miércoles, 22 de mayo de 2013

D.S. 54: O cómo destruir un legado arqueológico


La reciente promulgación del Decreto Supremo 54 ha puesto a arqueólogos, gestores culturales y gente interesada en el patrimonio peruano en pie de guerra. Y no es para menos. Sin hacer ninguna referencia a la obligación del Estado en la protección de estas riquezas, lo que el decreto en buena cuenta dice es que a partir del mes de junio, cuando entra en vigencia, todo vestigio arqueológico que las empresas encuentren a su paso quedará prácticamente desprotegido. Si es que no es destruido.

Según las protestas levantadas por algunos de los principales gremios profesionales y por Icomos-Perú, la entidad más representativa a nivel mundial en temas de patrimonio, el presente decreto modifica sustancialmente el sistema de protección de sitios arqueológicos que existía hasta el presente. ¿Cómo era hasta hoy?

Cuando una empresa quería explotar una mina, abrir un camino o levantar una estructura, la ley le exigía previamente una evaluación arqueológica para ver si en el lugar existen vestigios sin descubrir. Una vez evaluado el lugar, se emitía un certificado: sí tiene, no tiene. Si por alguna razón el ministerio de Cultura no respondía dentro del plazo que daba la ley (30 días), ese “silencio administrativo” se consideraba una negativa y la empresa no podía proceder.

Ya sea por vicios propios de la burocracia, o por propias limitaciones, lo cierto es que esos certificados o CIRAS (Certificado de inexistencia de restos arqueológicos), a veces tardaban hasta un año o más en darse. Es fácil imaginar la reacción entre quienes querían desarrollar un proyecto. ¿Cuál es el cambio hoy?

A partir del 1 de junio toda empresa que quiera desarrollar cualquier tipo de proyecto va a seguir necesitando que el ministerio de Cultura emita el CIRA, y se reduce el plazo de respuesta de 30 a 20 días. Pero la alarma roja está en el llamado “silencio administrativo”.

Es decir, a partir del 1 de junio, si Cultura no responde en 20 días se asume que no hay ningún vestigio arqueológico y el proyecto procede. Si existen vestigios, la empresa sigue obligada a presentar un Plan de Monitoreo (protegido, teóricamente). Pero acá también si el ministerio no aprueba ese plan de gestión dentro del plazo impuesto, el plan de la empresa queda automáticamente aprobado. Sea el plan que sea.

¿Cuál es el efecto inmediato de este decreto? Según el presidente Ollanta Humala, y el ministro de Cultura, que firmó también el documento, es un paso adelante para acelerar procesos de desarrollo, para luchar contra la pobreza y para sacar al país adelante a la brevedad posible. Bien! ¿Pero es esta la mejor manera de proceder?

Por otro lado, la misma redacción del Decreto está hecha de tal modo que enciende el mal ánimo. En ningún momento se hace referencia a la obligación del Estado en proteger la historia, identidad y riqueza cultural de todos los peruanos. Por el contrario, la redacción es tal que se termina deduciendo que la cultura más que un recurso para el desarrollo es un obstáculo. La falta de visión en esto último es preocupante.

Después de leer ese decreto, nadie creería que vivimos en uno de los seis países que son cuna de civilización en el mundo y uno de los más ricos culturalmente. ¿Dónde quedó la visión de cultura como fuente de desarrollo?

Lo que este decretó debió hacer es dotar al ministerio de Cultura de todos los recursos necesarios para que cumpla con su tarea, inescapable, de proteger la riqueza de todos los peruanos. Debió dotar de recursos adicionales al ministerio para la recuperación y puesta en valor de los bienes que ya existen. Debió crear mecanismos a futuro para que esas empresas, donde hallen vestigios, contribuyan a la recuperación de esos u otros bienes del país. Y si el ministerio no cumple, debió establecer mecanismos por los cuales la empresa privada no se perjudica y se consigue acelerar el proceso, sin poner en riesgo el patrimonio. En nada de esto se pensó.

Pero veamos también el otro lado. ¿Cuánto nos queda por descubrir? ¿Creemos que de verdad todavía quedan monumentos importantes bajo tierra?

