Balcón en casona histórica del Rímac. Foto: Alessandro Currarino. (Hacer clic sobre las fotos para ampliarlas) |
La nota es de Jeff Soule, miembro directivo de la American Planning Association.
Casa Barbieri, siglo XVIII. Esq. Jr. Callao y Rufino Torrico. |
La comunidad internacional está abocada en el trabajo de articular un nuevo marco global de desarrollo histórico que gira en torno a la sostenibilidad, un elemento clave para cualquier plan de futuro.
Los vínculos entre la conservación del patrimonio cultural y el desarrollo sostenible tienen un amplio reconocimiento. La tarea de crear un marco práctico y participativo para el desarrollo urbano depende de la resolución de las tensiones entre los objetivos de conservación del patrimonio, por un lado, y las necesidades de desarrollo socio-económico y las aspiraciones de las comunidades locales, por otro.
Con el fin de comprender plenamente la relación entre el patrimonio cultural y el desarrollo sostenible, la idea de “patrimonio” debe entenderse en su sentido más amplio. La conservación física de los bienes inmuebles y urbanísticos por sí sola no ayudará a preservar el patrimonio cultural de una comunidad.
Jr. Junín. Barrios Altos. |
Los centros históricos ofrecen características que bien podrían servir de guía para nuevos y futuros proyectos urbanos: son compactos, de uso mixto, mezclan poblaciones de diferentes los ingresos y ofrecen espacios públicos vibrantes.
El desarrollo urbano que integra el patrimonio cultural es más sostenible, diverso e inclusivo. Conservar el patrimonio tiene muchos enfoques y objetivos económicos como culturales, en el sentido que refuerza la identidad nacional, el conocimiento acumulado y es motivo de orgullo como herencia de las generaciones anteriores. También porque, como explicaremos adelante, el patrimonio revitalizado es una fuente de oportunidades económicas.
Las recomendaciones para el paisaje urbano histórico de la UNESCO (RPUH) son un conjunto práctico de directrices de planificación que integra el patrimonio cultural con el desarrollo comunitario. Actualmente se están implementando en muchos lugares alrededor del mundo. Esas directrices exponen los fundamentos para hacer que el patrimonio histórico juegue un papel más central en el desarrollo económico, la reducción de la pobreza y la interacción con la comunidad.
Esas normas declaran al patrimonio cultural como motor de desarrollo económico inclusivo, motor de la cohesión social y la equidad, y como un medio para mejorar la habitabilidad y la sostenibilidad de una zona urbana. Esas directrices incluyen tres componentes principales.
Casa Bolívar, siglo XVIII. Esq. Jr Junín y Azángaro. |
El turismo sostenible, gestionado y regulado por las comunidades locales, puede proporcionar puestos de trabajo y empleo para las comunidades locales.
El segundo componente principal es el patrimonio cultural como el facilitador de la cohesión social, la inclusión y la equidad. El patrimonio tiene el poder de fortalecer a las comunidades donde los ciudadanos se asocian con su ambiente histórico, con una identidad compartida y un sentido de apego al lugar y la vida cotidiana. Es importante destacar que esto debe incluir a las minorías en desventaja o comunidades socialmente excluidas.
Los centros históricos han mostrado de sobra su capacidad para atraer el turismo, promover el empleo y la inversión local y externa. Al mismo tiempo, el proceso de revitalización genera espacio para construir entendimientos, rescatar valores y tradiciones.
En tercer lugar, los barrios y centros históricos pueden mejorar la habitabilidad, así como la sostenibilidad de las zonas urbanas. Por ejemplo, las zonas históricas son amigables con los peatones y promueven un ambiente urbano compacto que incentiva las prácticas más adecuadas de manejo de los recursos.
Casona siglo XVIII incendiada hace unos años. Jr. Callao. |
La integración de la tecnología moderna con el conocimiento local tradicional y las prácticas de gestión de ecosistemas en los centros históricos han contribuido a la sostenibilidad del medio ambiente y son factores importantes de la resiliencia moderna.
Las prácticas locales y tradicionales de prestación de servicios básicos pueden ser un recurso valioso para la promoción de la sostenibilidad urbana.
Nuestra generación está en el camino de generar una nueva agenda urbana. Es un momento importante para recordar la lección de los centros históricos: son sitios compactos, llenos de vitalidad cultural.
Fotos 2-5: J.Lizarzaburu
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Link de la American Planning Association