miércoles, 27 de noviembre de 2013

LA CONVERSACIÓN QUE NADIE QUIERE TENER (o quién le pone el cascabel…)

Armatambo saturado: el destino de una de las mayores ciudades del pasado.
Vivimos al medio de una dualidad cada vez más insostenible. De una parte, somos un país con uno de los legados arquitectónicos más ricos que existen: unos 100.000 sitios solo en lo arqueológico. De otro lado, no solo no podemos protegerlo todo, lo estamos perdiendo.

La entrevista de la semana pasada con el viceministro de Cultura, Luis Jaime Castillo, fue importante por algo significativo: era quizás la primera vez que una autoridad de ese sector intentaba hablar con una sinceridad que no cae bien. “Vivir en un país como el Perú significa que a veces hay que hacer pequeños sacrificios”, dijo. Y tenía razón.

Pero por distintos motivos, entre los más activos en temas de protección parece haber una tendencia que señala que tenemos que protegerlo todo, cuando la realidad nos dice que eso es simplemente imposible. Entonces, ¿qué estamos consiguiendo?

Al ritmo que vamos, pronto vamos a tener que tomar las decisiones que no queremos, porque por ahora son otros los que ya lo están haciendo, sin control alguno, y con un saldo de pérdida irreparable. El asunto es, ¿dónde está el punto de equilibrio?

VISIÓN Y COMPROMISO
¿Necesitamos una lista en la que con sinceridad digamos ‘esto podemos conservar’ y dejamos ir al resto? Esto quizás lo puedo preguntar yo como periodista y como alguien de afuera, porque cada vez que lo he planteado entre arqueólogos y arquitectos la respuesta oficial suele ser "nada de listas, se conserva todo".  Me pregunto si han pensado de verdad la dimensión y el impacto de esa actitud.

De otro lado, resolver eso necesita de una visión y un compromiso con la cultura que lamentablemente en nuestro caso no existe. El mismo presidente y el ministro de Economía no solo vienen ignorando este sector de manera sistemática, sino que toman medidas que atentan contra la sobrevivencia de este legado. No solo son los cuestionados decretos 54 y 60, sino la reducción del presupuesto de Cultura, de por sí uno de los menores. Esto no lo hace fácil. Lo hace perverso.

La siguiente es una entrevista que hace un tiempo hice con John Hurd y que nunca publiqué pensando que sería algo controvertida. Hoy siento que es necesaria.

Hurd es presidente del comité asesor de ICOMOS (Consejo Internacional de Sitios y Monumentos), consultor internacional de Unesco en temas de conservación, y fue director mundial de conservación del Global Heritage Fund (GHF). Su trayectoria profesional lo ha convertido en una autoridad mundial en estos temas. Espero sirva de algo en este debate, porque algo hay que hacer.

Experto internacional en conservación. Foto: Google.
Ante una mayor presión del desarrollo, ¿qué pasa con los sitios arqueológicos?
Hay que investigar todo lo que se pueda y saber discernir, y conocer el valor arqueológico de un sitio. Si es de gran significado, no se puede proceder al desarrollo inmobiliario.

¿Y si no lo tiene?
Si no lo tiene, el desarrollo debe proceder.

Cuando dice ‘debe proceder’, ¿quiere decir que hay que destruirlo?
Sí. Yo creo que no debería haber una regla que diga que uno tiene que mantener cada uno de los sitios arqueológicos; que cada uno es sagrado porque, francamente, en Lima vas a encontrar sitios arqueológicos en todas partes, de un periodo o de otro.

Suena radical
Si encuentras algo que no sea tremendamente significativo, que no añada información al tema mayor de la historia del país entonces - siempre y cuando documentes el sitio con mucho cuidado y profesionalismo - entonces eso sería suficiente.

Creo que los peruanos somos más proteccionistas
Soy consciente de que esto puede ser un comentario muy controvertido, y lo sería en cualquier parte del mundo. Hay algunos países como Italia, Libia, donde la arqueología está en cualquier lugar y en algún momento hay que encontrar un balance.

