miércoles, 31 de julio de 2013

Adiós, Edificio Limatambo. RIP 2013

Foto: Lima Antigua

Nada más ser juramentada, la nueva ministra de Cultura hizo su primera promesa: buscar el compromiso de la empresa privada con el patrimonio de la ciudad. Estupenda iniciativa. Si lo consigue, se ganará mi respeto y admiración.  Le sugiero que empiece con el grupo Brescia. Seguro que tendrá mejor suerte que yo. (Vea aquí la despedida virtual al edificio) 

Como muchos habrán notado, el edificio Limatambo -el emblemático edificio limeño que ocupa una de las esquinas de la Av. Javier Prado y Vía Expresa- empezó su despedida final. Estos días aparece vacío, desprovisto de vida y cubierto con una malla verde, mientras avanza su desmantelamiento.

Es un triste fin para una estructura diseñada por uno de nuestros grandes arquitectos, Enrique Seoane Ros, y que se convirtió en un símbolo de la historia del desarrollo urbano de Lima.

Lo que me parece más desalentador es que el grupo Brescia, propietarios del edificio, tuvo en sus manos la posibilidad de dar una clara señal de compromiso con la ciudad. Y no lo hizo. ¿Por qué? Aquí un resumen de un final que pudo ser diferente.

18 de mayo: empiezan a desmantelar el aviso de Coca Cola. Ese día publico un post en Facebook preguntando si existe algún proyecto para que el anuncio vaya a un museo, o si hay planes para hacer un registro fotográfico del proceso. Muchos responden con entusiasmo a la posibilidad de hacer algo. Aquí el link de estos intercambios.

Ese mismo día consigo comunicarme con un representante del grupo Breca (el nombre actual del grupo económico). Su respuesta es muy positiva. “Claro que se puede”.

20 de mayo: le reitero por e-mail mi interés en presentarle un proyecto sobre la memoria visual del edificio. “Voy a ver el tema con el gerente del negocio inmobiliario...”.

25 de mayo: vuelvo a preguntar. "Las coordinaciones las podemos realizar luego que el edificio esté desocupado…”.

27 de mayo: mientras eso sucede, ¿nos podemos reunir? “Esta semana es complicada…”.

3 de junio: sugiero que el proyecto le puede servir tanto a la empresa como a la ciudad. “Esta semana me tengo que ir a Cusco...”.

13 de junio: ¿alguna fecha para conversar? “Me encantaría pero todavía no he recibido una fecha definida para la desocupación ...”. No hubo más contacto directo.

11 de julio: una agencia de comunicación externa me envía este mensaje: “Sé que estas interesado en tomar imágenes del Edificio Limatambo. Me dicen… que a partir de hoy y hasta el domingo podrás acercarte a hacer las tomas respectivas”. Tengo 48 horas.

Ante la sorpresa de lo que sonaba como un ultimátum antes que una invitación, solo atino a preguntar si puedo hacer una convocatoria abierta para que en esas 48 horas venga público en general que quiera conocer el edificio, y para que vengan fotógrafos a registrar imágenes.

12 de julio, última comunicación: “Lamentablemente, se han iniciado las labores de acondicionamiento del edificio y por un tema de seguridad no se puede permitir el ingreso a muchas personas”.

Solo podía entrar yo solo. Y declino el privilegio.

¿De qué se trataba? Algo tan simple como:
  • Permitir el acceso para que artistas y fotógrafos pudieran tomar imágenes del lugar.
  • Abrir el edificio al público por unos días y puedan conocer de cerca el trabajo del arquitecto.
  • Realizar un ciclo de conferencias sobre Seoane y ese momento arquitectónico en Lima.
  • Realizar una exhibición fotográfica con imágenes de las obras de Seoane y/o de otros arquitectos de la época.
  • Tal vez publicar un pequeño libro, afiches, postales, con esas imágenes.
Y ahí es cuando no entiendo esta actitud empresarial. No solo era una buena oportunidad para Lima y los que estamos interesados en ella. Era también un tema de imagen para este grupo.

Los más entusiastas dirán que ahí ellos van a levantar el edifico más alto del Perú. A mí también me fascina la arquitectura contemporánea. Pero así no se hacen las cosas. No se levanta sobre un punto de historia, tan significativo para la ciudad, haciendo tabla rasa de ese pasado. Sin memoria no existen las ciudades.

Sinceramente, espero que ellos por su cuenta estén preparando un proyecto propio. De repente, y sueño por un momento, que en unos meses sacarán una publicación o harán una exhibición. No tengo idea.

