Vista panorámica del sitio arqueológico de Áspero, valle de Supe. |
Dar a conocer al mundo las evidencias sobre esta civilización, la más antigua del continente, nos aseguró como territorio y como país, una privilegiada posición en el reconocimiento internacional sobre dónde empezó el conocimiento.
Sus hallazgos, que continúan hasta el día de hoy, le siguen añadiendo páginas a esos libros. Pero dentro del país la historia es distinta. Todavía nos cuesta creernos eso. Nos sigue costando tanto aceptar que descendemos de esos señores, que no conseguimos proteger uno de los mayores legados culturales que existen.
Mas bien, lo que hemos conseguido a lo largo del tiempo ha sido separarnos como nación y dividir los legados. Hicimos del pasado prehispánico una utopía, lo limitamos a un mundo inca inventado y perfecto, y las raíces del entendimiento nunca crecieron. Pero ese camino no tiene futuro.
Por eso lancé una propuesta hace un par de semanas: incorporar la recuperación de nuestra herencia arqueológica, una, de todos, como un símbolo de reconciliación para la nueva nación que debería nacer el 2021. Aquí los comentarios de Ruth Shady.
La arqueóloga durante un trabajo de excavación. |
Al respecto, es interesante la reflexión sobre lo ocurrido, pues ese sitio fue excavado en la década del 70 por un investigador extranjero pero no se transmitió la historia recuperada a la población de Puerto Supe; no hubo, por tanto, identificación con este sitio con arquitectura monumental, y ésta fue destruida por el paso de camiones y la acción de recicladores.
Cuando llegamos al sitio encontramos un panorama desolador, basura y gallinazos. Hace nueve años iniciamos su recuperación y puesta en valor, sumando alianzas estratégicas con el Alcalde local, el Gobierno Regional, el Plan COPESCO.
En la actualidad ya puede ser visitado el sitio, se puede apreciar la arquitectura monumental, conocer la historia recuperada a través de un centro de información, disfrutar del paisaje cultural y social, y apreciar los valores socioculturales de esta sociedad milenaria.
La población local viene asumiendo este legado cultural, participa en su recuperación, en talleres de formación para niños, jóvenes y adultos, etc.
Remoción de basura del sitio arqueológico de Áspero, 2005. |
"si un artículo es producido en el extranjero entonces es bueno; si es peruano está por ver", como lo ha expresado el sociólogo César Germaná. Como también la comparación que se hace sobre la conducta de cangrejos dentro de un balde. Si uno pretende salir al exterior del recipiente, los otros lo jalan hacia adentro.
Debemos reconocernos como integrantes de una Nación, aun cuando haya estado constituida antes del siglo XVI por diversas culturas con idiomas diferentes.
Desde Caral y a través del tiempo se accedió a la variedad de recursos del territorio andino tendiendo redes de relaciones interculturales. En esa comunicación, las diversas culturas se beneficiaron aplicando conocimientos en distintos campos de la actividad social.
Panorámica de la ciudad de Caral, valle de Supe. |
El patrimonio arqueológico es un medio para acceder a la información histórica sobre el sistema social del Perú. Hará posible que evaluemos el comportamiento social a través de los doce milenios de ocupación de este territorio, en el que se incluya la circunstancia que ha debido significar los casi tres siglos de intervención sociopolítica española.
Sólo así fortaleceremos nuestra identidad, autoestima, integración y superaremos las trabas que limitan nuestro desarrollo.
Fotos: Jefatura - Zona Arqueológica Caral
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