Cuando le planteé esto a Alberto Martorell, presidente de Icomos-Perú su visión fue clara: en términos de patrimonio no se protege y cuida solo lo monumental, los machupicchus del país, sino también cementerios, arquitectura civil modesta, hasta desechos de basura arqueológica porque todo trae información que nos pueda decir más sobre quiénes somos y de dónde venimos.

Aquí creo que tenemos que encontrar un equilibrio. Un equilibrio que funcione para todos. Porque a fin de cuentas se trata de eso ¿Acaso no habrá llegado la hora de ser realistas? Ahora me podrán acusar de traidor pero no de rasgarme las vestiduras. De repente, por más terrible que suene, tenemos que entender que hay sitios y vestigios a los que tenemos que decirles adiós. Por el bien de lo que ya tenemos y no cuidamos.

La realidad es que ni ahora cuando hay dinero suficiente se está protegiendo lo que ya existe de manera adecuada. No nos engañemos. Esto nunca va a suceder. Menos si nos dedicamos a cuidar y proteger cada pieza individual de arqueología que se encuentre en nuestro territorio.

Lo más irónico lo vi en estudiantes de arqueología de San Marcos. Publicaron un Facebook un manifiesto anti decreto hablando de la necesaria salvaguarda de nuestro patrimonio. Ante eso les pregunté qué estaban haciendo ellos por recuperar la huaca San Marcos, la más grande de Lima, una de las más importantes y una de las que probablemente más información todavía guarda en su interior y que queda dentro de la misma universidad.  

Por las razones que sean, San Marcos no está haciendo nada por su huaca. Pero no solo son ellos. Somos todos nosotros. No tenemos un gran museo del Perú. No tenemos un registro completo de todo lo que tenemos. Gran cantidad de material sigue en depósitos donde, según me cuentan algunos arqueólogos que lo han visto, todavía existen cajas de Julio C. Tello que ni siquiera han sido abiertas. Y él murió en 1947. O sea, ¡hace casi 70 años!

Entonces, ¿de qué nos quejamos? ¿Qué es lo queremos realmente? Yo creo que nos toca mirar al futuro con sinceridad. Y si nos ponemos de acuerdo, de repente este infeliz decreto puede facilitar algo mejor: decidir qué hacemos con lo que tenemos. Que es bastante.

Foto: Erik Maquera / Sitio arqueológico Catalina Huanca, Distrito de Ate, año 400d.C., quedó en medio de una empresa arenera, que ha excavado el sitio está dejarlo completamente aislado, como se ve en la foto.

Aquí el Decreto: http://elperuanolegal.blogspot.com/2013/05/decreto-supremo-054-2013-pcm-aprueban.html

10 comentarios:

  1. Saludos considero importante el trabajo efectuado y logrado por Lima Milenaria, estamos totalemnte de acuerdo y desde aquí me permito proponer formar un frente Profesional indexado de alguna forma o mecanismo para prolongar el aporte de Lima Milenaria y poner a la luz el legado guardado por tanto tiempo y a presionar para que el sector responsable cumpla con su misión.
    Estaremos al Pie del Cañon
    Arq. Iván Cortés Gálvez

    ResponderEliminar
  2. La analogia con la huaca San Marcos es incorrecta, porque esa huaca no esta abandonada ni necesita ser "recuperada"; lo unico que necesita es que no la destruyan, y que se mantenga en buen estado hasta que se pueda seguir investigando en el futuro. Que un sitio este en ruinas no significa que este abandonado, ni que deba ser "recuperado" a menos que estemos dispuestos a invertir a largo plazo en este. Si las huacas se convierten en basureros o algo asi, no es porque esten "abandonadas" o en ruinas, sino porque la gente elige verlas de esa manera, y las autoridades lo toleran e incluso lo incentivan. Y si, tal vez no es posible rescatar y conservar todos los vestigios arqueologicos. Sin embargo, hay una enorme diferencia entre destruirlos argumentando que no tienen valor (quien decide que es lo que tiene valor y que no?), que documentarlos, excavarlos, y reconocer que son sitios importantes antes de removerlos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De acuerdo, los estudiantes pueden querer hacer mucho, pero sin el respaldo del gobierno universitario, y mucho menos del gobierno local y ni que pensar en el regional o el nacional, lo que los estudiantes pueden hacer es poco o nada.