¿Hay que ser prácticos?
Yo diría que sí. Pero creo que es importante ser prácticos en el sentido de permitir el desarrollo en lugares donde hay sitios arqueológicos, y posiblemente los mismos desarrollos inmobiliarios podrían incorporar estos sitios dentro de su proyecto, como espacio público o como un lugar para congregarse en caso de terremoto o emergencias.

Pachacamac: todavía con un largo camino por avanzar.
Para algunas empresas el pasado es un obstáculo. Podrían usar este argumento para tirarse abajo todo.
Sí, es cierto. Esto ha pasado en China, donde Mao Tse Tung en 1951 declaró que todo lo que era más antiguo de 25 años no valía nada y se perdieron grandes tesoros. Pero si tienes una ley que requiere que se haga una investigación arqueológica, y se define claramente lo que es significativo y lo que no, entonces las empresas entenderán que hay límites.

¿La ley es suficiente?
Hay que clarificar la ley, que en este momento es muy amplia y vaga. Tal como está abre la posibilidad para la corrupción y la mentira.

Para usted la protección de patrimonio contribuye a la autoestima de los pueblos. Pero si se destruye, ¿no vamos en contra de ese valor?
No creo que sea así. Lo importante es que les puedas demostrar a tus hijos y a sus hijos que hay sitios muy significativos de los que estamos orgullosos, y que los sabemos cuidar.

Un paso difícil…
El Perú se está desarrollando, eso es un hecho. Y el país tiene un enorme legado arqueológico, eso es otro hecho. Entonces tenemos que llegar a un punto donde quede claro qué se puede hacer y qué no. Ya sé que es cruel pero es práctico, pero en algún momento hay que tomar una decisión. Ambos pueden convivir lado a lado.

Fotos 1 y 3: J.Lizarzaburu

17 comentarios:

  1. Un problema serio que veo con la idea de hacer "triage/no podemos conservar todo, tenemos que dejar espacio para el desarrollo" es que en Lima y Peru tenemos una cultura de democracia y politica muy pobre, la politica en Peru es clientelista, y la industria (sobre todo la industria inmobiliaria) esta poco regulada. No solo en Peru, sino en otras partes del mundo (vean los casos de Istanbul sobre todo la Plaza Taksim). En resumen el problema es que la gente no se cree la idea de un "desarrollo urbano para el bien de todos" o al menos de que tras ser documentada y estudiada, la huaca va a ser destruida para construir una obra publica o de necesidad, como viviendas economicas de alta calidad. El temor -y lo ves en el caso de Puruchuco- es que ya hay una idea generalizada que siempre hay un interes comercial, un deseo de lucrar detras; por ejemplo, en la entrevista de la semana pasada, tenias a Luis Jaime Castillo hablando de manera inocente sobre lo necesaria que era la obra, y luego pones la foto de Google Earth con el centro comercial ubicado convenientemente al otro lado del cerro Puruchuco! Como no pensar que en el fondo hay un interes creado? (No olvidemos que los limenos acaban de votar dos veces este anno para una revocatoria que fue instigada por intereses creados....asi que ni las elecciones se salvan). En el fondo, el problema es el miedo de la apropiacion y la privatizacion de un espacio publico. Mientras que las huacas sean del Estado, son espacios publicos de acceso limitado - mal que bien, cualquiera puede acceder a ellas. Cuando haces desarrollo, ese espacio es privatizado al mejor postor.

