miércoles, 27 de abril de 2016

Mirar las huacas desde la ciudad. Mirarlas más allá de la arqueología

Huaca Pucllana, Miraflores: enrejada, puesta en valor, con distintos usos, como Cine en tu Huaca. Foto: cocktail.pe
¿Es posible hacerlo? ¿Mirar las huacas más allá de la arqueología? En Lima uno pensaría que es necesario porque son, deberían ser, o serán parte de la ciudad y los ciudadanos en algún momento. Lo que nos lleva a la gran pregunta: ¿cómo las integramos? 

Hace un par de meses participé en un foro ciudadano organizado por los amigos de Salvemos las Huacas. El punto de partida era qué hacer con las huacas enrejadas. Su fin, el mismo que esta nota: cómo las hacemos parte de nosotros, los que vivimos en esta ciudad milenaria.

Si algo define esta campaña que nació ya hace seis años, es que más allá de un tema de arqueología, o de cultura, Lima Milenaria es un tema de ciudad. Nació para estar insertada en esa dinámica extraña donde se cruza urbanismo, huacas, espacio público, calidad de vida, gestión de ciudad.


Huaca Balconcillo, La Victoria. Enrejadada, sin puesta en valor.
Porque la ciudad se define en buena medida por la calidad, o falta de, de sus espacios públicos, sus espacios de encuentro. Desde ese ángulo, ¿qué son las huacas?, ¿qué tipo de espacios son?. ¿Son museos, templos, lugares ajenos, cerrados, abiertos, espacio público, espacio ciudadano? ¿Toca definir una nueva categoría para ellas?

No hay una respuesta por ahora. En todo caso, lo relevante de todo esto es que por primera vez la pregunta empieza a flotar en el ambiente.

¿Podemos esperar, los ciudadanos, una nueva relación con esta herencia? ¿Podemos pensar en un vínculo que vaya más allá de la huaca como museo o como espacio sagrado?

Huaca San Borja. Enrejada, puesta en valor, uso limitado. Foto: Ministerio de Cultura.
El caso de Lima, curiosamente, es singular. No solo por ser la capital sino porque es la ciudad con la mayor densidad arqueológica del país, según el Atlas del Patrimonio Cultural, editado por el BID en 2012.

Tenemos más de 350 sitios arqueológicos en los 43 distritos.  De ese total, 11 tienen algún nivel de recuperación y puesta en valor.  Al mismo tiempo, es conocido el enorme déficit de espacio público y áreas verdes que tiene la Lima.

No hay más que recordar las desafortunadas declaraciones de un candidato presidencial - aunque inmediatamente rectificaron curso y aclararon sus buenas intenciones de llegar al poder -, para reafirmar esa visión.

Tambo Inga, Puente Piedra. Abierta, abandonada, accesible. Foto: Juan Ponce.
Y solo por volver a mirar el tema desde otro ángulo hice el sencillo ejercicio de pasar revista a algunas huacas desde tres categorías: si estaban enrejadas, si tenían acceso público, y si tenían algún tipo de puesta en valor.

Sorprendentemente o no, en esta primera - y reconozco que poco científica - mirada ya surgieron lo que podrían ser 11 tipos diferentes de contextos en los cuales se mantienen sitios arqueológicos de la capital. Aquí una muestra:

Tipología de condición                                                 Huaca
1 Enrejadas, abandonadas y sin valor                           Balconcillo
2 Enrjs, puestas en valor, distintos usos incorporados    Pucllana, Mateo Salado, Maranga
3 Enrjs, puestas en valor, uso limitado o no uso            Santa Cruz, Huantille, San Borja
4 Cerrada por empresa, inaccesible                              Catalina Huanca
5 Parcialmente cercadas, mínima intervención              Cajamarquilla, Garagay
6 Abiertas, abandonadas, accesibles                            Tambo Inga, Aznapuquio, Mangomarca
7 Abiertas, abandonadas, dificultad de acceso              La Florida, Cardal
8 Abiertas, en comunidad, mínima intervención            Palomino, J.C. Tello Mateo Salado N°5
9 Parcialmente cercada, puesta en valor,
   incorporada en proyecto inmobiliario                         Huantinamarca
10 Abiertas, puesta en valor en curso                          Huaycán Cieneguilla, El Paraíso
11 Destruidas, absorbidas por el crecimiento urbano     Armatambo, Huacoy, Cerro Pro
Huaca Palomino, Cercado. Abierta, incorporada a la comunidad, mínima intervención. Foto: MML.
Pueden o no estar de acuerdo con esta clasificación. Es solo una propuesta al paso para ubicar los escenarios y tratar de identificar qué tipo de vínculos se establecen con esos sitios.

