Jirón de la Unión, Centro Histórico de Lima. Foto: JLizarzaburu. |
“Sin la Lima prehispánica la Lima virreinal no habría sobrevivido”
Arqt. Juan Gunther /1
Toda ciudad siempre encuentra una manera de contar su historia. Tiene que hacerlo. Son narrativas que cumplen varias funciones y una de ellas, congregar a los ciudadanos alrededor de una identidad común, una memoria común.
En algunas sociedades estos esfuerzos por contar sus propios cuentos con el tiempo se enriquecen con miradas más críticas de su propio pasado, de modo que sirva para sanar las heridas que muchas veces la historia misma genera.
Recuerdo en una reciente visita a La Habana, todos los textos disponibles sobre su historia lo tenían claro: la identidad de la isla está formada por dos raíces fundamentales e inseparables, la española y la africana.
A eso se añade que la arqueología de los últimos años ha dejado al descubierto algunos vestigios prehispánicos, y en textos más recientes se incorpora este elemento como un reconocimiento tardío pero necesario.
En Londres la evolución de sus propias narrativas es evidente. Uno de los libros más aclamados sobre la historia de la capital británica es el de Peter Ackroyd, “London, The Biography” /2, y una de sus características principales es un enfoque de 360 grados sobre cada periodo en el desarrollo de la ciudad.
Arquitectura virreinal civil y religiosa. Imagen: Municipalidad de Lima-PROLIMA. |
Es una propuesta personal, es cierto, pero la ventaja que le veo está en que nos permite abandonar anticuadas lecturas en las que uno es mejor que el otro, o que este es más legítimo que el del costado.
Esta mirada invita a entender toda la continuidad del desarrollo de este territorio, desde los inicios de la civilización aquí hace 4.000 años, y tratar un acercamiento más contemporáneo e inclusivo.
Durante la gestión municipal anterior el mensaje pareció ir en esa dirección, cuando se empezó a mirar a Lima como un todo, con sus 43 distritos de hoy. Una consecuencia de eso fue dejar de ver el Centro Histórico como único punto de inicio.
Lo que se hizo más bien fue empezar a explicar el Centro Histórico en el contexto de toda la ciudad, y no al revés.
Es por eso que sorprende que la Municipalidad de Lima haya publicado un libro bajo el título “Recuperando la memoria de Lima” /3, entregado recientemente durante un simposio organizado por los 23 años de PROLIMA, la entidad encargada de la recuperación de este centro.
Imagen tradicional de un limeño tradicional. Imagen: Repúblicaristrocrática.blogspot.com. |
Podría tratarse de un error involuntario, y el título correcto habría sido: “Recuperando la memoria del centro histórico de Lima”. Completamente válido. Aceptemos esta posibilidad y preguntemos entonces qué memoria es la se quiere recuperar.
La publicación tiene una serie de artículos valiosos y necesarios que todo limeño tendría que conocer: arquitectura civil, religiosa, técnicas constructivas, acabados, colores y algunos más. Al final tiene una estupenda sección sobre Rutas Patrimoniales.
Pero junto a eso hay elementos más subjetivos que empiezan a delinear otro tipo de memoria que se resiste a cualquier tipo de análisis: la de un pasado de elegancia y felicidad, de virreyes y conventos, de orden y unidad.
Y es ahí cuando es inevitable no darse cuenta que, casi sin darnos cuenta, hemos vuelto a los territorios de la arcadia colonial que tan bien describió Salazar Bondy hace 50 años.
Cuando tituló su libro “Lima la horrible” no lo hizo para quejarse del descuido de sus edificios, como equivocadamente se suele señalar. El suyo fue un acto de rebeldía contra esa mirada nostálgica del pasado que, en su opinión, había hecho más daño que bien para la formación de una sociedad más democrática, inclusiva e igualitaria – una ciudad moderna.
Las imágenes excluidas: limeños mestizos de clase media, siglo XIX. Foto: Elías del Águila. |
Tratar de entender ese periodo desde el siglo XXI debería por tanto incluir también una buena dosis de análisis crítico, porque entre sus varios lados más cuestionables estuvo, por ejemplo, la llamada institución de los Estatutos de la Limpieza de Sangre.
Esos estatutos - que decían que si no eras europeo (blanco) por los cuatro costados no podías asumir ningún cargo de importancia en la administración colonial - le dieron un marco legal y legítimo a una sociedad marcada por diferencias raciales – uno de los peores legados recibidos de ese periodo y del que todavía cuesta desvincularse.
O qué pasa cuando hablamos de ‘Limeños ilustres’. En la larguísima lista de apellidos de origen europeo no aparece, por ejemplo, alguien como Taulichusco, el perfecto 'primer limeño ilustre' cuya generosidad benefició a los dominicos al donarles las tierras para la hacienda Limatambo.
O qué tal Diego Chumbi Charnan, cacique de Huatca en el siglo XVI (hoy San Isidro, Miraflores, Magdalena), que fue el punto de origen de una dinastía de caciques que siguió siendo propietaria de grandes extensiones de tierras durante el periodo colonial.
Una limeña ilustre cuyo nombre me gusta mucho es Ana Pascuala Charnan Huacay Chayavilca, cacica de Huatca y Maranga, cuyo matrimonio en 1680 con Santiago Casamusa, cacique de Magdalena y heredero de Lima, garantiza la continuación de su linaje como los últimos propietarios indígenas de grandes extensiones de tierra en Lima hasta inicios de la República, en el siglo XIX.
Patrimonio arquitectónico sin salida ni solución. Jr. de la Unión. Foto: JLizarzaburu. |
Quizás por eso también el mexicano Edmundo O’Gorman, cuando habla de América Latina como un continente inventado /5, insiste en la necesidad de reescribir las narrativas de nuestro continente.
Él cuestionaba muchas de las historias de América Latina, por lo menos en los años que él escribió su ensayo, por haber sido escritas por el extranjero a partir del siglo XVI, y todo lo que eso significa para entendernos entre nosotros mismos, y muy poco o nada de una mirada mestiza e indígena.
Entiendo que es mucho más seductor creer que todo pasado fue mejor, pero eso nos aleja de quienes realmente somos y hemos sido. Y no me cabe duda que ahí todavía hay una tarea pendiente. Las ciudades crean sus cuentos no solo para saber de dónde vienen, sino para construir identidad.
No he hablado de los planes de recuperación del Centro Histórico porque lamentablemente no hay nada fundamental que compartir.
El actual director de PROLIMA está haciendo un trabajo dedicado y, creo, muy profesional pero lo hace dentro de las grandes limitaciones que tiene la misma oficina.
Continúa siendo urgente implementar un nuevo modelo de gestión para el CH de Lima, antes que de verdad todo indicio de memoria desaparezca por completo.
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1/ Juan Gunther: http://archivo.elcomercio.pe/sociedad/lima/canales-que-hicieron-posible-vida-lima_1-noticia-1358217.
/2 Peter Ackroyd, London The Biography, Doubleday, Londres 2001.
/3 Municipalidad de Lima, Recuperando la Memoria de Lima, Lima 2017.
/4 Sebastián Salazar Bondy, Lima La Horrible, Biblioteca Peruana, Lima 1964.
/5 Edmundo O' Gorman, La invención de América. Fondo de Cultura Económica, México 1958.