martes, 14 de junio de 2011

EL NUEVO TRAJE DEL EMPERADOR



El presidente es una autoridad suprema. El presidente tiene un don particular.  El presidente manda sobre una masa boba y uniforme que sigue sus deseos.  El presidente, tal parece, debe despertar.

En varios medios ya se han expresado con claridad criticando la decisión de levantar una copia del Cristo de Rio de Janeiro sobre el Morro de Chorrillos.  En su mayoría, las opiniones tienen que ver con cultura democrática, el respeto a las instituciones y los procesos en una sociedad que quiere avanzar y dejar atrás legados autoritarios. Sin mencionar el cuestionable origen de esos fondos. Así que no queremos abundar en eso.

El aporte de esta página va por el lado de la identidad de Lima.  Uno de los intereses que nos anima a buscar el reconocimiento oficial del desarrollo milenario de nuestra ciudad es que eso, justamente, nos debería servir para mirar al futuro.  ¿De qué manera?  Reconociendo uno de los legados más importantes de más de 2.000 años de desarrollo urbano ininterrumpido: que a estos valles siempre hemos llegado a crear, a crecer, a construir.

Construir, está claro, en el mejor sentido de la palabra, en relación con la naturaleza.  Este legado milenario en Lima habla de nuestra creatividad que viene de antiguo; de nuestra genial testarudez para quedarnos en estos valles a pesar de los constantes terremotos; de nuestra aguerrida fascinación por construir haciéndole un guiño a la naturaleza y esquivando sus vaivenes.

Eso nos hace diferentes de otras ciudades del continente, porque tenemos una historia que contar. Porque todas las culturas que llegaron aquí dejaron algo único, singular, diferente.  Si no, miremos a los templos en U, como Garagay en el distrito de San Martín de Porres, los primeros de su tipo en el país con más de 4.000 años de antiguedad.  O la sencilla pero rotunda presencia de la huaca Pucllana, o la auténtica monumentalidad de Mateo Salado.

Llevar ese legado hacia el futuro, en nuestra opinión, es comprometernos con estructuras que continúen esa herencia.  Que lo que levantemos aquí no sea ni siquiera una copia de nuestro propio pasado, sino un ejercicio en originalidad, en creatividad, en un reflejo de cómo soñamos o vivimos los limeños.

Desde este punto de vista, que alguien crea que lo más monumental que podemos hacer en el siglo XXI es copiar la identidad de otra ciudad, parece el contenido de un mal sueño. Y quizás el dueño de ese sueño debería despertar ya.  Antes que para otros se convierta en pesadilla.

Foto: huaca Pucllana, Miraflores.


3 comentarios:

  1. El Cristo que Alan quiere regalar a Costa Verde es como comprar un Elvis en la ave Abancay y ponerlo en tu Lexus. Es barato, es una copia, no es original, mejor sería una escultura de algún artista plástico pero, tiene que ser consultado con el pueblo. No se puede imponer, sobre todo romper la silueta tan famosa de la Costa Verde. Se vería horrible. Que Dios no quiera que esto pase. Alan dice que el monumento va a bendecir a los peruanos, eso demuestra que poco sabe del cristianismo, una imagen o escultura no bendice a nadie. Solo Dios bendice, eso solo es una decoración. Que lleve ese Cristo a otra parte, no allí. Para gracia de Dios ya se va y su periodo ha sido el peor de la historia de los presidentes del Perú, mucho robo, mucha corrupción, muchas faenas y la pobreza, la educación, la salud y la seguridad a un lado. EL ha hecho muy poco por el Perú. Que se lleve su Cristo a la selva no allí.

    Augusto

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  2. En un importante punto más a tomar a cuenta, sin duda.

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  3. Javier, I am totally with you. Lima has it's own identity, let's look adelante y no atras o al costado.

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