domingo, 21 de abril de 2013

¿IMAGINAR LIMA?

El Museo del Perú en el actual Ministerio de Justicia, con área peatonalizada. 

Para los más escépticos sonará como una frase imposible. ¿Imaginar una mejor Lima? El asunto es que si no lo hacemos, no va a suceder.

"El futuro lo creamos hoy", me dijeron hace unos años varios científicos y filósofos de algunos de los centros de pensamiento más importantes. Estaba en la BBC y me había metido a hacer una investigación sobre el futuro del poder a 50 años. Hablé con gente del LSE, del MIT, y de centros especializados en Shangai, París y Ciudad de México.

Lo más sorprendente para mí fue esa convicción, casi anti científica a ojos de un inexperto, de que en lugares tan serios se trabajara sobre la base de que lo suceda en el futuro no solo es una consecuencia de nuestros actos hoy. Es algo aún más excitante: es consecuencia de lo que decidimos hoy.

Así que, qué mejor manera de probar esta direccionalidad creativa que en lo que concierne a Lima. Lima se merece, necesita, urge que todos la imaginemos más amable, más justa, más silenciosa, más guapa, más organizada. No se ustedes, pero esta batalla constante y diaria de quejarnos de todo lo que está mal a veces termina siendo repetitiva. Todos sabemos lo que anda mal. Y las autoridades lo saben. Pensemos por un momento que están trabajando para solucionar eso. Contribuyamos nosotros con las otras ideas. Con esas imágenes que nos hacen soñar con un lugar mejor.

Por eso primero lanzamos una convocatoria a arquitectos, artistas y seguidores de Lima Milenaria en Facebook, para que envíen sus diseños de ese lugar soñado. Hoy, como para hacer que la gente salga a bailar, empezamos con algo propio. Algo que me venía dando vueltas hace un tiempo: transformar y reciclar todo el sector alrededor del Palacio de Justicia.

Somos uno de los seis países que son cuna de civilización en este planeta. Somos uno de los países más ricos culturalmente. Ese legado nos sigue acompañando, y ¿dónde están esos grandes museos que nos recuerden estos 5.000 años de creatividad y transformación?

Hace un par de semanas escribí sobre todos los tesoros que han llegado al mercado negro y se venden afuera. Pero cuando consiguen traerlos de vuelta al Perú a dónde van. A depósitos! No tenemos lugar donde mostrar nuestras riquezas. Eso, la verdad que no solo es inaudito. Es ofensivo para una nación como la nuestra. En qué han estado pensando nuestros líderes todo este tiempo? Por qué han dejado de lado este aspecto fundamental de nuestra identidad? Es acaso responsabilidad de los museos privados?

Hace un tiempo un amigo me decía que los textiles prehispánicos son considerados los más importantes en el desarrollo de esa industria en el mundo. Que no hay diseñador que escriba un libro y no agradezca la inspiración dejada por los antiguos peruanos. Díganme dónde tenemos el gran museo de los textiles peruanos.

Ya no me extiendo sobre la violencia que se ejerce desde el volante sobre las calles de la ciudad. Los ciudadanos no tenemos un espacio para caminar y ser dueños de nuestra ciudad. Andamos cuidándonos, corriendo o requintando. Eso no es calidad de vida. Así que por eso empezamos esta iniciativa en El Comercio. Ojalá varios se contagien. O por lo menos voten. En la página web del diario aparecerá una ventana donde podrán decir si les gusta o no lo que se proponiendo. 

Y los que quieran enviar sus propios diseños de ciudad lo pueden hacer a este correo: yotambiensoylima@comercio.com.pe

Nada más por ahora.  A diseñar el futuro!

viernes, 19 de abril de 2013

“COLISEO”, UNA CINTA PARA ENTENDER LIMA


Desde un principio he sido un entusiasta y un promotor de la película “Coliseo”. Son varias las razones, y creo que casi todas tienen que ver con el hecho de que tiene una relación muy clara con la ciudad y cómo la entendemos.

Su director, Alejandro Rossi, dirá que es una película feliz sobre jóvenes de la ‘nueva Lima’ o la Lima de los conos. A él le gusta sintetizar su descripción como un Bollywood andino, que rescata un tema de valores, superación, identidad. Y tiene mucho de eso. A mí me gusta verla también como una representación contemporánea de Lima Milenaria, la campaña de este Diario.

Vista desde esa perspectiva, el punto de intersección entre película y campaña es potente. Poder entender esto es poder entender bastante delo que nuestra ciudad es hoy. Y tiene que ver con una de las conclusiones más sorprendentes a las que han llegado los arqueólogos en los últimos años: que Lima ha sido, desde siempre, tierra de migrantes. Por lo menos durante los últimos 4.000 años, desde que esos primeros habitantes construyeron la huaca Paraíso, en San Martín de Porres.

Desde entonces, sucesivas llegadas de gente de distinta procedencia cultural y geográfica han reinventado este espacio muchas veces. Su gente, a lo largo de miles de años, lo ha venido transformando y enriqueciendo. A veces este proceso ha sido traumático y destructivo, pero la esencia es la de una ciudad que ha seguido creciendo, y donde sus habitantes buscan un espacio para sí mismos.

Por eso, al ver los rostros de los chicos que actúan en “Coliseo” es más que un grupo de jóvenes, hijos de migrantes, compitiendo para ganar un concurso de huaylarsh y salvar la carpa del abuelo. Ellos están haciendo algo que como ciudad no hacemos muy bien: incorporar dentro de su identidad de limeños un legado andino de solidaridad, de trabajo compartido, de superación y de valores. Están fortaleciendo su identidad, y eso es algo que cada día está sucediendo en distritos de la capital.

Esto, para mí, es ver a Lima ejerciendo su destino de manera cotidiana: un destino de transformación, de creación, de hacer suyo este territorio. Es ver esa continuidad milenaria y esa ciudad de culturas retratada hoy. Por eso esta campaña del Diario no es solo sobre huacas y mirar al pasado. Se trata del presente, con temas de ciudadanía, inclusión social, memoria. Y se trata de la ciudad de mañana.

Los que nunca han visto bailar el huaylarsh, se los recomiendo especialmente. Ver esta danza del valle del Mantaro en su versión contemporánea creada por jóvenes limeños, producto de su relación más urbana con la ciudad, es ver a una Lima feliz, vital, bailando, queriendo, gozando. Una Lima con sueños.

Y, en el caso de la película, una Lima que hace realidad sus sueños. No estamos acostumbrados a ver así a nuestra ciudad. No estamos acostumbrados a ver la ciudad posible, la ciudad positiva, la ciudad que va creciendo con algo bueno que ofrecer. Y esta película es un duchazo de optimismo, en un escenario inusual. De repente nos hace falta más de eso.

Publicado en El Comercio: 3/10/12 
Foto: rpp.com