Foto 1: Huaca San Marcos
Kathrin Golda-Pongratz es una arquitecta alemana enamorada de Lima. O de su historia arquitectónica, debería decir. La conocí hace un par de años cuando ella estaba de visita para un evento sobre ... arquitectura de Lima. Enseña en universidades de Barcelona y Frankfurt, le gusta este blog y accedió a escribir esta nota para nosotros. Texto importante, escrito con una mirada y una sensibilidad necesarias. Porque es una gentil llamada de atención a cómo tratamos nuestro legado milenario, nuestra identidad, nosotros mismos. Gracias, Kathrin.
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Subir a la Huaca de San Marcos es una experiencia de múltiples lecturas. Es, por un lado, ver prácticamente toda la metrópolis, es escucharla, olerla y a la vez estar completamente alejada de ella. Es estar al margen y en el centro a la vez. Es entender que las inscripciones prehispánicas en este territorio entre río y mar conformaban unas infraestructuras importantes de distribución de agua y de caminos.
Es también una lectura de cicatrices. Por un lado, es ver el estadio de San Marcos construido encima de la Huaca truncada de Aramburú a fines de los años cuarenta, cuando, conforme con la Resolución Suprema 598 del 23.10.1948, se decidió que “la solución más económica y ventajosa sería utilizar hormigón limpio de río o de Huaca (él que abunda cerca del Estadio)” (Golda-Pongratz 2007, 131).
Sesenta años después, el proyecto del nuevo By Pass de las Avenidas Venezuela y Universitaria tropieza bruscamente con las huellas de la historia del territorio, al causar una alteración calificada muy grave al complejo arqueológico de Maranga y la Huaca de San Marcos, ubicada dentro del campus de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, según los reportes finales de la evaluación arqueológica del Instituto Nacional de Cultura (INC).
Estas evaluaciones se hicieron cuando las obras ya estaban muy avanzadas y cuando una auténtica pugna había surgido entre el municipio y la universidad, en cuyo terreno ya avanzaron las máquinas municipales, destruyendo el muro perimétrico del campus universitario. El INC tomó nota del caso y se disponía a paralizar las obras, para después aprobarlas.
Mientras tanto, el alcalde de entonces, Luis Castañeda, defendió las obras como indispensables y de especial importancia e urgencia para dar una buena imagen a los visitantes de la Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que en noviembre de 2008 se celebró en Lima. Desde entonces, la disputa territorial continua, y el patrimonio prehispánico parece ser el menor factor de discordia en ella.
La alcaldesa actual, Susana Villarán, denominó de "capricho de la gestión anterior" (Perú 21, edición online, 26.1.2011) el impacto de la "oreja vial" y mientras las obras continuan, está buscando un consenso con las autoridades de la universidad.
Foto 2: La obra se detiene
A partir de decisiones ad-hoc o decisiones forzadas, eventos efímeros o acontecimientos históricos, a veces a partir de un gran plan urbanístico, a veces de puros caprichos o un sueño a corto plazo de algún alcalde, se producen inscripciones en el territorio y en la memoria colectiva que, a su vez, borran o remplazan a otras y así sucesivamente producen capas visibles o invisibles dentro del territorio. Hay miles de tales palimpsestos, y de muy diferente índole.
El concepto de palimpsesto nos ayuda a entender la complejidad de la ciudad y de su cultura, dado que inscripciones previas han sido borradas y se ha escrito encima de ellas, pero aún quedan huellas en la conciencia y en el territorio mismo. Nos confirma un dinamismo, quizás todavía inconciente y, sobre todo, un posible dialogo. Las sucesivas capas de huellas en el territorio dibujan, si se quiere, el carácter objetivo de un lugar, de una ciudad.
Son escasas -pero con este blog van en aumento- las descripciones de la estructura y de la idiosincrasia del asentamiento previo a la fundación de la nueva capital colonial del Virreinato de Perú. Apenas se ha investigado por qué ciertas huellas y caminos se han mantenido hasta hoy, causando ciertas asimetrías dentro del damero claro y rígido del centro histórico contemporáneo, mientras que otras, ya en el año fundacional o poco después, han sido tapadas y sobre ellas, se ha construido (Golda-Pongratz 2009, 152).
Foto 3: Magnífico hallazgo arqueológico del canal de Huatica, tras el terrible incendio de Mesa Redonda.
