martes, 2 de junio de 2015

El patrimonio en nuestra visión de ciudad

Lima Milenaria en la Sala Porras Barrenechea, Congreso de la República.

Texto presentado en la Sala Porras Barrenechea del Congreso, el pasado 29, durante el primer debate por Lima organizado por varios colectivos de profesionales y ciudadanos. "Vivimos un momento histórico en el despertar de la ciudad", señaló el arquitecto Wiley Ludeña, y es verdad. Es un momento que esperaba Lima desde hace mucho tiempo.

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"Esta mañana leí una noticia de la Municipalidad de París anunciando que en los próximos días van a empezar a retirar los llamados ‘candados del amor’, colocados a lo largo del tiempo en el emblemático Puente de las Artes. Una decisión que no era nueva.

La decisión se había dado a conocer en junio del 2014. Después de eso, el municipio había lanzado una campaña de sensibilización a turistas y vecinos, y casi un año después señalaban que había llegado el momento de la acción. Pero como para no romper con la tradición del todo, también indicaron que van a reemplazar los candados con otra propuesta artística… una manera de gestionar ciudad, patrimonio y ciudadanos.

París, después de todo, es un lugar donde la protección de su patrimonio y su papel en el mundo del arte y la cultura la han puesto entre los mayores destinos turísticos del planeta. Eso implica también una manera de gestionar la ciudad que encaje con esa imagen.

Y si pensamos en otras ciudades referentes de calidad, más allá de que sean hermosas o ricas, ¿Qué imagen proyectan? Lugares, por ejemplo, como Nueva York, Ámsterdam, Montevideo o Medellín.

Tejer un cuento para la ciudad

Nueva York buscó salir de una tremenda crisis a partir de los años 70 del siglo pasado, gestando y proyectando una imagen vinculada al arte, la vanguardia y la modernidad, que tenía raíces en la osadía de su arquitectura a principios del siglo XX.

Ámsterdam, continúa proyectando su imagen como faro de la libertad. En su narrativa se tejen conceptos como respeto al individuo y su calidad de vida, en un contexto de una ciudad patrimonial.

Montevideo de manera consistente, año tras año, es considerada como una de las tres urbes con mejor calidad de vida en América Latina. Aquí no hay historia desde el punto de vista patrimonial, pero sí una tradición centenaria de poner al ciudadano al centro de sus políticas urbanas. Su cuento es, o parece ser, ‘aquí vivimos bien’.

Y Medellín se convirtió en la última década en un símbolo de lo que puede hacer una gestión con los ojos puestos en el ciudadano, para salir de una crisis de violencia y exclusión. Su mensaje podría ser, ‘tenemos ideas y las hacemos realidad’.

Son cuatro lugares muy diferentes que han trabajado su narrativa urbana desde sus fortalezas: identificadas, empoderadas, proyectadas.

Lima propone

¿Y Lima? ¿Tiene algo que la hace fuerte, diferente, original? ¿Qué mensaje proyecta?

Algunos dirán su gastronomía, su cultura chicha, su creatividad, y puede ser verdad. Todo eso es parte de lo que está haciendo a este lugar distinto y atractivo. Otros, que su mensaje es caos, informalidad, ruido, inseguridad, y también estarían en lo cierto, pero eso no hace una ciudad fuerte. Por el contrario.

También hay una respuesta desde el patrimonio arquitectónico que, creo yo, le da una originalidad y posibilidades con las que pocos pueden competir.

Lo que solía sostener el arquitecto Juan Gunther, era que un sello distintivo ha sido y sigue siendo la transformación de este territorio, de un espacio desértico a la creación de 30.000 hectáreas de valles artificiales gracias a un sistema de canales que sigue trabajando para Lima hoy, de manera anónima. A eso se añade un catálogo de arquitectura monumental de 4.500 años.

Los valles cayeron fulminados bajo el cemento, pero los canales siguen bombeando sangre vital bajo nuestras calles. Según datos de la Comisión de Regantes del Río Surco, el 80% de las áreas verdes públicas de Lima centro todavía son regadas con aguas que traen canales prehispánicos.

Oficialmente tenemos 385 huacas, la mayoría en mal estado pero con todo su potencial por desarrollar. De los 43 distritos de la capital, por lo menos 40 tienen un sitio arqueológico. Según el Atlas del Patrimonio del BID del 2012, Lima es la ciudad con la mayor densidad arquitectónica del país, tanto arqueológica como histórica.

