viernes, 19 de abril de 2013

“COLISEO”, UNA CINTA PARA ENTENDER LIMA


Desde un principio he sido un entusiasta y un promotor de la película “Coliseo”. Son varias las razones, y creo que casi todas tienen que ver con el hecho de que tiene una relación muy clara con la ciudad y cómo la entendemos.

Su director, Alejandro Rossi, dirá que es una película feliz sobre jóvenes de la ‘nueva Lima’ o la Lima de los conos. A él le gusta sintetizar su descripción como un Bollywood andino, que rescata un tema de valores, superación, identidad. Y tiene mucho de eso. A mí me gusta verla también como una representación contemporánea de Lima Milenaria, la campaña de este Diario.

Vista desde esa perspectiva, el punto de intersección entre película y campaña es potente. Poder entender esto es poder entender bastante delo que nuestra ciudad es hoy. Y tiene que ver con una de las conclusiones más sorprendentes a las que han llegado los arqueólogos en los últimos años: que Lima ha sido, desde siempre, tierra de migrantes. Por lo menos durante los últimos 4.000 años, desde que esos primeros habitantes construyeron la huaca Paraíso, en San Martín de Porres.

Desde entonces, sucesivas llegadas de gente de distinta procedencia cultural y geográfica han reinventado este espacio muchas veces. Su gente, a lo largo de miles de años, lo ha venido transformando y enriqueciendo. A veces este proceso ha sido traumático y destructivo, pero la esencia es la de una ciudad que ha seguido creciendo, y donde sus habitantes buscan un espacio para sí mismos.

Por eso, al ver los rostros de los chicos que actúan en “Coliseo” es más que un grupo de jóvenes, hijos de migrantes, compitiendo para ganar un concurso de huaylarsh y salvar la carpa del abuelo. Ellos están haciendo algo que como ciudad no hacemos muy bien: incorporar dentro de su identidad de limeños un legado andino de solidaridad, de trabajo compartido, de superación y de valores. Están fortaleciendo su identidad, y eso es algo que cada día está sucediendo en distritos de la capital.

Esto, para mí, es ver a Lima ejerciendo su destino de manera cotidiana: un destino de transformación, de creación, de hacer suyo este territorio. Es ver esa continuidad milenaria y esa ciudad de culturas retratada hoy. Por eso esta campaña del Diario no es solo sobre huacas y mirar al pasado. Se trata del presente, con temas de ciudadanía, inclusión social, memoria. Y se trata de la ciudad de mañana.

Los que nunca han visto bailar el huaylarsh, se los recomiendo especialmente. Ver esta danza del valle del Mantaro en su versión contemporánea creada por jóvenes limeños, producto de su relación más urbana con la ciudad, es ver a una Lima feliz, vital, bailando, queriendo, gozando. Una Lima con sueños.

Y, en el caso de la película, una Lima que hace realidad sus sueños. No estamos acostumbrados a ver así a nuestra ciudad. No estamos acostumbrados a ver la ciudad posible, la ciudad positiva, la ciudad que va creciendo con algo bueno que ofrecer. Y esta película es un duchazo de optimismo, en un escenario inusual. De repente nos hace falta más de eso.

Publicado en El Comercio: 3/10/12 
Foto: rpp.com

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