




Qué podíamos esperar. Ha sido una campaña sin inspiración. Sin brillo. Sin imaginación. Trataron a Lima y a los limeños como si no nos mereciéramos más. Todos vieron la ciudad-problema. Ninguno nos hizo ver la ciudad-posibilidad. Y en ese cuadro, no es de extrañar su indiferencia ante Lima Milenaria, una propuesta creativa, que ve a Lima de otro modo. Una propuesta que tiene algo práctico: crear un símbolo de inclusión y gestionar ciudadanía. Pero también, un símbolo para posicionar a nuestra ciudad con su cuento claro, con una narrativa integrada de por lo menos 2.000 años de desarrollo urbano, y así proyectarse al mundo como Milenaria. Sólo nos queda desear que el 3 de Octubre gane Lima, y ganemos los limeños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario