de 800 asistentes, una cifra record. 

De otro lado, el crecimiento económico de los últimos años ha ido de la mano con otro tipo de cifras: el aumento de invasiones a sitios arqueológicos. En esta entrevista con Luis Felipe Mejía, Director General de Patrimonio Arqueológico Inmueble, él sostiene que el ministerio tiene una agresiva política para hacer frente a esto.

El congreso se inauguró este martes y va hasta el viernes 7, y está enmarcado dentro de una política de difusión y discusión de resultados de investigaciones arqueológicas.

Las ponencias corresponden solamente a las investigaciones autorizadas en el 2014. Y tener a 150 personas hablando de un tema, que a ojos del público parece tan ajeno o distante, es un indicador sorprendente.

Es cierto que a veces es necesario enfocarse en los puntos débiles de una gestión, pero hoy parece haber suficientes buenas noticias como para señalarlas:
  • Las investigaciones arqueológicas van en aumento
  • Universidades y empresas peruanas están financiando parte de estos trabajos
  • El ministerio decidió recuperar la casa hacienda Punchauca para el Bicentenario (fuimos de los primeros en luchar por esta causa)
  • Se resolvieron los problemas legales en la huaca Paraíso, y desde setiembre un equipo de arqueólogos vuelve al sitio
Así que en medio de conflictos, carestías y limitaciones, podemos decir que algo positivo está sucediendo en este campo. Se continúa rescatando valor. Valor que viene del pasado y que nos sigue dando sentido hoy.

Como siempre, las páginas de este blog están abiertas para sus comentarios.

Luis Felipe Mejía, Director General de Patrimonio Arqueológico Inmueble, MC. Foto: JLizarzaburu.
Ante una participación masiva en este congreso, ¿qué está pasando con la arqueología?
El hecho que el año pasado se inscribieran 600 personas y este 800, y en muy pocos días, es un índice de un interés mayor. Y no hemos podido registrar a más gente simplemente por una limitación de espacio físico. Estoy seguro que de haber abierto una convocatoria para 1.000 personas, se habría llenado igual de rápido.

¿Y en términos de investigación se está haciendo más?
El número de proyectos aumenta año a año. El 2014 aprobamos 296 intervenciones…

¿En 296 sitios arqueológicos?
No, porque una intervención puede ser sobre varios sitios, o incluso sobre todo un valle por ejemplo.

Pero en realidad hay un incremento en el interés de los investigadores, no solo en la investigación propiamente sino en los proyectos de evaluación*, que están asociados a proyectos de inversión pública y privada.

Eso a qué responde…
Por una parte, los proyectos de evaluación responden a un mayor número de proyectos de inversión, pública y privada: carreteras, empresas mineras, tendidos de cables, etc.

Un mayor número de proyectos de inversión significa un mayor número de proyectos de evaluación [para identificar si existe evidencia arqueológica].

¿Qué porcentaje representan los proyectos de evaluación?
De los 296 tenemos 94, casi la tercera parte.

Y eso no tiene nada que ver con puesta en valor de un sitio arqueológico…
No. Los proyectos de evaluación no. La puesta en valor está más relacionada con la investigación.

Se supone que esos proyectos de evaluación los paga la empresa autorizada…
Así es.

¿Cuánto de los otros proyectos los cubre el ministerio?
El año pasado el ministerio tuvo unos cinco proyectos, aparte de los que realiza por su cuenta el programa Qhapaq Ñan, que son varios.

Fuera de los proyectos de evaluación y los proyectos extranjeros, ¿cómo se financian los otros?
En general, la mayoría son becas. Investigadores que postulan a becas para financiar sus investigaciones.

Y esas son becas del extranjero…
No. Muchas son de universidades y empresa peruanas que financian investigaciones. O sea que sí hay un interés que viene de distintas partes.

Invasión del Morro de Chorrillos, y posterior desalojo, durante 2015. Foto: tawi.pe. 
Las invasiones de sitios arqueológicos parecen ir en aumento. ¿Qué está haciendo el ministerio al respecto?
La principal medida de protección contra las invasiones es el saneamiento físico legal de los sitios arqueológicos a cargo de la Dirección de Catastro. Es un trabajo arduo y permanente pero que desgraciadamente toma un tiempo y a veces no es suficiente ante las constantes y numerosas invasiones.

Solo para aclarar: ¿saneamiento legal significa delimitar legalmente el perímetro y registrar la propiedad?
Exacto, el saneamiento físico consiste en la delimitación del sitio y en la elaboración de su expediente técnico (memoria descriptiva, ficha técnica y plano perimétrico). Y el saneamiento legal es la inscripción.
 
