miércoles, 24 de enero de 2018

Las huacas y la ofrenda de las palabras

Foto ganadora del Premio del Jurado: #33 Pachacamac, de Briam Espinoza.
Hace pocos días realizamos el VI Concurso de Fotografía Lima Milenaria en el que participaron 44 personas, que enviaron 77 imágenes. Y si bien es cierto que abrimos esta nota con la foto ganadora del Voto del Jurado, lo que queremos compartir hoy es la otra parte de esa competencia: las reflexiones, las palabras, las varias maneras que existen de entender nuestro legado.

El tema de este año fueron las huacas de Lima, en parte porque es el tema que será representado en mayo en la Bienal de Venecia de Arquitectura. Y que sea un concurso ciudadano le da ese valor añadido, de ser reflexiones que vienen desde la experiencia cotidiana de cada uno.

De hecho, el nuestro es el único concurso ciudadano de fotografía patrimonial que existe en nuestro medio. Ahí se apuntan todos, desde los que manejan la cámara con maestría hasta el vecino que mira una esquina de su ciudad y dice ‘por qué no’.

Para los que quieran mirar todas las fotos participantes, aquí tienen los links:

Album 1
Album 2
Album 3

Los interesados en ver las fotos ganadoras hacer clic aquí.

Es una participación sin filtros estéticos ni técnicos. Lo único que se necesita es estar dispuesto a retratar ese pedazo de ciudad que muchos no vemos. Y en ese ejercicio, están los que escribieron con gran inspiración. Aquí algunos de ellos:
  
Fortaleza de Campoy, San Juan de Lurigancho. Fabio Rodriguez Bernuy.
5 Fabio Enrique Rodríguez Bernuy 
“La imponente Huaca Fortaleza de Campoy inspira un misticismo milenario que nos recuerda que nuestra grandeza sigue siendo migrante y autóctona. A través de la celebración anual del Inti Raymi, diversas generaciones realizan un peregrinaje hacia lo alto del distrito de San Juan de Lurigancho para realizar una ofrenda al dios Sol, en una tradición que ha trascendido las fronteras del tiempo y la geografía andina. Danzas, música y representaciones rituales son testigos de una cultura viva que enaltece cada solsticio de invierno en una ciudad donde confluyen todas las sangres”

Huaca Huallamarca, San Isidro. Virgil Hivernon.
27 Virgil Hivernon
“Las Huakas representan una ventana abierta hacia un pasado rico en dinámicas culturales, económicas y sociales que fueron soslayadas en el proceso de edificación de la Lima contemporánea. Ese acervo milenario se proyecta como potencial fuente para una futura (re)construcción urbana, frente a los desequilibrios existentes. Estos espacios podrían ofrecer un ejemplo idóneo para transformar nuestro entorno, respetando el equilibrio natural, con una visión social y urbana integradora y con un notable sello estético asociado a nuestra cultura ancestral”

Huaca Pucllana, Miraflores. Carlos Troncoso.
38 Carlos Troncoso
“Adobitos de Rubik. Debemos luchar para ser una metrópoli orgullosa de sus 400 huacas, rebosantes de contexto paisajístico e histórico. Tener el privilegio de vivir en una ciudad milenaria, es lo primero que se debería enseñar en el colegio. Y las imágenes de los artistas y de fotógrafos amantes del patrimonio pueden colaborar a ello. Mi foto revela la magnificencia del diseño estructural de la huaca Pucllana, a manera de un inmenso y complejo cubo de Rubik desplegado enigmáticamente, con todos sus módulos interconectados, y en el que cada cambio lumínico del ambiente generará nuevas y extrañas formas hipercúbicas”

Huaca Cerro Pro, Los Olivos.  Antonio Cárdenas.
2 Antonio Raymondi Cárdenas 
“Solo un pedacito de Lima moderna posee un total rededor prehispánico: Cerro Pro acudiendo al centro, con su cerámica y arquitectura reflejando ocupaciones de periodos tempranos y tardíos. Mientras los cerros de Comas e Independencia asoman por la izquierda; Cerro Palao, Cerro Mulería y Cerro Pacífico surgen como trasfondo por la derecha, al tiempo que el asfalto alumbrado cubre decenas de huacas hoy inexistentes y oculta solo un puñado fragmentado de pie. En total, un escenario arqueológico visto desde Cerro La Cuchilla y Cerro Chillón que, con su milenaria existencia, alzó al suscrito para la presente toma”

Huaca Huallamarca, San Isidro. Dante Torres.
34 Dante J. Torres Flores 
“Dualidad. Muchos ven a las huacas como símbolo de atraso para el crecimiento urbano; por otro lado, la arqueología muchas veces ve al crecimiento urbano como amenaza para las huacas, pero ¿no podrían ser complementarias?, un crecimiento sostenible de lo urbano junto al mantenimiento adecuado e investigación de las huacas, que tiene el potencial de ser parte del ornato y embellecer la ciudad distinguiéndola del resto del mundo. Que en un futuro Lima pueda llamarse no solo la Ciudad de los Reyes, sino también La Ciudad de las Huacas”

Huaca Huantinamarca, San Miguel. Carlos Contreras.
36 Carlos Eduardo Contreras Mendoza
“Huaca Huantinamarca. Conocida como la Huaca de la Feria del Hogar. Imaginar el momento en el que fue “La Huaca”, sin las torres de edificios sitiándola, siendo recubierta por los últimos rayos del sol, observando un camino en el mar con las islas de lado. Eso fue. Un lugar donde le da respiro a todo el concreto, que da la bienvenida a los que la rodean, que representa una comunidad. Eso es”.