Mientras tanto, los limeños volvemos a perder un símbolo de nuestra historia. Las autoridades y los profesionales responsables tampoco hicieron nada. Las futuras generaciones de limeños no sabrán lo que eso significó para el desarrollo de la capital.

No es una buena señal. Lima requiere de un mejor compromiso de todos. Particularmente de sus empresarios, y de aquellos que siguen creciendo gracias a esta ciudad y sus habitantes. Así que, ministra de Cultura, tiene la pista preparada.

Y a tí, edificio Limatambo (qué nombre tan evocativo), adiós.  

Aquí una galería de imágenes sobre el edificio y el trabajo de Seoane.

Y aquí, la despedida virtual de los limeños a un edificio querido.

miércoles, 17 de julio de 2013

PRESIDENTE: ¿QUÉ HACEMOS CON NUESTRA RIQUEZA?

Estudiantes en la Fortaleza de Campoy, SJL. Foto: Rolly Reyna/El Comercio.
 
Me pregunto qué siente el presidente Humala cuando ve que una empresa inmobiliaria se cree con toda la autoridad para destruir un vestigio arqueológico de 4.000 años de antigüedad. Me pregunto qué piensa cuando ve que otra empresa inmobiliaria se toma el templo de Huacoy, de 3.800 años, lo lotiza y levanta casas.  Me pregunto qué dice ante las constantes amenazas de invasión en Pachacámac, de 2.000 años.  Me pregunto cómo reacciona cuando ve que la gran ciudad de Cajamarquilla, de 1.400 años de antigüedad, yace en tan indigno abandono.

Me pregunto quién le tapó los ojos al mandatario.  Cómo así se permite no ver no solo la abundante riqueza arqueológica que define a Lima, sino el potencial económico y de desarrollo que yace debajo de capas de tierra y de siglos de olvido.

¿Sabe el presidente Ollanta Humala que Lima tiene un catálogo de arquitectura monumental que cubre 4.000 años de desarrollos culturales en nuestros valles?  ¿Sabe que eso nos convierte en parte de un puñado de ciudades, que no superan las cinco en el mundo, que pueden ofrecer una riqueza incontrastable? ¿Sabe el mandatario que ahí yace una fuente enorme de originalidad, el recurso inagotable y más buscado en esta época de globalización?

Es una mala coincidencia. Los atentados recientes contra el patrimonio -que es verdad se producen con creciente frecuencia en todo el país y no solo en Lima- suceden después de la promulgación del D.S.54.  Un decreto que nunca explica en los términos más claros que la protección de nuestra herencia cultural es un fin supremo del Estado.

Es verdad que el ministerio de Cultura hace lo que puede. Para algunos hace poco o nada. Yo pienso que esta gestión ha hecho más que otras y se ha comprometido (con sus limitaciones) con la protección y puesta en valor de nuestro legado.  Pero ¿qué  hace un ministro de este sector ante las enormes presiones comerciales?

Por eso le toca al Presidente entender. Por eso, le toca a Ollanta Humala escuchar, ver, sentir, imaginar, proyectar, decidir mejor.  Con cada huaca destruida, con cada casona que se incendia, con cada pieza histórica que desaparece, desaparece también toda nuestra originalidad. Nuestra razón de ser ante el mundo.

¿No queremos aumentar el turismo? ¿No queremos mejorar los niveles de educación? ¿No queremos fortalecer la identidad y fomentar la inclusión social? Así que, Presidente, ¿qué hacemos? 

¿Nos ubicamos en un balcón y dejamos correr la vida?  O se toma en serio que esto no es un tema solo de cultura. Es un tema de desarrollo, de potencial económico, de inclusión social.  De un país más fuerte.

Las sanciones por delitos contra el patrimonio tienen que endurecerse: multas y penas de cárcel.  Demoler donde se ha abusado. Registrar lo que está pendiente. Cercar donde sea urgente. Buscar el apoyo de la empresa privada. Acelerar la reforma de la ley de Patrimonio y generar los estímulos correctos.

Es un esfuerzo concertado.  La sociedad civil parece dispuesta a apoyar donde tenga que apoyar.  Pero se necesitan señales claras.  Comprométase y comprometa a su ministro de Economía, a sus congresistas, a sus otros ministros.  Que sea una visión de futuro donde todos salgamos ganando.