Eso de alguna manera va también con un tema de vínculos entre huacas y ciudad. ¿Qué se está haciendo para generar estos vínculos?, porque la mayoría o están abandonadas o aisladas detrás de rejas
Esa será precisamente la ponencia del jueves de Natalia Guzmán, la directora de Gestión de Monumentos. Nosotros tenemos un programa que se llama “Huaca Viva, Huaca Limpia”, que generalmente consiste en una campaña de uno, tres o cuatro días, organizando a la comunidad que vive alrededor de un monumento arqueológico.

Se realizan campañas de limpieza, pero a través de la toma de conciencia de lo que significan estos sitios. No es solamente recoger basura. Es tomar conciencia de lo que significa vivir junto a un sitio arqueológico.

¿Desde cuándo lo vienen haciendo?
El programa ya tiene más de dos años.

¿Cuántas huacas han intervenido?
Tenemos nuestras limitaciones presupuestales, pero se busca hacer un par de campañas al mes, básicamente en Lima Metropolitana.
 
Casa-hacienda Punchauca, Carabayllo, lugar donde se decidió la Independencia del Perú (siglo XVI). Foto: JLizarzaburu.
De cara al Bicentenario, fuera del gran museo y del Qhapaq Ñan, ¿existen proyectos emblemáticos que vayan a trabajar?
De arqueología no, pero hay uno que es una mezcla, que es la puesta en valor de la casa hacienda Punchauca…

¿Ya es una decisión tomada? ¡Qué bien!
Sí. Eso ya está encaminado. Es básicamente un trabajo de patrimonio histórico, pero al estar sobre una huaca tiene su componente arqueológico, ya se inició y debe estar lista para el Bicentenario.

¿Otros planes en Lima?
Vamos a continuar con el Paraíso. Ya se solucionó el problema legal que existía y ahora podemos volver. Estamos actualizando el expediente técnico y nos encargaremos de dar a conocer este nuevo avance cuando reiniciemos los trabajos…

¿Que será cuándo?
Debe ser en setiembre. Y también vamos a concluir con Monterrey y Huaycán de Pariachi.

En una ciudad como Lima, tan diversa, con tantos orígenes culturales, ¿qué papel cumplen las huacas?
Lima Metropolitana es una ciudad poblada por gente que viene de otros lugares del Perú, y eso ha contribuido a afianzar este interés en las huacas porque en provincias el respeto al lugar de los gentiles [los antiguos] es muy fuerte.

El sentido de respeto es más fuerte del que pueden tener los limeños de antes con los sitios arqueológicos de Lima. Eso ha contribuido a fortalecer el interés de los migrantes que son los nuevos limeños por los sitios alrededor de los cuales viven. Y es hacia lo que se orientan nuestros programas.

Ahí hay un tremendo potencial para fortalecer vínculos de ciudadanía
Exacto. Te sorprenderías de la cantidad de solicitudes que recibimos a nivel nacional de gente que está interesada en poner en valor el sitio arqueológico que está en su pueblo.

Y desgraciadamente nosotros no tenemos el presupuesto para poner en valor cada una de las huacas que hay, pero recibimos un montón de propuestas…

¿Y de Lima también?
De Lima también. Sobre todo de los distritos más poblados, hay mucho interés de la gente, o de asociaciones, gente que quiere firmar convenios, que quieren presentar un proyecto…

Y qué respuesta dan…
Tenemos una capacidad limitada. Podemos orientar pero no tenemos dinero. Sí podemos hacer algo a través de convenios, porque hay asociaciones que sí tienen el presupuesto y nosotros podemos firmar el convenio para que lo hagan a través de la asesoría técnica que nosotros brindamos. Eso sí es posible.

¿Ves el día en que el patrimonio arqueológico sea una prioridad de Estado?
Espero que sí. Espero que en algún momento el patrimonio arqueológico sea una prioridad, aunque es probable que yo no lo vea.

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* Proyectos autorizados en 2014:
MODALIDAD DE INTERVENCIÓN
PEA (proyecto de evaluación)    94
PIA (proyecto de investigación) 89
Rescate                                      15
PMA (proyecto de monitoreo)    98
Total                                          296
Fuente: Ministerio de Cultura

Se renuevan las investigaciones en Huaca Paraíso, San Martín de Porres (2.500 a.C.). Foto: JLizarzaburu.

jueves, 30 de julio de 2015

Patrimonio: ¿hora de incluir todas las voces?

Continuidad en los valores: nuestra capacidad para construir, y 5.000 años que lo prueban. Caral. Foto: Andina.
¿Ha llegado acaso el momento de revisar nuestras nociones sobre lo que es patrimonio*? Y si lo hacemos, ¿nos daremos cuenta que muchas de esas ideas han quedado desubicadas frente al escenario actual de lo que constituye nuestra herencia? Más aún, ¿por qué importa esto?