En todo caso, uno pensaría que por la densidad de huacas en el territorio que ocupa la capital se hace necesario abrirlas a una relación más cotidiana con los vecinos.

Respeto mucho el trabajo y el rigor de los arqueólogos en estos sitios, y tengo un profundo agradecimiento por lo que vienen haciendo, como para no considerar su papel en todo esto.  Así que debería tomarse como una propuesta de diálogo.

Un diálogo que, por lo demás, requiere de muchas voces. Es parte de un camino, y de nuestra propia construcción de ciudad.


Proyecto para la huaca Paraíso. Imagen: Juan Carlos Zapata.

miércoles, 13 de abril de 2016

“Un 80% del trazo original de los canales prehispánicos ha sobrevivido”

Mapa que corresponde al actual Centro Histórico en época Inca, y la ruta de los canales en esa época.
Más información al final de esta nota. Imagen: Instituto Riva Agüero-PUCP.
“Cuando estudias nuestra cultura te das cuenta que durante muchos siglos hemos sido una cultura basada en la agricultura. A falta de moneda, los productos agrícolas tenían valor de transacción. Si tienes que producir no solo para comer sino para relacionarte, te das cuenta que el agua es el punto de partida”

Con esta reflexión de la historiadora Gilda Cogorno (GC), empezamos la entrevista tripartita que se realizó hace unas semanas en el Instituto Riva Agüero, donde también estuvo presente el arqueólogo Abel Traslaviña (AT) y, vía Skype desde Chicago, con la arqueóloga Sofía Chacaltana (SCh).

El año pasado, Cogorno y su equipo publicaron, después de varios años de trabajo, una investigación sobre el sistema de regadío en los primeros años del virreinato (“Agua e Hidráulica Urbana de Lima – Espacio y gobierno, 1535-1596”).

En mayo publicarán la segunda parte, que incluirá los 600 años anteriores a la llegada de los españoles.  Todo un avance en temas de conocimiento sobre el periodo prehispánico.

Lo que encontrarán a continuación son datos sorprendentes sobre la evolución del sistema de canales en el territorio de Lima, seguido de algunas contundentes reflexiones sobre memoria y patrimonio, y la necesidad de saber comunicar todo eso. Vale la pena llegar hasta el final!

Un agradecimiento especial a Gilda Cogorno por permitirnos usar los mapas que desarrolló su equipo, y que dan nuevas luces sobre nuestro entendimiento de los canales.

Este material forma parte de la campaña para conseguir que los canales de irrigación de Lima de origen prehispánico, que todavía hoy riegan el 90% de las áreas verdes de Lima, sean declarados Patrimonio Cultural de la Nación.

Abel Traslaviña, Sofía Chacaltana (vía Skype), y Gilda Cogorno. Foto: JLizarzaburu.
Hace unos 4.000 años en Lima se abrieron los primeros canales
SCh: Existía el conocimiento pero no fue el punto de partida para el sistema posterior. Un canal no es un sistema, que es lo físico. Sistema es organización, una jerarquía.

Entonces ese primer caso, que sería la huaca Paraíso, se trataba solo de un canal…
SCh: Sacas un canal del río y nada más. No era un sistema.
AT: Y en el caso de Paraíso [2.500a.C.], es un sitio que queda a la vera del río y no habría sido muy trabajoso llevar el agua de un punto a otro, como sí lo hubiera sido en el contexto de un sistema.

