Hace poco recordé una frase que me dijo mi abuela meses antes de morir: "perdona por el silencio". Tampoco dijo mucho más y la soltó después de despertarse de una prolongada siesta de anciana. Y en este momento siento que es lo mismo que quisiera decirle a este blog, "perdona por mi silencio".
Me doy cuenta que en los últimos meses me he dedicado a escribir para el diario, dejándo esta página abandonada. ¿Sino limeño? Veo que ha recibido visitas constantes y me alegra que la soledad no haya sido absoluta.
La anterior entrada había sido la del aleluya, cuando la alcaldesa declaró a Lima, Ciudad Milenaria y Ciudad de Culturas. El inicio del camino...
Desde entonces qué ha pasado: en El Comercio hemos seguido publicado las notas dominicales, dando a conocer más aspectos sobre esa ciudad del pasado. También empecé a escribir una columna los días miércoles, donde tengo la oportunidad de ampliar un poco mi abanico de intereses, hablando de ciudadanía, patrimonio, ciudad.
Existe la sensación, por lo menos a un nivel, que el concepto ha empezado a penetrar. Ahora la Municipalidad ha asumido el programa y le tocará llevar la idea a los nueve millones de limeños. Será entonces cuando empecemos a ver el verdadero impacto de esta noción.
Y hoy, simplemente para retomar el hilo, me pareció oportuno mostrar esta foto. La de arriba, en blanco y negro, para mí es una imagen cargada de todo el potencial que veo en Lima.
Se trata de la huaca Pucllana hace 30 años, cuando la arqueóloga Isabel Flores había empezado el trabajo de recuperarla. En ese momento, seguro que ni ella sabía que le iba a tomar la otra mitad de su vida.
Y es que eso es Lima. Acostumbrados a verla desde sus muchos problemas, pocas veces nos damos el espacio para verla como también es: un lugar cargado de tesoros.
Me gustaría creer que poco a poco empezaremos a aceptar esta grandeza. La podemos recuperar y con eso, conseguir engrandecernos como personas. Hay gente dispuesta a ayudar a que sea así.
En algún momento alguien pensó que esto era un ejercicio en chauvinismo, y no lo creo. El chauvinismo para mí es inventar lo que no se es, o exagerar lo pequeño.
Esto para mí se trata de una grandeza que es noble, porque fue denigrada, olvidada, abandonada.
Y el gran regalo que hemos recibido es que buena parte todavía está ahí. No hay que inventar nada. Las estructuras monumentales de 4.000 años de antiguedad todavía nos acompañan. Qué privilegio.
La imagen de abajo es Pucllana hoy. Treinta años después.
Que orgullo!!
ResponderEliminarDe igual manera vivia preocupado por Lima Milenaria que conocia desde 1957, por el andar entre barrio y barrio se apreciaba diversas estructuras de tierra y largos tapiales paralelos de senderos, que con el tiempo se ocultaban con las nuevas estructuras de concreto y la canalizacion de las acequias que regaban las grandes areas de cultivo que empezaban a urbanizarse, viendo en el recorrido del tranvia Lima Chorrillos y en los urbanitos, la indiferencia de las autoridades y de los limenos de esa epoca nunca les intereso nuestra identidad, ni como limenos ni como peruanos.
ResponderEliminarJOSE MARIA GALVEZ PEREZ
Arquitecto Restaurador