Aquí la nota que intenta resolver esas preguntas y que publiqué en el suplemento de Fiestas Patrias de El Comercio este 28 de Julio. Salió bajo el título “Arquitectura de la Identidad”.

* La nota solo hace referencia al patrimonio edificado.
“Lima, entendida como ciudad milenaria, permite saber reconocer el cordón umbilical multicultural que nos define como nación”

Si algo nos define bien como país es una inmensa riqueza cultural, presente y ancestral. Sin embargo, fuera de las postales de promoción turística es una riqueza que se vive en conflicto, casi como un reflejo de la manera como vivimos la experiencia de nación.

O lo virreinal se percibe como superior a lo prehispánico, o lo prehispánico se presenta como inmensamente más legítimo. Los mismos esfuerzos de recuperación siempre parecen incompletos, insuficientes.

Para la Unesco el concepto de patrimonio es un concepto vivo, y ha ido evolucionando a lo largo del tiempo.

Según Agustín Azcárate, un experto español en este campo, “el nuevo concepto del patrimonio cultural aspira a recoger todas las voces de las generaciones que nos precedieron. El patrimonio arquitectónico es uno de los primeros y más fundamentales instrumentos del conocimiento y la experiencia histórica…”.

Y aquí un primer punto: ¿hemos conseguido una visión democrática de ese legado? En esa visión de lo que nos une, ¿están incorporadas todas las voces?


Celebración del Centenario en Torre Tagle, 1921. La noción de la herencia se vivió de manera excluyente. Foto: Lima la Única.
Es cierto que el cuento del origen de Lima en 1535, incompleto y excluyente, funcionó durante más de 400 años porque era la visión oficial y dominante, y también porque la identidad cultural era prácticamente única, fruto de ese periodo.

Pero la demografía primero y la arqueología después nos obligaron a revisar no solo la narrativa sino la manera de entender ‘lo nuestro’. En ese sentido, 1940 fue un año particular.

El censo daba para Lima una población de 650 mil personas. Es también la época cuando empiezan las grandes migraciones hacia la capital, y las familias tradicionales que habían habitado el Centro inician su propio proceso de migración.

Ese espacio abandonado terminó transformado en símbolo de nuestra historia e identidad.

Con el tiempo le llamamos Centro Histórico y después, a pesar de la transformación de Lima en una ciudad de casi diez millones, con identidades y procesos históricos diferentes, la versión oficial siguió insistiendo en un ‘patrimonio-madre’.

Y es un discurso que se hizo en exclusión de los otros legados: el prehispánico, el industrial, el popular... las otras voces.

Incorporar el legado prehispánico en una sola lectura de la ciudad.  Foto: MML.
Algo cambió con la campaña Lima Milenaria, patrocinada en su momento por este Diario, porque le dio legitimidad y visibilidad a un aspecto del patrimonio que hasta entonces se había gestionado como distinto, separado, y que en el nuevo contexto demográfico y cultural de Lima adquiría una dimensión necesaria.

Se trataba de incorporar esas otras voces en un solo relato de ciudad. Hasta entonces no existía un espacio común para integrar todas nuestras identidades, salvo quizás la gastronomía más recientemente.

Ampliar ese horizonte desde 1535 hacia atrás permitió definir una sola línea de tiempo, con 5.000 años de civilización.

Esto abrió el escenario del patrimonio y la identidad a otro horizonte porque nos permitía a todos, sea cual fuese el momento con el que nos identifiquemos, ser parte de un mismo cuento: ya sea que nuestro cordón cultural fuera indígena, español, africano, chino o lo que fuera.

Democratizaba el discurso y apuntaba a una nueva ciudadanía.

Y esa línea de tiempo que aglutina y reconcilia identidades - porque no se plantean en exclusión a ninguna otra - permite también revelar valores que nos definen como nación desde mucho antes de 1821.

Son los principios de la ‘patria antigua’, como señaló alguna vez la arqueóloga Inés del Águila. Valores que le dieron fuerza a sus sociedades entonces y que, curiosamente, nos siguen definiendo como sociedad hoy: su creatividad, su religiosidad, su adaptabilidad y resiliencia.

Ahí quizás reside el poder de vernos en una sola lectura de nuestros orígenes y procesos.

¿Y por qué importa? En este nuevo contexto que vivimos, donde nos hemos vuelto gente muy práctica, donde el presente parece vivirse sin visión de futuro, quizás no sea importante.