Puente de las Artes de París, con los 'candados del amor' que ya fueron retirados.
¿Y si creemos en todo su potencial?

Entonces volviendo a la pregunta original ¿qué hace a Lima diferente? Creo que ahí tenemos una respuesta. ¿Pero cuántos lo saben?

Por eso que creo en la necesidad de incorporar la visión del patrimonio en nuestra visión de ciudad. Lima ES una ciudad patrimonial, que no solo se limita a su Centro Histórico. Esta conciencia y esta información imponen una manera de entender el espacio y nuestra manera de relacionarnos con él: cómo gestionamos los recursos naturales, cómo usamos el territorio, qué sentido le damos al patrimonio, cuál es su potencial económico.

Algo se avanzó durante la gestión de Susana Villarán, quien declaró oficialmente a Lima Ciudad Milenaria y Ciudad de Culturas en enero 2012. Luego, a través de distintos programas de la gerencia de Cultura, como Arte y Arqueología, Vamos a las Huacas, se llegó a unos 15.000 estudiantes de 250 colegios de la capital. Y se puso en valor a tres huacas de El Cercado.

La gestión de Luis Castañeda ha anunciado la recuperación de Garagay, un proyecto muy esperado en uno de los grandes templos de la antigüedad en el país, pero no se ha señalado todavía un plan más integral. No veo razón por la cual no se pueda continuar con los proyectos que han probado ser exitosos y positivos para Lima.

De ciudad inventada a ciudad real

Para ir terminando, hablar de Lima para mí significa también hablar de lo simbólico, porque aquí le añade una dimensión muy real. Nadie puede negar el papel de Lima como un símbolo de exclusión a lo largo de su historia hasta hace pocas décadas.

Como conversaba hace unos días con los jóvenes de la Plaza Bélgica, y parafraseando al historiador mexicano Edmundo O’Gorman, la narrativa hasta poco era la de una ciudad inventada, porque era una narrativa falsa, o incompleta. Todos habíamos crecido con el cuento de 1535, ignorando las civilizaciones que le habían dado su primer soplo de vida ese 18 de enero.

Esa sola narrativa marcaba un mensaje de exclusión: lo anterior no cuenta. O no contaba. Lo prehispánico no tiene valor. O no lo tenía. Pero incorporar su ancestralidad en una sola lectura termina teniendo un resultado unificador.

Lima Milenaria ofrece una narrativa común. Una narrativa en la que cualquiera que sea nuestra identidad, sea esta andina, china, chicha, shipiba, africana, europea, o cualquiera que sea, podamos todos sentirnos parte de un continuum civilizatorio que empezó hace 4,000 años, y que sigue avanzando hacia adelante alimentándose del aporte de todos y cada uno.

Lima no empezó de cero. Por eso el valor de internalizar una ciudad que reconcilie y no una que divida.

Autoridades y ciudadanos

Uniendo estos dos aspectos desde la gestión de la ciudad: el del valor del patrimonio y su valor simbólico fortaleciendo ciudadanía, creo que podemos entender por qué es una vía que solo puede beneficiar a la ciudad.

La ley de municipalidades obliga a los alcaldes a proteger la herencia de sus distritos. Pero si no creemos en lo que tenemos o desconocemos su valor, poco podremos hacer para exigir que cumplan con lo que tienen que hacer, y generar oportunidades para sus barrios.

Aquí todavía hay un trabajo pendiente de difusión. El ejemplo de París, el de una autoridad municipal que genera un espacio de diálogo y respeto para implementar una decisión que afecta al patrimonio y a los ciudadanos, es aleccionador.

De repente en un futuro no muy lejano tengamos autoridades que en lugar de tomar decisiones de madrugada, hayan aprendido a consultar, a informar, a dialogar. Y quizás ahí también empecemos a cambiar el mensaje de Lima, de ciudad-caos al de ciudad-patrimonio, original y milenaria".

1 comentario:

  1. Para empezar a soñar con un cambio yo sugiero la reforma total del sistema de distritos y municipios (lo mismo vale para el absurdo sistema de regiones-departamentos que a una mente iluminada se le ocurrió). Lima debe tener no mas de cinco distritos y si es posible uno solo. solo de ese modo se podrá gestionar la ciudad con una visión integral. Ya es hora de desandar lo mal andado

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