¿Adiós casonas y callejones de Barrios Altos y Monserrate, cuna de criollismo? |
Los planes de la Municipalidad de Lima consideran la demolición de un área máxima del 36,1%, según lo planteado en un documento interno al que tuve acceso hace unas semanas, y que publiqué en el post anterior. No cabe duda que hay que tomar medidas frente al avanzado deterioro, arquitectónico y humano, que se ve en sectores del centro. ¿Pero es demoler a gran escala la solución?
Dada la dimensión de los planes, y más allá de su posibilidad de concretarse, parecía evidente la necesidad de abrir el tema a un debate ciudadano. Es el tipo de decisiones que no pueden quedar en manos de una sola autoridad, sino mas bien someterse al escrutinio y participación de todos.
Después de todo, se trata nada menos que del corazón, el alma y la historia de nuestra ciudad. Por esa razón estos días lancé una pregunta a más de 10 expertos y autoridades, incluidos el Colegio de Arquitectos y algunas facultades de arquitectura, como para ir entendiendo lo que necesita nuestro Centro Histórico. Estos son los cinco que respondieron.
La próxima semana tendremos el punto de vista de expertos del extranjero.
Diana Álvarez Calderón, ministra de Cultura
“Lima necesita inversión, bastante inversión y esto podría ser una oportunidad, pero hay que ver cómo se va a hacer. El ministerio de Cultura todavía no ha recibido información oficial respecto a los planes que existen. En todo caso, para nosotros es importante recuperar respetando el valor histórico del Centro"
Alberto Martorell, presidente de ICOMOS-Perú
“La Carta de Venecia, documento reconocido universalmente, afirma de espacios como el Centro Histórico de Lima que deben ser objeto de atenciones especiales a fin de salvaguardar su integridad y de asegurar su saneamiento, su tratamiento y su realce.
En caso de plantearse la demolición de un inmueble de carácter patrimonial, esto debe ser excepcional resultado de estudios muy precisos y de la certeza de que otro tipo de intervención es inviable. Pero condenar el 40% del Centro Histórico de Lima basándose en un documento desactualizado (Plan 2006-2035) y que no explica sus considerandos técnicos atentaría contra todo principio de conservación”
Juan de la Serna, Director del área de Patrimonio, Cooperación Española, AECID
“El patrimonio arquitectónico del Centro Histórico de Lima está constituido por monumentos de carácter público, privado, civil y/o religioso, testimonio del proceso de desarrollo de la ciudad entre los siglos XVI al XX. Algunos de estos están protegidos al haber sido declarados Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura.
Sin embargo, otros muchos, a pesar de su importancia y valor patrimonial, no cuentan con ningún mecanismo de protección salvo la Ordenanza 893 de la MML, general para todo el área del Cercado. El problema es qué hacer con esa mayoría de construcciones sin protección específica, algunas en avanzado estado de deterioro. La intervención en estos inmuebles debería plantearse de forma individualizada, anteponiendo los valores colectivos, culturales, patrimoniales y sociales de cada inmueble, frente a posibles intereses particulares y especulativos”
Silvia de los Ríos, arquitecta, CIDAP: Centro de Investigación, Documentación y Asesoría Poblacional
“Considerar la ‘demolición de un conjunto de casonas’ en el proceso de revitalización de un ‘centro Histórico’ es el pragmatismo inmobiliario versus un manejo creativo de lo monumental para su puesta en valor.
Demoler el 40% del CH de Lima, abarcando barrios ‘símbolo’ de la residencialidad limeña como Monserrate y Barrios Altos, es vulnerar la inclusión social, la conservación de la monumentalidad del lugar, contenedora de memoria, identidad y autenticidad edificada de Lima, que para su protección es declarada patrimonio nacional y mundial, porque son un ‘conjunto’, dónde el área declara por UNESCO no es una isla para turistas, sino un componente de esta integralidad indivisible”
Jorge Ruiz de Somocurcio, arquitecto y urbanista
“Si bien cada ciudad es diferente, en la puesta en valor de los Centros Históricos no hay que inventar la pólvora. Ahí está el camino emprendido por Salvador de Bahía, La Habana o Quito y las orientaciones de UNESCO. La demolición no es el camino.