Pero algo es cierto: nuestra riqueza cultural nos seguirá definiendo de aquí al futuro. Y esa herencia no solo es un gran recurso para el desarrollo.

Es una manera de entendernos mejor como nación. Estamos a menos de seis años del Bicentenario y eso debería ser una oportunidad para revisar nociones, peldaños de construcción que nos lleven a un espacio más cómodo.

Un espacio para muchas voces.

miércoles, 22 de julio de 2015

Nueva York: a 50 años de un gran ejemplo

Penn Station, Nueva York, a poco de ser inaugurada en 1910.
En realidad esta historia empieza con un mal ejemplo. Es 1962 y se anuncian los planes para demoler uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, la Penn Station, o la estación de tren de Pensilvania, una monumental estructura de principios del siglo XX.  Se trata de un mal ejemplo que terminó sirviendo de mucho.

La reacción de los ciudadanos a esta pérdida también fue una sorpresa y generó una nueva conciencia en temas de protección de patrimonio. 

Tanto así que dos años después, en 1965, se aprueba la Ley de Monumentos Históricos, considerada una de las mejores que existen. Y este año 2015 se recuerdan cinco décadas de ese momento que sirvió de ejemplo e inspiración para muchas otras ciudades y países.

Antes de pasar a la nota publicada por un joven periodista en esa ciudad, Alex Q. Arbuckle, y que he traducido para el blog, hay algo que me gustaría señalar.

Si bien es cierto que esto se consiguió por un activismo ciudadano, no lo es menos que el impulso determinante lo dieron personajes clave que pusieron todo su prestigio e influencia en favor de su patrimonio.

Uno de ellos fue Jackie Kennedy Onassis. ¿Cuánto le falta a Lima para tener su propia Jackie O?


Jackie Kennedy Onassis se convirtió en una de las mayores activistas por el patrimonio arquitectónico de su ciudad.
1910-1963: La destrucción de Penn Station /
La caída de un mártir de la arquitectura de Nueva York
Alex Q. Arbuckle

En 1910, cuando se inauguró la estación de tren de Pensilvania en Nueva York, el edificio fue ampliamente elogiado por su majestuosa arquitectura.

Diseñada en estilo Beaux-Arts y construida en granito rosa, su fachada lucía una imponente columnata.

La sala de espera principal, inspirada en los baños romanos de Caracalla, era el espacio interior más grande de la ciudad: una cuadra y media de largo, con enormes ventanas de cristal abovedadas, a una altura de 50 metros, sobre una cámara bañada por el sol.

Más allá, los trenes parecían salir de la roca para dejar sus pasajeros en un vestíbulo iluminado por un techo de cristal y acero en forma de un gigantesco arco.

Este paisaje puede sonar poco familiar para los residentes actuales de la ciudad, que conocen la Penn station solo como un miserable laberinto subterráneo.

La estación original llegó a atender a 100 millones de pasajeros al año durante su época de auge, en 1945, y a finales de la década de 1950 con la llegada de vuelos comerciales más baratos y la inauguración del Sistema Interestatal de Carreteras, el servicio de trenes se vio afectado.

Llegó el momento en que el ferrocarril de Pennsylvania no podía ni siquiera permitirse el lujo de mantener la estación limpia.


El interior de Penn Station, con toda su monumentalidad del Beaux-Arts.
En 1962 se dieron a conocer los planes para demoler el terminal y construir un lugar de entretenimiento, el Madison Square Garden, en la parte superior. La nueva estación de tren sería totalmente subterránea incluyendo lo mejor de la modernidad: aire acondicionado y luces fluorescentes.

Esto fue seguido de una ola de protestas pero el plan siguió adelante y Penn Station fue demolida.

La indignación fue un importante catalizador para el movimiento de preservación arquitectónica en los Estados Unidos. En 1965, se aprueba la Ley de Monumentos Históricos de Nueva York, la que ayudó a salvar la Gran Central Terminal, otra emblemática estación, y más de 30.000 edificios que se querían demoler. 2015 marca su 50 aniversario.

Desde la demolición de la antigua Penn station el uso de trenes ha aumentado diez veces. La nueva estación, una maraña de líneas de metro y tren de cercanías, es el terminal más transitado del país y está punto de reventar. Actualmente existen planes para renovarla y ampliarla, y restaurar un poco de su gloria original.

"Probablemente no seamos juzgados por los monumentos que levantamos,
sino por aquellos que destruimos”
Editorial del New York Times, 30 octubre 1963
La estación en 1963, cuando se concluían los trabajos de desmantelamiento y demolición.

Haga clic para ver la nota original en inglés
Fotos: del artículo original, menos la de Jackie Kennedy, de Google-images.