martes, 31 de mayo de 2011

LA PLAZA ANTES DE PIZARRO, Y UN PADRINO

Fue una casualidad que al terminar una entrevista con don Gonzalo de Aliaga, él me mostrara un dibujo del arquitecto Juan Gunther.  Quedé sorprendido.  Era una imagen de cómo pudo haberse visto la Plaza de Armas en 1535 que jamás había visto. Y de pronto, ahí, de las manos de un descendiente directo de conquistador tenía una versión de Lima Milenaria.

Es una proyección basada en las descripciones de los cronistas de la época y en las propias investigaciones de Gunther sobre la ciudad prehispánica.  Tremendo documento, pensé.  Ahí se puede ver el palacio de Taulichusco, sobre el terreno del actual palacio de Gobierno en cuyas terrazas, según de Aliaga, su ancestro levantó la casa que existe hasta hoy.

Se pueden ver también las otras huacas, como el templo al Sol en donde está la Catedral.  Según el dibujo, la catedral original ocupaba solo una esquina.  Y del lado derecho hacia arriba se puede ver delineado el actual Jr. Ancash que, al igual que el Jr Junín, tienen una traza auténticamente milenaria.

Pero esto no duró mucho porque los templos y palacios fueron destruidos.  A diferencia de Cusco, donde la piedra y la magnificencia de la arquitectura hizo casi imposible traerlos abajo, acá su construcción más sencilla, con adobe, hizo más facil la tarea de desaparecerlos.

Curiosamente durante la entrevista, de Aliaga señaló como una falsedad que los conquistadores no hubieran encontrado nada en estas tierras.  Es más, dice, lo que hallaron fue una ciudad establecida, razón por la cual Pizarro decide refundarla como ciudad española.

De Aliaga y Gunther, en los años 90, formaban parte del Patronato de Lima, una asociación de empresarios y conocedores de la ciudad que se habían juntado para proteger el Centro Histórico.  Tuvieron planes avanzados, incluidos los financiamientos, que fueron frustrados por los alcaldes de la época.  Según Hector Velarde, 'peor que los terremotos han sido los alcaldes'.  Pero su triunfo mayor fue conseguir que ese sector fuese declarado Patrimonio de la Humanidad. 

Aparte de eso, el Patronato en ese momento ya se había dado cuenta de la importancia de que los mismos limeños fuésemos parte de este proceso de protección del patrimonio.  Ellos publicaron un libro pequeño, Jornadas de Lima, redactadado por Gunther mismo, y destinado a colegios y todo público interesado en la ciudad, con información precisa sobre la historia de este territorio en los últimos 12 mil años.

Y así, en una segunda casualidad significativa, aprendí que Juan Gunther ya había trazado el camino para una Lima Milenaria hacía mucho tiempo.  Cuando se lo comenté, respondió que se sentiría honrado y feliz de ser el padrino de este grupo.  Le prometí que en los próximos posts presentaré algunos de sus textos sobre la ciudad.  Imperdibles.

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