Lo primero es una hoja de ruta concertada. ¿El Centro Histórico para quién? ¿Y de qué manera? ¿Y cuánto cuesta? Andrade dejó un Plan Maestro, que fue el primer Plan reconocido por la UNESCO de zona monumental protegida. Y dejó un crédito de USD 80 millones con el BID como fondo semilla, con el diseño de una Unidad de Gestión. Que se actualicen los estudios y superar ese complejo de desconocer todo lo que antecedió”
Agradecemos a estas autoridades y expertos por su participación. En la próxima entrega incluiremos otras opiniones y perspectivas desde el extranjero.
Gracias por publicar esto, Javier. Y de seguro hay mucho más sustento para defender Lima. Seguro.
ResponderEliminartenemos q ir construyendo masa crítica, y gracias por tu gran trabajo, Anahí
Eliminar"La imaginación al poder!" decía uno de los lemas de mayo del 68 en París. No se puede improvisar y tomar decisiones tan facilistas sobre una ciudad que nos pertenece a todos, especialmente en todo lo concerniente a su Patrimonio Histórico Edificado. Plantear la demolición es perder lo que la califica como "Patrimonio Histórico de la Humanidad" para siempre. He leído ambos documentos y el que restituye Castañeda, como bien señala Alberto Martorell, expone muy poca información y su pobre sustento técnico está desactualizado.
ResponderEliminarTenemos el ejemplo (uno de los tantos) del atentado brutal a Puruchuco, que con argumentos nada técnicos, han vendido la idea de que es absolutamente indispensable para el desarrollo de Ate. Una gran mentira que ha sido aclarada por varios especialistas e instituciones, pero que no ha sido cubierta por los medios.
Existe la experiencia en el centro Histórico de Arequipa, en el que se trabajo conjuntamente con la Municipalidad Provincial, logrando que Bancos, Financieras, Empresas e instituciones públicas y privadas utilizaran, haciéndose cargo de la rehabilitación y conservación de casonas históricas, haciendo uso adecuado de ellas, pero manteniendo la intangibilidad de las mismas.
En esta misma ciudad es un gran ejemplo el logrado con la colaboración de AECID en los Tambos y algunas calles en el C.H., ayuda que fue financiera y técnica. Es especialmente relevante resaltar el trabajo que se hizo con los Tambos, que estaban en estado de deterioro avanzado, tugurización y hacinamiento. Se logró conciliar con los vecinos de los mismos y se realizó un trabajo conjunto con los mismos.
Es evidente que cada ciudad es diferente, por eso se requiere de imaginación, investigación, trabajo en conjunto, pero sobretodo, tener claro qué se quiere para Lima. El facilismo de demoler para construir es una visión miope cortoplacista. Invertir en el Centro Histórico y Barrios tradicionales es eso, INVERSIÓN a mediano plazo que revertirá si se maneja adecuadamente. Vivienda digna y comercio adecuado regresará al C.H. la prestancia que tuvo antaño y que tiene cualquier Centro Histórico, ¿ejemplos? muchos
gracias Walter, precisamente por eso se hace evidente la necesidad que todos los interesados participen, expresen su opinión, creemos consensos.
EliminarFelicitaciones por esta nota. Sin imaginación, sin visión, sin inteligencia y sin determinación y voluntad política, Lima no se salvará
ResponderEliminary sin sus ciudadanos... :)
EliminarTodas estas opiniones son de gente que vive del patrimonio cultural, por tanto es de esperarse que ninguno este de acuerdo con las demoliciones porque se quedarian sin chamba. Porque no le preguntan al limeño de a pie?????
ResponderEliminarTriste pagina que publica solo lo que le conviene
ResponderEliminarRespuestas de gente que vive del patrimonio, por lógica ninguno va a estar a favor de demoler las casas viejas y tugurizadas, porque se les va la minita de oro, con que cara la ministra de cultura habla de recuperación del centro histórico si su ministerio es el mayor escollo para la recuperación de los inmuebles, ya que sus técnicos inexpertos y sin los conocimientos necesarios para trabajar en un ministerio quieren que los proyectos se hagan a su gusto y capricho, pidiendo cosas inalcanzables para un propietario común y silvestre.
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