“Lima ha sido habitada continuamente por unos 2.000 años. No estuvo interrumpida por nada.” (Entrevista con María Rostorowski, historiadora)
Un elemento central en esta propuesta de Lima Milenaria es poder encontrar ese momento embrionario en el que esa pre-Lima, o ese centro urbano incipiente, empieza a crecer.
Ese momento de no retorno, real y simbólico, cuando este territorio empieza su proceso de transformación, cultura tras cultura, invasión tras invasión, pasando por su fundación española, hasta llegar a la ciudad de nuestros días.
Arqueólogos, arquitectos y una serie de profesionales llevan años investigando, escarbando bajo nuestros cimientos para ir tejiendo una historia que tenga sentido.
El antropólogo Luis Millones escribe en el libro ‘Lima antes de Pizarro’ que “los millones de habitantes que ahora se atropellan sobre la capital peruana, al hablar de su historia se detienen en el virreinato (…) pero probablemente sean pocos los que reconozcan la existencia de una Lima prehispánica”.
Los primeros restos líticos – ¡antes del año 0!
Lo que pasa es que cada vez hay más información. Los restos más antiguos de presencia humana en la capital tienen unos 10.000 mil años de antigüedad (Oquendo y Chivateros). Estos primeros habitantes fueron cazadores y recolectores.
La arquitecta Sandra Negro plantea en la “Guía de Arquitectura y Paisaje”, que los primeros asentamientos estables en las zonas de Chorrillos, Barranco y Surco “han sido documentados alrededor de los 4.000 años a.C. y se trataba de villas y aldeas de pescadores y tempranos agricultores”.
Pero por más fascinante que resulte esta información, no me sirve. Si estoy proponiendo a Lima como ciudad milenaria, tengo que encontrar evidencia que demuestre ese desarrollo urbano.
Buscando la ciudad-bebé
Hay investigadores que señalan por ejemplo que la huaca Paraíso, en el valle del río Chillón y con sus 4.500 años de antigüedad, puede servir de año 0.
Para ellos, la construcción de una huaca de tales dimensiones no se pudo dar sin una organización política, económica y social determinada. Es decir, un desarrollo urbano incipiente.
Al haber desaparecido la arquitectura civil de esa época, simples construcciones de barro, la tarea es algo más difícil.
¿Cómo lanzar una campaña diciendo que Lima tiene 4.000 años, sobre la base de sólo una construcción?
Muy fácilmente, me dijeron algunos arqueólogos. Pero no es suficiente, señalan los arquitectos. Necesito vestigios suficientes que dejen fuera de duda la existencia de un desarrollo urbano, por incipiente que sea. El ver para creer. ¿Uds qué creen?
El valle elegido
Al no ser arqueólogo ni arquitecto sólo me queda guiarme de lo que voy aprendiendo. Pero si alguno de ustedes lo ve de otra manera, me alegrará mucho poder aprender.
El otro elemento fundamental es el valle. Dónde. La Lima actual se ha extendido sobre sus tres valles: el Chillón, el Rímac y Lurín. La Lima de la fundación española, y con la que la mayoría nos hemos identificado, es la del valle del Rímac.
La Lima de cemento que se extiende enormemente sobre lo que antes eran realmente valles, es más un fenómeno reciente, vinculado a la migración del interior.
Es así que la ubicación de esta Lima Milenaria idealmente debería estar en los confines del Rímac. Es decir, desde la ribera sur del río hablador hasta Chorrillos.
Y estas son las piezas claves: el cuándo y el dónde. Por ahora, creo haber identificado ese lugar en nuestra ciudad. ¿Alguien se anima a decir cuál es? Hasta la próxima.