"…el individuo sano vive porque tiene memoria, porque sabe cómo se llama, cómo fue su vida anterior. Si no, caería en la locura, en la inconsciencia " (Jorge Basadre).

miércoles, 10 de julio de 2013

LAS HUACAS YA NO ESTÁN SOLAS

La hermana Killa, protectora de El Paraíso, en uno de sus rituales en el lugar.

Lima nunca dejará de sorprenderme. En esta ciudad de temblores y milagros, en las últimas dos semanas ha habido denuncias, pesares y rabias por la destrucción ocurrida en El Paraíso. Pero ha habido algo más. Ha habido algo cercano a un milagro.

Por primera vez la ciudad pareció ponerse de pie para proteger sus huacas. Por primera vez pareció haber un esfuerzo común entre ciudadanos, redes sociales y medios de comunicación para defender “lo nuestro”.

Lo más curioso de todo es que la mayoría defendió algo que nunca ha visto. Porque estoy seguro que muy pocos han visitado el lugar, casi inaccesible por lo demás. No fue la furia que pudo desatar la destrucción de un punto emblemático, conocido y amado por todos. Para nada.

Es más, hasta hace dos años la mayoría de limeños no teníamos idea de qué cosa era el complejo arqueológico El Paraíso. Por eso entre todo lo terrible que fue esta destrucción, me pareció extraordinariamente positivo lo que ha venido pasando.

Y ha venido pasando que por fin estamos construyendo ciudadanía. Por fin empezó a suceder lo que nuestros grandes maestros nos venían diciendo: “no se quiere lo que no se conoce”, “no se protege lo que no se quiere”. Empezamos a tomar conciencia.

Un milagro limeño
Lo que ha venido pasando, además, fue más allá del escándalo mediático que otros eventos de destrucción de patrimonio han producido. Aquí, junto con las denuncias, ha habido una serie de artículos en la prensa donde se ha ponderado, se ha analizado, se ha tratado de ir más allá en la discusión del tema de protección de nuestro patrimonio.

Y ha sido como un sino limeño. Porque así como la flor de amancaes, nuestra flor, emerge con su intenso amarillo en medio del frío y la oscuridad del invierno, así de pronto hemos emergido nosotros. Nos hemos levantado para decir “basta de destrucción”.

Es verdad, a raíz del nefasto D.S.54 el ambiente ya estaba cargado. Y lo ocurrido en El Paraíso nos da argumentos para exigir más. Pero antes, permítanme comentar algo más.

Repitiendo la idea planteada más arriba, siento que por primera vez empezamos a ejercer nuestro papel de sociedad civil, donde no se trata solo de unos locos defendiendo su patrimonio, sino varios estamentos. Y he querido subrayar esto que para mí es muy buena noticia por dos razones fundamentales.

La primera, porque podemos tener muchas leyes de protección, podemos tener más presupuestos, policías y rejas. Pero si no existe una sociedad civil que considere como suyos esos tesoros, como ya empezó a suceder, nada de lo otro tendría futuro.

Reconocer y agradecer
Ya sé que nos gusta tirarnos piedras e insultos. Pero por una vez creo que tenemos razones para sentir que algo estamos haciendo bien. La otra razón para mí tiene que ver con el reconocimiento. En esto no creo en las falsas modestias.

Si esto está sucediendo hoy, en buena medida, es por el esfuerzo que durante los últimos dos años se hizo desde la campaña Lima Milenaria, en El Comercio. La campaña que empezó en este blog muy probablemente nunca habría alcanzado el impacto que llegó a tener de no haber sido por el olfato, la visión y el compromiso de una persona en ese diario: Martha Meier Miro Quesada.

Y necesito reconocer eso, porque los frutos de esa visión los estamos viendo hoy. Martha sabe que en otros temas hemos estado en orillas muy opuestas, y hemos discutido. Pero en lo que concierne a patrimonio y Lima Milenaria el apoyo siempre estuvo ahí.

Creo que la campaña ha logrado legitimar esta visión de protección y ha conseguido sensibilizar a un sector de la población. 

En este último año no solo conseguimos que la alcaldesa de Lima declare a la capital oficialmente como Ciudad Milenaria y Ciudad de Culturas, sino que se produjeron dos hechos sin precedentes en este campo: las dos instituciones principales en cuestiones de patrimonio aprobaron sendos presupuestos para protección.

La misma Municipalidad destinó un presupuesto de 20 millones de soles y el ministerio de Cultura, unos ocho millones. Ese nivel de compromiso con las huacas nunca se había visto en la ciudad. Pero que falta mucho. Falta mucho.