      Eliminar
    2. Se ve que el que escribio antes de Cenia Forense nunca ha subido a ver como esa la huaca San Marcos: su circuito de visita ha sido completamente destruido, no se ha hecho ningún proyecto de conservación o proteccion de la arquitectura dejada expuesta por las últimas excavaciones hechas por Ruth Shady, y la gente sube y camina por todos lados, destruyendo poco a poco esa arquitectura (hasta huaquean al parecer), pero aunque los estudiantes quisieran hacer algo nadie puede tocar ni un átomo de patrimonio si no tiene el permiso del Ministerio de Cultura... el perro que no come ni deja comer

      Eliminar
    3. ¿Ése Ministerio que acaba de aprobar el expediente técnico de un PIP para la puesta en valor de Huaca San Marcos? (busquen en el banco de proyectos el SNIP Nº 147087) ok... todo trámite demora y la inversión para puesta en valor de sitios como San Marcos ha demorado más de 2 años pero ya es una realidad. Es muy fácil acusar a una institución y quedarse tranquilo observando todo desde la comodidad de la inacción.

      Eliminar
  3. tengo entendido, que Huaca San Marcos, ha sido espacio de aprendizaje de alumnos de San Marcos.
    Concuerdo con lo que dicen líneas arriba, es muy diferente destruir sitios arqueológicos sin metodología, que plantear un proyecto que permita la remoción adecuada, con documentación y material que nos sirva a quienes estemos interesados, como fuente de investigación.

    ResponderEliminar
  4. Lamentablemente el DS no soluciona ninguna de las situaciones existentes; el valor de los monumentos no está en su tamaño o en si quedan o no muchos bajo tierra; de hecho estamos parados sobre nuestro pasado, cada centímetro cuadrado del Perú tiene vestigios y no se puede decir que uno sea más importante que otros, su trascendencia sólo se puede definir a partir de su investigación y para ello se requieren recursos, los cuales lamentablemente siguen siendo aún, insuficientes. Se está olvidando que el patrimonio cultural, particularmente el relacionado con lo arqueológico, atrae una cantidad importante de recursos a partir del turismo. Machu Pichu y todos los sitios del Valle Sagrado, Caral, Chan Chan, Sipán, Huacas del Sol y la Luna, las líneas de Nasca, Wari, Huaca Pucllana, son sólo algunos de esos sitios que reciben miles de visitantes al año, muchos de ellos turistas extranjeros, que traen recursos al país, que vive no solamente de minería. Si hay problema con la emisión de CIRAs es a cuenta de la ineptitud e ineficiencia del Ministerio de Cultura y la gente de la División de Arqueología que se toman el tiempo del mundo, sin tener siquiera en cuenta los plazos establecidos en la ley. Creo que es un tema que debió ser previamente discutido y analizado a profundidad porque si queremos desarrollo, éste no puede darse a cuenta del Patrimonio, de nuestro pasado que es lo que somos, mucho menos cuando es para beneficiar, primordialmente a las mineras que literalmente se levantan el país en peso, dejando la contaminación y prácticamente nada de las ganancias de lo extraído.

