domingo, 22 de agosto de 2010

CANDIDATOS: ¿DÓNDE QUEDÓ LIMA, LA GRAN CIUDAD?


Los limeños estamos acostumbrados al mal trato, a vernos como poca cosa, a creer que no valemos más que una escalera. Esa es mi sensación y quedó confirmada tras el debate del viernes.

¿Qué hemos hecho para merecernos estos candidatos?

Es cierto que Lima, esta gran urbe histórica y milenaria, con más de 2000 años de continuo desarrolo urbano, tiene problemas serios.

A quién en su sano juicio se le ocurriría negar que hay que solucionar el problema del tráfico, de la seguridad, de la falta de servicios básicos para millones de limeños que viven en exclusión casi total.

Pero es cierto también, como bien señaló un editorial de El Comercio, que existen autoridades designadas (leer Ministerios) para solucionar esos problemas específicos.

Y entonces, qué están haciendo alcales y candidatos: ¿quitarle el trabajo a las autoridades competentes? O simplemente están siendo políticos e ignorando, o dejando de plantear, una visión para esta ciudad.

Están siendo políticos. Porque el grueso de su electorado vota en la Lima de la exclusión. Y es una ecuación lógica. Quizás si yo fuera político no me quedaría otra estrategia. Pero ¿me quedaría contento con eso?


¿Me sentiría contento con llegar al sillón de esta ciudad de nueve millones de habitantes, con una cultura milenaria, con una diversidad culinaria sin igual y con una riqueza arquitectónica como no existe en otra ciudad del continente, y haber ofrecido solamente escaleras, patrulleros y autobuses?

Si yo fuera ese político me colgaría del balcón municipal. ¿Dónde está la visión para Lima? ¡Dónde está el sueño de potenciar nuestras riquezas y proyectarnos como una de las ciudades más fascinantes de América Latina!

Nuestros candidatos, tal parece, no sueñan. Y nos hacen vivir en su mundo de pesadilla. Sin darnos una visión de lo que podemos ser como ciudad a otra escala.

Ninguno menciona un gran plan para Lima. O de convertirla en uno de los mejores destinos en la región. No se habla de cultura.

Para mí hay una fórmula simple: cultura transformada en grandes proyectos de arquitectura, eventos, fiestas, teatros, auditorios, parques, espacios públicos, recuperación histórica, códigos de protección de estilo, zonas peatonales, produce desarrollo=trabajo=dinero=ganamos todos.

Pero, claro, no soy político. Y seguramente es una visión muy simplista de las cosas. Lo que veo son esfuerzos tímidos, o aislados o desvinculados de un gran proyecto para la ciudad.

Por eso, para conocer qué harían ellos, desde hace unas semanas venimos invitando a los candidatos a hablar con Lima Milenaria. Para que hablen de lo que seguramente no hablan en los grandes mítines y que nos interesa a otros limeños.

Hasta ahora sólo uno ha hablado con nosotros. Los demás sólo han dicho claro, hablemos, pero hasta ahora no concretan nada. Les iremos informando.

Mientras tanto, desde esta ciudad-problema queremos proponer una ciudad-posibilidad. ¿Será que Lima les queda grande? O será que el problema es gente como yo, que sueña con una ciudad que no puede ser.

2 comentarios:

  1. Interesante punto de vista, y puede ser esa falta de visión "total" acerca de la ciudad al excesivo individualismo citadino en el que vivimos. Y es porque el abandono de las autoridades -sean municipales o estatales- por los problemas ciudadanos es latente, ¿de qué puede servir un auditorio o teatro si no tengo quién me recoja la basura?, ¿de qué me puede servir festivales gastronómicos, si no tengo acceso al programa del vaso de leche? ¿de qué me puede servir grandes áreas públicas si no tengo ni siquiera un parque en mi urbanización? ¿de qué me puede servir construir tantos espacios culturales si por el tráfico es casi imposible llegar a ellos con comodidad y sobre todo sin gastar demasiado?

    Nos encontramos en una etapa de "normalización", es decir, en la de cubrir las necesidades de todo aquello que no se satisfizo durante muchos años. Lima es ahora una ciudad pobre y subdesarrollada, ya no es esa ciudad señorial, derivó en una ciudad miserable a la que se le quitó absolutamente todo aquello de lo que hablaban los bisabuelos o los libros de historia. Y cuando te quitan todo, tienes que comenzar de nuevo. Como en un hogar que recién sale de la pobreza, primero tienes que hacer estudiar a los hijos en vez de comprarles una biblioteca de lujo, pagarles un colegio decente y no pretender llevarlos al teatro más costoso. No llevarlos a restaurantes donde se den los mejores platos, sino darles una cena con todos las proteínas necesarias para que no se duerman en las clases, arreglarse los dientes careados antes que ir a un cirujano plástico, quitarles la calamina y techar con material noble, en vez de colocar un cerco eléctrico. Todo tiene un proceso, Lima es una ciudad empobrecida, tenemos que comenzar desde cero; luego de eso podremos pensar en algo más ambicioso. Comparto la idea de mencionar ese plan cultural en campaña pero aclarar que solamente se harán los cimientos ya que es un proceso de largo aliento, aunque los limeños no estemos preparados para eso y sobre todo, que los candidatos a la alcaldía sean conscientes que con tal propuesta no se ganan las elecciones porque aquello no se puede cumplir en solo cuatro años.

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  2. Estimado Carlos,
    Muchas gracias por tu contribución. Entiendo perfectamente lo que dices pero ese es un punto de vista que no comparto. Es cierto que Lima tiene todos esos problemas. Pero eso no impide que un candidato tenga un gran plan, una visión para la ciudad. En mi opinión los seis candidatos se quedan a ese nivel básico, de sobrevivencia. Y para mí, Lima tiene todos los ingredientes para ser más. No comparto la idea que primero tenemos que reconstruir y después... porque esa es la excusa fácil, en mi opinión, para mantener a Lima donde está: sin identidad, sin orden, sin cultura ciudadana. No te olvides que Bogotá en una época estaba peor que nosotros, hasta que salieron candidatos que hicieron soñar a sus ciudadanos, los ayudaron a imaginar una ciudad mejor, en medio de todas sus necesidades. El hambre y la pobreza no puede ser una excusa para la falta de imaginación. Saludos

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