Me gusta mucho la imagen de los canales como el cordón umbilical de Lima 
GC: Es una metáfora muy bonita, porque hay una unidad que es inseparable: el agua y la tierra, que además tienen que estar en equilibrio.

¿Tenemos evidencia de cuándo se construyen los canales como sistema? Se suele señalar que esto empieza hace unos 2.000 años …
SCh: Nosotros estamos tratando de resolver esa interrogante1/ y ya tenemos algunos datos que nos indican, a partir de ciertas evidencias, que tuvimos un desarrollo más complejo de este sistema a finales del intermedio temprano [200 a.C.-600 d.C.].

¿Qué tipo de evidencias?
AT: Estamos terminando la fase de depuración de datos para su análisis, con un software que nos ayudará con eso.

Mapa del mismo sector de Lima en el periodo 1535-1540. Más info al final de esta nota.
Imagen: Instituto Riva Agüero-PUCP.
Se cree que la gestión de los canales en épocas prehispánicas dejó una lección de gestión de territorio: tenía que haber existido un tipo de negociación permanente para hacer un uso eficiente del recurso… 
GC: Sí, pero eso ya lo contaremos en mayo [risas].

¿Están trabajando ese punto?
GC: Así es [risas]. Es parte de la información que vamos a dar a conocer. Han pasado más de 2.000 años desde que se empezó esto - se puede esperar un poquito más.

A partir de 1535 se enfrentan dos maneras de ver el mundo, y el uso de los canales fue emblemático: para los españoles tenían solo una función utilitaria. ¿Qué información tienen ustedes sobre la visión de los canales en el mundo prehispánico?
SCH: Con los Ichsma y los Inca vemos que hay una gran mitología y para ellos la visión utilitaria no existe. Tienen una visión que mezcla las huacas, los canales, los ancestros, cada uno cumpliendo una función que es parte de un todo.

Una realidad multidimensional…
SCh: Realidad multidimensional, super compleja. La ontología andina es muy diferente a la nuestra hoy en día. Las relaciones materiales están vinculadas a rituales de fertilidad, por ejemplo. No en función a sobrevivir. Todo está entretejido.

En el periodo virreinal tenemos los jueces de agua. Tal parece que eran personajes muy importantes.
GC: El juez de agua era muy importante, pero solían ser siempre las mismas personas quienes ocupaban el cargo y lo hacían con mucha prepotencia y arbitrariedad, entonces no se cumplía la ley.

¿Un juez de aguas garantizaba ese uso adecuado del agua?
GC: Obviamente, en teoría. El reparto era importantísimo, y el control de las bocatomas mucho más. Se manejaba mucho poder y fue un gran negocio para los jueces que eran, asimismo, los regidores del Cabildo.

¿Cómo así?
GC: Lo ves muy claro desde la fundación, cómo se reparten los terrenos entre los más allegados a Pizarro. Él se adjudica la zona más cercana al canal de derivación que iba a la bocatoma.

El actual palacio de gobierno…
GC: Así es. Luego, la zona de Barrios Altos era muy importante en cuanto al riego, y se la da a su yerno, Jerónimo de Silva. Nicolás de Ribera, ‘el mozo’, tenía a su cargo el agua que venía del canal Huadca que después entraba al centro de la ciudad, en Santo Tomás, al lado del Congreso. Y el famoso señor de la casa de Aliaga controlaba desde abajo [actual parque Chabuca Granda aprox.] toda el agua que iba al noroeste de la ciudad, Monserrate y más allá.

Canal virreinal, posiblemente sobre la ruta original del Huatica, o una acequia lateral.
Cuartel Santa Catalina. Foto: JLizarzaburu.
¿Sabemos cuánto se transformaron los canales originales en los últimos 480 años? 
SCh: En arqueología se usa el concepto hidráulico de la ‘línea de rigidez’. Este indica que un canal si lo utilizas no cambias el trazo original, porque si se quiere cambiar hay que abrir uno diferente.

Esto se aplicaba a los canales madre entonces
SCH: En teoría no han cambiado mucho. Aunque hay partes que sí se modifican, como las bocatomas de inicio y las desembocaduras.