Mesa Redonda es un caso ejemplar de varios palimpsestos y del fracaso de su lectura: El lugar, cuya fisiognomía es la de una mesa, resultando de un cruce de caminos prehispánicos. En la Lima de fines del siglo XX conformaba un importante centro de fabricación de productos y de negocios informales. En diciembre del 2001, el almacenamiento ilegal e inadecuado de artefactos pirotécnicos provocó una devastadora explosión y causó ahí la muerte de más de 500 personas.
Poco después, el gran vacío causado por el incendio se tapó rápidamente, posiblemente no solo por razones políticas, sino también por motivos morales. Para reducir la densidad del lugar y para conmemorar a las victimas, se transformó dentro de pocos meses en un espacio verde denominado “parque”, alrededor del cual las fachadas de los edificios destruidos por el fuego se pintaban simplemente para disimular su desastroso estado.
El canal del río Huatica, salido a la luz tras el incendio, constituía todo un reto para las administraciones: como resto arqueológico debió de repente protegerse como monumento. En vez de integrarse en el parque o en un concepto de unas nuevas edificaciones, fue enrejado y segregado del contexto, finalmente sellado con un letrero del Instituto Nacional de Cultura que lo denominaba Patrimonio Cultural de la Nación.
Pocos años después, en agosto del 2008, ambos, el parque por un lado y el letrero por otro, han desaparecido debajo de nuevas construcciones de galerías comerciales de varios pisos, posiblemente nuevamente incumpliendo las normas técnicas.
A partir del accidente podría haberse tomado el reto de seguir las huellas prehispánicas y de diseñar en este lugar históricamente significativo un espacio que podría desvelar las capas tan fascinantes de Lima, acentuar la importancia de aquel cruce de caminos que hasta hoy en día sigue determinando la estructura urbana y, a la vez, mejorar la calidad de vida y de trabajo en Mesa Redonda.
Foto 4: La esquina de Mesa Redonda en 2002, y el cartel del canal, al lado derecho, detrás de los chicos.
¿Cual es el centro (físico y conceptual) al que nos referimos, teniendo en cuenta que la misión cultural de traer los márgenes a la esfera de influencia y al centro de poder era la justificación principal de cualquier explotación económica y política del colonialismo?
Foto 5: Mesa Redonda en 2008. La gente camina hoy sin memoria, sin noción de haberse tapiado parte de la identidad que definió a Lima.
Pensar la Lima de ahora y la Lima del futuro más allá del viejo concepto de metrópolis y, a su vez, en un contexto poscolonial nos abre, pues, nuevas perspectivas frente a sus diversas realidades, sus tendencias contemporáneas de recolonización territorial, su hibridez prometedora y su actual fragmentación.
Nos hace entender que el centralismo obsoleto tendrá que ser remplazado por un modelo regional y pluricentral. Nos hace ver que los mayores retos para este territorio urbanizado a múltiples escalas son la capacidad de leer sus macro y micro escalas y fomentar su convivencia, incentivar la interacción entre las diversas realidades locales, encontrar mecanismos de conectividad equilibrada y desarrollar redes infraestructurales que fortalezcan y protejan la diversidad y el potencial cultural, económico, espacial y social de cada uno de sus partes, sin destruir el patrimonio prehispánico.
Las inscripciones, incrustaciones y los palimpsestos territoriales y culturales constituyen su patrimonio, tanto como la visión de como se vivirá con ellos en este siglo XXI postmetropolitano.
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Referencias:
Golda-Pongratz, Kathrin. 2007. "La transformación de estructura y significado del centro de Lima. Tres aproximaciones." En: Ur[b]es N° 3, Revista de Ciudad, Urbanismo y Paisaje. Editado por Ludeña Urquizo, Wiley, Lima.
--- 2009. "La transformación de estructura y significado del centro de Lima." En: Perú: la construcción sociocultural del espacio territorial y sus centralidades. Editado por Dammert Ego, Manuel, Quito: OLACCHI.
El texto se basa en extractos de la publicación de la autora: Inscripciones, incrustaciones, palimpsestos – descifrando la Lima poscolonial contemporánea. En: AUT Nr. 3 (Revista de Arquitectura, Urbanismo y Territorio del CAP Regional de Lima). Belaúnde, Pedro (Ed.), Lima 2010, p. 18-29.
(Todas las fotos: Kathrin Golda-Pongratz)
Aquí nació la campaña Lima Milenaria. La idea central es que 1535 no fue el inicio sino un hito más en un largo proceso civilizatorio de más de 4.000 años, cuya herencia más palpable son las más de 400 huacas que tiene Lima. Hoy es un blog enfocado en temas de ciudad y patrimonio.
miércoles, 20 de julio de 2011
lunes, 11 de julio de 2011
LA LIMA DE JUAN GUNTHER - 3
Cuándo empieza Lima como ciudad es todavía materia de debate en algunos círculos. Hay quienes sostienen que debemos empezar en los Templos de U, como vimos en el post anterior, porque indican que su construcción supuso un ordenamiento social, económico y espacial que solo se da cuando se haba de un desarrollo urbano. Con esto en consideración, Lima se convertiría en una ciudad de 4.000 años de antiguedad.