Lo que falta, ahora sí…
Una vez expuestas las buenas razones, una vez teniendo en claro que como sociedad civil estamos avanzando por la ruta correcta, qué nos queda. El (mal) ejemplo de El Paraíso ha dejado al descubierto una serie de falencias, deficiencias y necesidades que simplemente enumero:

- Dejó en evidencia la pésima formulación del D.S.54. En este blog señalamos en su momento que el texto debió enfatizar, en los términos más claros, que es obligación del Estado la protección de su patrimonio arqueológico, y debió dotar al ministerio de Cultura de recursos adicionales para cumplir con las nuevas metas exigidas.

- Dejó en evidencia la necesidad de revisar el alcance de las sanciones. Lo que hizo la municipalidad de San Martín de Porres, de multar a la empresa con siete mil soles, es lo más cercano a un insulto y debería ser cuestionada por esa acción. Las multas por destrucción de patrimonio se deben contar en millones de soles.

- Dejó en evidencia que se necesita sensibilizar al poder Judicial. Hasta ahora no existe nadie en prisión por delito contra el patrimonio. Las penas y sanciones se deben hacer ejemplares. El poder Judicial debe asumir su compromiso en este camino.

- Dejó en evidencia un ministerio de Cultura con limitada capacidad de protección: de más de 350 sitios arqueológicos en la capital, solo unos 40 están incluidos en los registros públicos. Registrar una huaca cuesta en promedio 40.000 soles. ¿Por qué no se aceleró este proceso sabiendo, además, que iban a iniciar trabajos de puesta en valor? Sorprendentemente, El Paraíso no había sido registrado por el ministerio.

Imagino que la lista se puede extender. Pero la esencia es que ahora el camino se puede hacer más claro. En lugar de enfrentarnos a ciegas con la autoridad, creo que podemos avanzar con demandas específicas, para ir consiguiendo logros específicos.

Así que perdónenme los que consideran esto un exceso de optimismo. Creo que, a pesar de todo, estamos construyendo algo sólido. Solo cuando sucede esta acción concertada es cuando las autoridades van a escuchar. Nos vamos acercando.

 

martes, 2 de julio de 2013

EL PARAÍSO NECESITA MANO DURA

Con Germán Salas (izq.) y Gregorio Astovilca, sobre el sitio arrasado.
La hermana Killa es una ancashina que lleva más de 20 años cuidando, protegiendo y limpiando la huaca Paraíso. No le gusta la palabra chamana, pero es una mujer que reproduce una sabiduría que le enseñaron sus abuelos en la sierra del país. Parte de esa cultura se manifiesta en los rituales ancestrales que desde hace tiempo viene realizando en este sitio arqueológico, el más antiguo de Lima.

Así la conocí nada más volver al Perú, hace casi cinco años. Era un solsticio de primavera y realizaba la fiesta de la fertilidad. Quedé conmovido y sorprendido con lo que vi. Ese mismo día, con las fotos que tomé, publiqué una galería de imágenes en la página web de la BBC. Desde entonces, he visto a la hermana Killa con cierta frecuencia.

Guerra avisada
Lamentablemente, en los últimos dos años esta frecuencia se debió más a llamadas de emergencia: “Javier, quieren invadir”, “…están instalando bloqueos”, “…nos han amenazado”. Desde el cargo que tenía en El Comercio en ese entonces, se hizo lo que se pudo. Creo que lo más importante que conseguimos fue hacer visible a El Paraíso y ponerlo en la agenda. Hasta entonces, nadie hablaba de este sitio ni nadie, o muy pocos fuera obviamente de los arqueólogos, lo conocía.

El asunto con la destrucción que se produjo este sábado es complicado. Y no debería serlo. Complicado porque la señora Alicia Vargas Romaní, que se dice dueña de esos terrenos, personalmente se ha encargado de amenazar a la hermana Killa y su gente. Ella ya había sido denunciada y el ministerio y las autoridades debieron tomar cartas en el asunto. ¿Qué se hizo? Nada.

Visita al lugar
Ayer lunes que fui al lugar llegué justo con los últimos rayos de sol. Conseguí tomar unas fotos que pueden ver haciendo clic en el vínculo de más abajo. Aquí encontré a dos de esos personajes que tienen más de héroes de novela popular que de otra cosa.

Uno de ellos es Germán Salas, del grupo de la hermana Killa, un autoproclamado protector del sitio. Y Gregorio Astovilca, conservador del ministerio. Con los dos caminé por el lugar. Estar con personajes así nos hace sentir más cerca de esta rica herencia. Porque te transmiten ese conocimiento, ese cariño, y esa sensación tan particular que produce estar junto a un edificio que fue levantado por otras personas hace unos 4.000 años.