Entonces se puede decir que los trazos originales de los cuatro canales madre se han mantenido a lo largo del tiempo
GC: Sí. Bastante. Quizás en un 80%.

Lo que me sorprende es el desconocimiento que existe sobre estos valores tan singulares de Lima. ¿Por qué creen que hemos tapado nuestras riquezas, sin desarrollar vínculos con el territorio? 
GC: Porque no se ocuparon de la verdadera historia de Lima. La imagen que siempre se trabajó fue la de una Lima colonial, y eso perduró mucho tiempo hasta que empezaron las migraciones a mitad del siglo XX.

Ahí cambió todo…
GC: Es después que nos empezamos a enterar que Lima no era solo colonial. Pero tampoco había mucho interés general ni académico en desarrollar esta parte. De la poca gente que lo hizo fueron principalmente Josefina Ramos de Cox y María Rostworowski.

¿Qué pasa con la memoria en ese contexto?
GC: La memoria te educa, tomas conciencia de pertenencia y te hace querer a tu espacio. La memoria te hace sentir que eres de ahí y peleas por ello, para que las cosas funcionen bien. Si no eres consciente de la historia mal vas a defender tu territorio.

Pero existe una necesidad innata de identificarnos con algo, por establecer vínculos. Por eso tenemos ‘el día del ceviche’, ‘el día del pollo a la brasa’, ‘el pisco-sour’… 
GC: Es como está sucediendo pero no como debería ser.

Parece que hay un vacío sobre algo serio y profundo que se está llenando de manera comercial y ligera
GC: Están diciendo “necesito estos vínculos”, y eso quiere decir que no estamos cumpliendo como sociedad con el camino adecuado para que la gente se sienta que es de ahí.

¿Necesitamos declarar a los canales como Patrimonio Cultural de la Nación?
AT: Sería una manera de incorporarlos en temas de identidad, una manera de visibilizarlos. El problema está en que se quede solo en una declaratoria y no esté integrado en un plan mayor, como que se incorpore en programas de enseñanza.
SCh: Sí, pero no es fácil porque necesitas preparar un escenario para que tenga resultados más allá de la declaración. Sería bueno que al declararlos patrimonio exista una estrategia para que eche raíces en la sociedad.
GC: Puede servir para despertar, no? Para decir mira, no podríamos vivir aquí si no habrían existido esos canales. Encima se mantienen solos, están en uso. Y como la gente en general desconoce su patrimonio y no lo valora, desde esa perspectiva creo que sí sería muy importante esa declaratoria.
Mapa con zona de estudio del equipo del IRA.
Imagen: Instituto Riva Agüero-PUCP.
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Respecto a los mapas, aclaración de Gilda Cogorno:

X1
- La bocatoma x1 es la bocatoma del ingreso del canal a la ciudad, estaba  en lo que hoy es el inicio del Jr. Huánuco.
El canal Huadca en el Jr. Huánuco, a la altura de la Plazuela de Santa Clara (en el Pejerrey) baja hacia el Jr. Andahuaylas.
En Andahuaylas con Jr. Junín, el canal Huadca desprendía un canal lateral que pasaba o cruzaba la Plaza de Armas con destino S/O.
En todo este sector ( hacia el río) estuvo la huerta de Pizarro (llegaba hasta aproximadamente la calle Tigre).
  
X4
- Bocatoma que desprendía los canales Legua, Maranga y Magdalena. Estuvo detrás del Convento de Santo Domingo, calle Toma, a una cuadra aproximadamente de lo que hoy es la Av. Tacna. Por este sector, hacia el río estaban las tierras y molino de Aliaga,
Antes de las bocatomas, existen los llamados canales de captación, estos separan la porción de agua de la fuente principal (en este caso el río) que llegará a la bocatoma. En el caso de este canal X4, el canal de captación estuvo aproximadamente por donde hoy es Desamparados, entre los terrenos de Pizarro y Aliaga.


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1/ El equipo de investigación dirigido por Gilda Cogorno está en la fase final del siguiente trabajo sobre Arqueología Hidráulica Prehispánica (900-1535), a publicarse en mayo de este año.