Para Lima Milenaria, la ciudad empieza en el año 200 a.C. por una sencilla razón: desde esa época hasta el día de hoy tenemos un desarrollo urbano ininterrumpido, con la evidencia para probarlo. Los Templos en U en algún momento fueron abandonados y no se conoce bien, por el momento, qué sucedió en estos valles durante varios siglos. Y, lamentablemente, tampoco existe la evidencia para hablar de una continuidad urbana.
Aún así, hablar de una ciudad de 2.200 años de antiguedad ya es importante. Y tampoco pretendemos ignorar el legado arquitectónico anterior.
Siguiendo con los textos del arquitecto Gunther, del libro "Jornadas de Lima", él habla del Periodo de Gobiernos Locales y Regionales. La cultura Maranga: el gran canal Magdalena.
Después del abandono de los Templos en U en estos valles se desarrolla lo que él llama la cultura Maranga, y que otros especialistas después han identificado como la cultura Lima. "El centro de esta cultura se ubicaba en el área entre lo que hoy es la Universidad de San Marcos, la Universidad Católica, el Hospital Naval y el Parque de las Leyendas".
El estilo arquitectónico que define este periodo es el de la "pirámide trunca con rampa hecha de adobitos". La ligera pendiente del terreno producía ocasionales inundaciones, una forma natural de riego, que llevó "al pueblo Maranga a ganar más terrenos de cultivo".
Es así que construyen el primer gran canal artificial, con la bocatoma detrás de lo que hoy es palacio de Gobierno. Con el tiempo, el sistema de canales cubriría todo el actual territorio de la ciudad, con cientos de kilómetros de extensión. Y Lima, pasaría de ser un desierto a un enorme valle productivo.
Foto: huaca San Marcos.
lunes, 4 de julio de 2011
LA LIMA DE JUAN GUNTHER - 2
El arquitecto Juan Gunther autorizó a Lima Milenaria para que reproduzca fragmentos de los textos que él escribió en los años 90, como parte de una publicación del Patronato de Lima, para sensibilizar a los limeños sobre las riquezas arquitectónicas, arqueológicas, históricas que tenemos y que nos ubican en una situación sin paralelo en todo el continente americano.
Como reza el viejo dicho "no se ama lo que no se conoce", aquí retomamos el cariño de Gunther a la ciudad, para seguir difundiendo estos conocimientos. Es verdad que desde entonces, algunas nociones han sido revisadas. El título de esta entrega en su libro tiene que ver con Chavín. Algunos arqueólogos posteriores indican que el desarrollo que hubo en Lima, estamos hablando de hace 4.000 años, no fue Chavín sino un desarrollo propio de esta región, posiblemente sì con influencia de esa gran cultura andina.
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"Primer cultura panperuana: Chavín
Los gigantescos templos en "U" de Lima.
Después de descubrirse la agricultura, los pobladores de las aldeas construyen, cercanos a sus viviendas y a sus terrenos de cultivo, centros ceremoniales para adorar a sus dioses y albergar a sacerdotes que manejaban conocimientos de astronomía, de riego y de distribución del agua. Estos templos se extienden por todo el valle de Lima: El Paraíso del río Chillón, el de Garagay en San Martín de Porras, la Florida en el Rímac, Pampa de Cueva en Independencia, Las Salinas en el Agustino, etc.
Estos templos en "U" tenían un edificio principal acompañado de 2 brazos que encerraban unas "plazas" que generalmente abrían al noroeste, dirección de donde venía el agua y cuya dimensión podía variar entre 3 y 16 hectáreas.
En Garagay se ha descubierto en los muros, altos relieves de barro que muestran a seres antropomorfos con rasgos felínicas chavinoides, pintados en colores pastel."
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La foto que aquí presentamos es justamente de Garagay, como está ahora. Un lugar todavía monumental y sorprendente. Pero que vive con la indignidad de haberse instalado una enorme torre de electricidad encima de la pirámide central. ¿Se imaginan Teotihuacán, o el Coliseo romano, o Machu Picchu con algo así? Garagay es incluso mucho más antiguo que todas estas maravillas. Cuestión de ir valorando.
Continuaremos.
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