Caral, Valle de Supe. Nils Castro.
8 Nils Castro Carrasco
“Vientos caralinos. Entre el desierto y la montaña germinaron las semillas, la piedra se transformó en pirámides y el junco en utensilios. El barro acogió al alimento. El mar y la pachamama brindaron sus frutos a aquellos que supieron pedir sus dones. Los huesos de pelícanos y conchas marinas sonaban en tiempos de siembra y cosecha en medio de danzas y recogimiento. En cientos de años el paisaje árido se fue transformando en una ciudad de fuego y luna que escondida quedo entre las arenas del tiempo”.



jueves, 11 de enero de 2018

El Papa, las ciudades y el patrimonio cultural

La necesidad de trabajar por mejores condiciones de vida en las ciudades. Foto: Publimetro.
En mayo de 2015 el Papa Francisco publicó la encíclica Laudato Sí, dedicada al cuidado del planeta, “nuestra casa común”. Una parte de ese mensaje tenía que ver con las ciudades: qué estamos haciendo con ellas, cómo estamos recuperando calidad de vida, y qué papel desempeña su patrimonio cultural. 

La encíclica, que es un documento que escribe el Pontífice a los cristianos de todo el mundo sobre temas que considera de mayor relevancia, es también una exhortación al cambio, a la reflexión.

Al enfocarse en el planeta, el medio ambiente y las ciudades, Francisco buscaba y busca generar un diálogo sobre un tema que, en algunos países, ha quedado a la deriva. Tenemos un deber y una responsabilidad de construir mejores lugares donde vivir.

La suya es una visión integrada e integradora: no podemos limitarnos a la sobrevivencia, dice, porque el ser humano está hecho para más, para desarrollar su identidad, para vivir la belleza, para aprender del pasado y para crear espacios donde la armonía generen nuevos vínculos entre todos.

Papa Francisco. Imagen: ACIPrensa.
Con ocasión de su próxima llegada al Perú el 17 de este mes, publicamos una versión de la nota que escribimos en junio 2015 (hacer clic aquí para ver la nota anterior).

A continuación los párrafos más relevantes de la encíclica en relación a los temas de ciudad (la versión completa de la encíclica la puede leer aquí).

[44] Hoy advertimos, por ejemplo, el crecimiento desmedido y desordenado de muchas ciudades que se han hecho insalubres para vivir, debido no solamente a la contaminación originada por las emisiones tóxicas, sino también al caos urbano, a los problemas del transporte y a la contaminación visual y acústica. (…) No es propio de habitantes de este planeta vivir cada vez más inundados de cemento, asfalto, vidrio y metales, privados del contacto físico con la naturaleza.

[143] Junto con el patrimonio natural, hay un patrimonio histórico, artístico y cultural, igualmente amenazado. Es parte de la identidad común de un lugar y una base para construir una ciudad habitable. No se trata de destruir y de crear nuevas ciudades supuestamente más ecológicas, donde no siempre se vuelve deseable vivir.

Hace falta incorporar la historia, la cultura y la arquitectura de un lugar, manteniendo su identidad original. Por eso, la ecología también supone el cuidado de las riquezas culturales de la humanidad en su sentido más amplio. (…)

[151] Hace falta cuidar los lugares comunes, los marcos visuales y los hitos urbanos que acrecientan nuestro sentido de pertenencia, nuestra sensación de arraigo, nuestro sentimiento de « estar en casa » dentro de la ciudad que nos contiene y nos une.

Sacristía de la iglesia jesuita San Pedro de Lima, joya del barroco americano. 
Es importante que las diferentes partes de una ciudad estén bien integradas y que los habitantes puedan tener una visión de conjunto, en lugar de encerrarse en un barrio privándose de vivir la ciudad entera como un espacio propio compartido con los demás. (…)

[156] La ecología humana es inseparable de la noción de bien común, un principio que cumple un rol central y unificador en la ética social. (…)

[215] En este contexto, « no debe descuidarse la relación que hay entre una adecuada educación estética y la preservación de un ambiente sano ». Prestar atención a la belleza y amarla nos ayuda a salir del pragmatismo utilitarista.

Cuando alguien no aprende a detenerse para percibir y valorar lo bello, no es extraño que todo se convierta para él en objeto de uso y abuso inescrupuloso. Al mismo tiempo, si se quiere conseguir cambios profundos, hay que tener presente que los paradigmas de pensamiento realmente influyen en los comportamientos. (…)

Huaca Fortaleza de Campoy, SJL. Año 900-1200 aprox. Foto: Rolly Reyna.
[232] No todos están llamados a trabajar de manera directa en la política, pero en el seno de la sociedad germina una innumerable variedad de asociaciones que intervienen a favor del bien común preservando el ambiente natural y urbano. Por ejemplo, se preocupan por un lugar común (un edificio, una fuente, un monumento abandonado, un paisaje, una plaza), para proteger, sanear, mejorar o embellecer algo que es de todos.

A su alrededor se desarrollan o se recuperan vínculos y surge un nuevo tejido social local. Así una comunidad se libera de la indiferencia consumista. Esto incluye el cultivo de una identidad común, de una historia que se conserva y se transmite. (…)

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