Ellos y Killa aman este lugar. “Pero me siento defraudada”, me dijo ella al teléfono mientras caminaba por su paraíso. Y no es para menos. En todo este tiempo, es poco lo que han hecho para solucionar sus pedidos. Si Paraíso está como está, limpio y sin invasiones es, en gran medida, gracias al esfuerzo de ella y su grupo: Kapac Sumaq Ayllu.

Ahora, no le queda otra que pedir garantías por su vida y la de los miembros de su agrupación. En el video de El Comercio en el que habla el viceministro de Cultura, señala que el sitio tiene vigilancia permanente. Un vigilante para más de 60 hectáreas. ¿De quién se quiere burlar este señor?

¿Cuántos años de cárcel?
Cuando hace un tiempo quise investigar qué pasaba con los delitos contra el patrimonio, el resultado fue lamentable: no existe nadie en prisión. El delito contra el patrimonio en el Perú no se castiga. Entonces, ¿cómo es posible que la autoridad de cultura, tres días después de este atentado, diga que se está pensando qué acciones tomar?

Lamentablemente ellos saben que las cámaras solo los escucharán un día. Y ese día harán todas las promesas. Pero esta es una situación que pudo evitarse. Desde la primera voz de alerta se debió hacer algo. Después de todo, no solo es el sitio más antiguo de la capital sino uno de los complejos arqueológicos más importantes de toda la costa del Perú.

Lamentablemente también, el ministerio tiene la excusa perfecta: nosotros denunciamos y es el poder Judicial el que no procede. Pero son años con esta situación. ¿Por qué entonces el INC tiene ahora categoría de ministerio si no puede poner mano dura? ¿De qué manera garantiza el ministerio la protección de mi herencia, de nuestra herencia cultural, si se lava las manos con la debilidad del poder judicial?

Un tesoro a la intemperie
La señora Romaní Vargas y sus empresas: Compañía Promotora Provelanz y la inmobiliaria Alisol lleva años reclamando esas tierras. Tiene instalados carteles de propiedad privada donde, según el ministerio, es oficialmente terreno intangible y le pertenece al Estado. ¿Por qué no se ha cercado el lugar? Hacerlo debería ser una prioridad.

Antes de poner 8 millones de soles en una muy bienvenida inversión para excavar, ¿por qué no se cercó antes? Porque Cultura quería titulares. Bien. Les salió el tiro por la culata. Los titulares que consiguió son estos: está permitiendo la destrucción de un lugar valioso.

Lo bueno dentro de lo malo...
Para terminar, y perdonen la extensión de este post. No quiero ser del todo injusto. También hay algo bueno que comentar. Justamente el hecho que el año pasado se anunciara tamaña inversión para poner en valor Paraíso fue una extraordinaria noticia. Mal priorizada, pero estupenda.

En mi visita de ayer pude ver los avances y, en este campo específico, tengo que felicitarlos (algo de esto pueden ver en el álbum de fotos). En pocos meses han empezado a sacar del olvido a fabulosas estructuras milenarias que nos hablan del desarrollo cultural que se dio en nuestros valles hace 4.000 años o posiblemente más.

Ya sé que el turismo no debería liderar todos los objetivos de recuperación, pero ver el enorme potencial de toda esta zona también es esperanzador. Solo queda que las autoridades se pongan firmes y hagan lo que tienen que ser.

Lo que estamos haciendo hoy lo hacemos para los que estamos aquí pero, sobre todo, para los que vienen después. No los defraudemos. Nuestra riqueza cultural es la que nos hace originales y fuertes ante el mundo.

Galería de fotos:
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10151510691880642.1073741829.255185565641&type=3

Nota adicional: Paraíso es un complejo arqueológico de unas 60 has. Se encuentra en el distrito de San Martín de Porres. Está al borde del río Chillón, rodeada de cerros tutelares y a pocos metros del Océano. Se supone que existen unas 12 pirámides, o más, de 4.000 años de antigüedad. Hasta ahora solo hay una que fue recuperada y reconstruida en los años 60 y que es la pirámide central. Si se puede decir, la principal. Esta no se ha tocado. La que se destruyó fue otra, a un extremo del sitio, a unos 300 metros. Es verdad que es igualmente un delito muy grave porque son 4.000 años de historia que desaparecieron de un golpe.

Foto: Javier Lizarzaburu