    ResponderEliminar
  5. Estimado Javier,
    Algunas apreciaciones, quizás por la falta de conocimiento del tema estas omitiendo algunos aspectos y por ello presentas muchas informaciones herradas, las cuales podrían generar opiniones tergiversadas sobre la actual situación en relación al Decreto 054-2013.
    En cuanto a tu “veamos el otro lado de la moneda” ¿Cuánto queda por descubrir?
    Bien, entiendo tu pregunta en relación a la imagen de sitios arqueológicos importantes que tienes como Caral, Machupicchu o Chanchan, esta visión me parece una de las más banales que se tiene de los sitios arqueológicos o las evidencias arqueológicas. Los sitios arqueológicos no solo se valoran por su monumentalidad o espectacularidad Javier, esta es la más comercializada pero no agota las posibilidades de todo lo que pueden brindar los sitios, una de ellas, es el conocimiento del pasado y no solo su utilización como bien económico.
    La respuesta que te da el señor Martorell, va en ese sentido. Toda evidencia material arqueológica es importante porque nos brinda información del pasado, CONOCIMIENTO. El hecho de que debamos proteger, no quiere decir que sean intocables. Todos los trabajos de arqueología son destructivos, hasta los proyectos de investigación destruyen, pues al excavar se remueven las evidencias y se destruye el contexto de depósito, lo importante es tener un registro metódico de todo ese proceso de “destrucción”, valga decir, controlado científicamente. Los proyectos de Rescate justamente se desarrollan en ese sentido. Esto es diferente a la destrucción sin registro que estaría generando el presente decreto.
    Con respeto al tema de la Huaca San Marcos, el primer comentario aclaro ese punto, solo me gustaría resaltar un aspecto. Según tu lógica, nadie podría reclamar nada con lo que este en desacuerdo y con lo cual se sienta afectado. En ese sentido, los pobres no podrían reclamar su situación de pobreza, pues la respuesta sería, que has hecho para dejar de ser pobre. Los profesores no podrían reclamar mejoras en la infraestructura y reglamentación de la carrera magisterial, pues que han hecho para mejorar la situación de la educación en el país. Todo sería irónico para ti…incluso, si saldría una norma que cancele las libertades de expresión no tendrías derecho a opinar y manifestarte, pues todos sabemos cómo se encuentra la independencia periodística en el país.
    No todos los sitios se excavaran o se conservaran al mismo tiempo, eso es claro. Pues como bien dices no hay fondos para todo, y para muchos casos la tecnología necesaria. La gran diferencia es que los sitios están allí para la posteridad, para cuando tú y yo no estemos presentes, lo importante es que cuando alguna evidencia esté involucrada en alguna obra o trabajo, este sea lo suficiente mente resguardado y protegido por las normas legales, en el sentido ya señalado.
    PD: La imagen que muestras en este post es de uno de los montículos pequeños de Catalina Huanca, ese montículo en la actualidad ya no existe. Aún queda el montículo mayor y otros pequeños. Este sitio, en contraposición a lo que afirmas, es más grande que Huaca San Marcos. La destrucción evidente en la foto ha sido denunciada durante muchos años, denuncias al INC, luego al Ministerio de Cultura, a la Defensoría del Pueblo, a los medios de comunicación, en blogs como el tuyo; sin embargo, a la fecha, nada se ha podido hacer…dirás que es irónico ahora reclamar esto por parte de los arqueólogos, porque el sitio sigue abandonado y esta como esta?. Quizás, podrías hacer una investigación sobre esa situación, finalmente eres periodista, es parte de tu trabajo.

    ResponderEliminar
  6. Muy interesante el comentario de Javier Lizarzaburu sobre este Decreto Supremo 054-2013-PCM, pero aún más el comentario que hace sobre ser realistas y encontrar un equilibrio entre el desarrollo del país y la conservación del legado arqueológico. Pienso que deberíamos mirar los casos de otros países que también son cunas de civilización (México, Egipto, India, China). Yo no conozco ninguno de ellos pero tengo la impresión que allí se cuida mucho mejor el legado arqueológico ¿Y acaso no son países mejor económicamente que nosotros? ¿Acaso China no es ya una superpotencia? Quizás deberíamos ver la forma como ellos han encontrado ese equilibrio pero personalmente pienso que todo país está en el pleno derecho y el deber de crecer y desarrollarse, pero para esto siempre respetando al medio ambiente, a las poblaciones y al legado cultural. En el caso del Perú que éste es tan vasto pienso que la fórmula podría ser que se proteja todo el patrimonio que se pueda en la medida que las actividades económicas los van afectando. No podemos detener el desarrollo de nuestro país (eso sería mezquino) pero haciendo las cosas de una forma planificada, ordenada y consciente pienso que se puede llegar a un equilibrio. Un proyecto de evaluación arqueológica bien hecho es garantía de que se protegerán sitios arqueológicos y que las actividades económicas se harán en zonas que no presentan vestigios. Y si es inminente que se vaya a afectar un sitio, para eso existen los Proyectos arqueológicos de rescate, que hay en todo el mundo. Como dice Lizarzaburu es hora de ser realistas pero también de ser conscientes que haciendo las cosas como sea no vamos a llegar a ningún lado

    ResponderEliminar
  7. Se puede encontrar el equilibrio entre el desarrollo del país y la conservación del legado arqueológico, siempre y cuando el estado equipe al Ministerio de Cultura con profesionales competentes y le brinde los recursos para que este acorde con la modernidad y eficiencia.

    ResponderEliminar