"La arquitectura peruana empieza a ser un referente mundial". 'Lugar de la Memoria', Lima. Foto: Barclay&Crousse. |
Con esta entrevista culmina la serie de conversaciones sostenidas con cinco arquitectos extranjeros que estuvieron en Lima para Limapolis2017*.
A través de todas hemos conseguido distintas miradas sobre la ciudad, el canal Surco, las potencialidades y los desafíos en frente nuestro. Cada uno ha incidido en un aspecto que contribuye a entender Lima de una manera singular, diferente.
Un agradecimiento especial al arquitecto peruano Gonzalo Benavides, organizador este año del evento anual de arquitectura y urbanismo de la Universidad Católica, Limapolis, que estuvo dedicado a esta importante vía de agua en la capital.
Italiano de origen, el arquitecto Claudio Magrini es Director del Magister “Territorio y Paisaje” de la Universidad Diego Portales, en Santiago de Chile. Fue co-organizador junto al GSD de Harvard y el David Rockefeller Center for Latin American Studies del seminario Landscape as Urbanism in the Americas, 2016, y es co-curador de la XX Bienal Nacional de Arquitectura y Urbanismo de Chile, 2016-2017.
Arquitecto Claudio Magrini. Foto: JLizarzaburu. |
Veo que en el ámbito cultural, incluyendo la gastronomía, ha habido un gran desarrollo. Lima empieza a ser un referente mundial. Pero desde la arquitectura, Perú también empieza a tener un papel no solo regional sino global. Hay una generación de arquitectos que empieza a hacerse presente.
¿De qué manera?
Por ejemplo, el Museo de la Memoria fue un concurso internacional, con jurado internacional, ha sido publicado a nivel internacional. Luego, la participación de Perú en la Bienal de Arquitectura de Venecia donde ganó una mención. Uno ve que progresivamente el movimiento arquitectónico peruano empieza a suscitar bastante interés.
¿Qué explica ese cambio?
Eso tiene que ver con un cambio de paradigma en la región. Sudamérica antes se veía como un continente subdesarrollado y en los últimos años cada vez adquiere más presencia: lo hace Perú, Chile, Colombia, Brasil. Es una fuerza conjunta.
Grupo de arquitectos inspeccionan la bocatoma del canal Surco durante Limapolis2017. Foto: Univ. Diego Portales. |
Siempre hay cosas positivas y negativas. Se ve que Lima empezó a mostrar los grandes problemas de las grandes urbes, como el tráfico.
Pero del lado bueno, puedo decir que hace unos diez años no había tanta noción del patrimonio. Cada vez hay más conciencia de las huacas, más conciencia sobre el patrimonio edificado y conciencia sobre los recursos naturales.
¿Qué le dicen a usted las huacas?
Para mí como italiano claramente las huacas son el gran documento histórico que me pueden conectar con el pasado. Muestra la cultura, la forma de construcción, hasta de urbanidad.
Mi sensación personal es que en los últimos 20 años muchas capitales de América Latina empezaron un proceso de transformación urbana, con proyectos liderados por los alcaldes. Nada de esto está pasando en Lima. ¿Usted comparte esa impresión?
Bueno, en los últimos años he visto cambios en Lima, como el Metropolitano que ha significado una mejora en el transporte de la ciudad; o el Museo de la Memoria.
Lo que sí me doy cuenta es que, comparando con Chile, que muchos cambios urbanos los debemos a la participación de los ciudadanos y no de los arquitectos. La fuerza motriz es la gente común. Cada vez más la gente está empoderada y empieza a exigir determinadas cosas.
Cómo qué, por ejemplo…
Por ejemplo, el proyecto Mapocho Pedaleable surge de un alumno que hizo este proyecto como su tesis, se asoció con el movimiento de los ciclistas y lentamente con la fuerza popular lo llevaron a la presidenta Bachelet como proyecto importante. Algo parecido pasó con el movimiento para una educación gratuita.
Y por lo que yo veo aquí, lentamente, se está empoderando la ciudadanía en Lima. Así que los grandes cambios no lo van a hacer los arquitectos. Lo van a hacer las redes sociales y la conjunción de una serie de activistas, que incluye a los arquitectos pero ya no es territorio exclusivo de estos últimos.
