jueves, 8 de abril de 2010

CIUDADANÍA E INCLUSIÓN, ¿PARA QUÉ?


Lima Milenaria tiene dos orígenes: uno quijotesco (Refundar Lima) y otro sensato (Reposicionar Lima). Su objetivo es claro: incorporar su pasado prehispánico en una lectura oficial de la capital. Y después qué. ¿Qué ganamos con eso?

Lima Milenaria es una propuesta de inclusión social a través de la recuperación de su identidad histórica. Y en este proceso estamos gestionando ciudadanía. Y ¿para qué?

Al iniciar el siglo XXI, Lima enfrenta desafíos sin precedentes:

• en 2020 seremos más de 11 millones de habitantes
• en 2020 seremos una megaciudad
• su crecimiento se está produciendo en medio de una limitación de recursos (agua, principalmente), cambio climático y desigualdades no resueltas
• Lima crece sin planificación

No soy experto en temas urbanos, pero no necesito pensar demasiado para darme cuenta que si esta ciudad de hoy va a seguir expandiéndose, y de la manera que lo hace, va a necesitar algo que la articule y le de sentido.

En 2009 se publicó “Lima y Callao, Guía de Arquitectura y Paisaje”, y en su introducción el arquitecto Enrique Bonilla di Tolla, editor de esa publicación, señala que para una ciudad de Lima, con tantas necesidades específicas de infraestructura “tal vez la tarea más importante constituya la superación de la marginalidad y la integración de los ciudadanos, porque la ciudad es su gente, que respetuosa de su pasado, se proyecte al futuro...”.

Entonces, ¿cómo gestionar ciudadanía?, ¿cómo fortalecer el papel de la sociedad civil? Una opción es ofrecerles algo a todos. Que sea de todos.

La historia de nuestra ciudad, creo que pocos estarán en desacuerdo, es una historia de exclusiones. Y una sociedad moderna se construye precisamente sobre lo contrario. Las oportunidades para todos.

Lima Milenaria es una manera innovadora de mirar a una ciudad, diversa, multirracial, caótica, que busca el diálogo horizontal, popular, interdisciplinario, sobre el futuro de nuestra ciudad. Ya sea que vivamos en Miraflores, Lince o Los Olivos, todos queremos un mejor lugar para vivir.

¿Cómo vemos la proyección de Lima a futuro, entonces? Si aceptamos que vivimos en un territorio que no ha dejado de crecer y de transformarse en los últimos 2.000 años eso, creo yo, o por lo menos así lo siento, nos da una tremenda energía.

Esa visión de continuidad que empieza mucho más atrás en el tiempo, otorga destino, identidad. El destino de gentes que siguen llegando de todas partes, y que llevan miles de años construyendo, creando, produciendo.

Y sobre esos puntos en común podemos seguir avanzando. Ese destino, sospecho, es el que nos proyecta al futuro.


Foto: uca.es

4 comentarios:

  1. Pues querido Javier, tu reflexión es la misma que uno se hace trabajando en un espacio como un museo, donde se alberga parte del patrimonio material-arqueólogico de nuestros antepasados. ¿Para qué nos sirve en el hoy, sino es para poder encontrarnos comunes, semejantes, "nosotros" en tanto seres que convivimos en una sociedad humana? Ese otro "exótico", pasado, único y distante, al igual que ese "otro" que no vive donde yo vivo, que no pasea por donde yo paseo, que no consume necesariamente lo que yo consumo, debe dar paso a la posibilidad de encontrarnos en un "nosotros". Ese "nosotros" pasa por reconocernos como habitantes de un mismo espacio común (sea éste nuestra ciudad, o nuestro país), así como constructores de una historia común. Y entonces podremos hacernos de Lima como espacio "nuestro", y no mío, tuyo y ajeno. Y quizás así, tal vez y ojalá, estaremos empezando el arduo ejercicio de concebirnos también como nación...

    ResponderEliminar
  2. Haciendo Lima menos ajena. Gracias Ulla. Lindo comentario.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  4. ¿Inclusión? muy simple, para que sea una respuesta de la cual ningún ser humano sea excluído por ninguna sin razón o razón.

    ResponderEliminar