El Mapocho Pedaleable es un proyecto que surge en la sociedad civil y busca incorporar el río santiaguino a la ciudad y la experiencia de los ciudadanos. Foto: La Tercera. |
El espacio público es otra necesidad profunda del ser humano, de relacionarse con el otro, y eso se hace en el espacio público. Ahora, el problema es que todavía trabajamos con paradigmas de espacios públicos añejos o importados.
Yo me acuerdo que hace unos 20 años el primer concurso en el que participé era para hacer una plaza acá en Perú. La topografía era claramente inclinada y tenía una plaza a la francesa, que era un plano horizontal.
Se ignoró el paisaje…
Al final lo que se hizo fue insertar una imagen importada de fuera en una condición ajena. Mientras que aquí lo que siempre enseñaron los maestros Incas era que teníamos que trabajar con la naturaleza.
Entonces, mientras nosotros sigamos negando la particularidad del territorio y trabajemos con elementos ajenos, siempre vamos a producir cosas negativas.
Y ahora también, con el empoderamiento de la ciudadanía cada vez nos damos cuenta que el espacio público se necesita trabajar con paradigmas propios.
En ese sentido el canal Surco se incorpora muy bien en esa visión
Por supuesto. Porque es una de las grandes herencias de las culturas prehispánicas. Como Tipón, en Cusco, dedicado completamente al agua es una infraestructura que no solamente es funcional. Es estética, es fenomenológica, es paisajística, es artística.
Tiene como cinco dimensiones asociadas. Es fantástico, y eso tenemos que recuperarlo. Y cuando recuperamos eso también recuperamos una buena noción de espacio público.
Magrini y su grupo de estudiantes durante Limapolis2017. Foto: JL. |
En la maestría que yo dirijo en Chile antes habíamos hecho proyectos con el río Rímac y la Costa Verde, pero nunca con el canal. ¡Parece que estoy trabajando con todos los cursos de agua de Lima! (risas).
El gran problema de fondo ahí en este momento es que hay que construir un cambio de percepción en la población. Cuando hicimos la bicicleteada un domingo nada más empezar pudimos ver una persona que abre la ventana de su casa y echa la basura al agua. Ahí uno se da cuenta que lo perciben como algo negativo.
¿Cómo empezar a cambiar esa actitud?
Lo que proponemos es generar una concientización social y lúdica. Es decir, cómo a través de una serie de propuestas podemos generar que la gente tome contacto con el agua, con los beneficios que recibe del canal, no solamente culturales, históricos, sino también fenomenológicos: su impacto sobre la temperatura del ambiente, que los niños puedan jugar con el agua, etc. entonces a partir de ahí se puede empezar a generar un plan maestro. Hay que acercar la gente al agua.
¿Cómo entiende usted que algo tan vital para la ciudad como el canal Surco lo hayamos dejado como algo tan marginal?
Falta de cultura. Al final es falta de cultura. Hasta en Barcelona, si uno piensa en los años 90, la ciudad le daba la espalda al mar. Muchas ciudades le daban la espalda al mar o al río.
Pero con el tiempo se dan cuenta que esos recursos naturales son capaces de darte una calidad de vida. Casi todas las sociedades pasan por el mismo proceso: tomar conciencia que nosotros sí tenemos que integrarnos con la naturaleza.
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Las lecciones prehispánicas en el manejo del agua es algo que no podemos ignorar. Fuentes de agua en Tipón, Cusco. Foto: ancient.origins.es |
*/ Limapolis es un evento internacional que cada año organiza la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Católica-PUCP, “concebido como un espacio de reflexión teórico‐práctico sobre temas claves para el desarrollo de la capital peruana”. Este año estuvo dedicado al canal Surco.
- Haga clic aquí para ir a nota sobre la ruta del canal Surco y álbum de fotos
- Sitio web del evento: http://limapolis2017.com/
- Sitio web de la maestría de la Universidad Diego Portales: www.magisterterritorioypaisaje.com
- Sitio web Claudio Magrini: http://www.claudiomagrini.com/main.html