    ResponderEliminar
  2. Insisto nuevamente. Mi afán no es proteccionista. Pero si no tenemos conciencia de lo que nos rodea, si no invertimos en investigación, si no promovemos la protección y defensa del sitio arqueológico para un uso cultural, de apropiación colectiva o emblemático. Todo se lo pueden llevar abajo. To-di-ti-to.
    El crecimiento inmobiliario es muy poderoso, arrasa con todo y no cree en nadie. Integrar nuestro patrimonio arqueológico al paisaje, desde una huaquita, una simple muralla o un trozo de camino, todo ello tiene sentido si la población comprende el sentido y lo hace suyo. Trabajar por una mejor legislación que proteja este valor escondido, esas son tareas prioritarias.
    "Se debe proceder", si pero antes tenemos que investigar, educar y comprender. Tarea recontra difícil, pero no imposible para nosotros los maestros.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A riesgo de ser descalificado completamente por mis amigos patrimonialistas, que el crecimiento inmobiliario sea poderoso está bien. Que no cumpla las reglas y arrase con lo que se encuentra de por medio, está mal. Entonces, qué hay que cuestionar, la falta de autoridad o la empresa? Necesitamos tener a la empresa de nuestro lado también. Entonces, a quién exigimos? Estamos haciendo nuestras demandas de la manera correcta? nos toca revisar estrategias?

      Eliminar
    2. Creo que es sensato tomar decisiones a tiempo, proteger verdaderamente lo más valioso, de lo contrario, al no hacer una seleccion seria y sin apoyo de la autoridad que debe fiscalizar la protección y conservación del patrimonio, las empresas arrasarán nuestro legado.

      Eliminar
  3. Javier: Mi gratitud y felicitación por PONER EN AGENDA tantos aspectos del patrimonio que si ayer eran opcionales hoy son de primera necesidad. Y me parece que el primero es INVENTARIAR, CATALOGAR Y EVALUAR TODO, luego vendrá PRIORIZAR. Por ejemplo, en Lima Norte, ni siquiera se sabe lo que se tiene, y lo que sabemos que tenemos NO SABEMOS DÓNDE Y QUÉ CALIDAD TIENE...porque no está casi ninguno (salvo ahora Punchauca) con su rótulo. Ánimo, que las Municipalidades, Cultura, Asociaciones, personas de buena voluntad...tienen trabajo. Luego debatiremos "si procede o no".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De acuerdo, José Antonio. Nos hace falta una hoja de ruta. Por lo menos ver que estamos encaminados hacia algo.

      Eliminar
  4. Gracias, Rosabella. Es cierto, pero los intereses creados siempre van a estar presentes. No creo que sea único del Perú. Un punto importante debería ser dónde protegemos y dónde ponemos el límite para abrir espacios comerciales, zonas deportivas, urbanizaciones, todos absolutamente válidos. En Lima tenemos 364 huacas. Hace solo un año no teníamos idea de esto. Y qué hacemos, los convertimos a todos en espacio público? bien, pero volvemos al punto original: puede el Estado hacerse cargo de 364 sitios arqueológicos en Lima, cuando también tiene responsabilidad sobre otros 99,600 en el resto del país? A veces siento que el debate tiende a quedarse en lo académico, sin lograr (o querer) ver los lados más realistas de la ecuación. Me gustaría tener las respuestas claras pero no es así.

    ResponderEliminar
  5. Sí, si fuéramos una población que ya tiende a hacer balances justos y ceñidos a la realidad, podríamos considerarnos capaces de decidir algo de esa magnitud, Javier. Pero aun no lo somos. Mira, hoy, cuánto nos cuesta elegir, participar, ser democráticos y, sobre todo: ser responsablemente libres de asumir nuestras planificaciones (o no), argumentos y visión de las cosas y de la sociedad. Ser una sociedad.
    Creo que tomar la decisión de prescindir en corto plazo de nuestro patrimonio cultural edificado y promover que todo gire alrededor del desarrollo económico inmediato, sería autoritaria y hasta unilateral entre los que se sienten con poder por su capacidad de reflexión académica, expertise en el tema o incluso pragmatismo.
    Eso no es democrático. Comenzando por ahí tenemos que es una visión dictatorial de las cosas: Como estas personas no pueden decidir (porque no saben, no les interesa o son muy pocos), decidimos nosotros los que tenemos autoridad pública para hacerlo.
    ¿No te parece?
    Si este es un proceso pues que siga girando. Nadie ha dicho que estar en el proceso influya en que se tengan resultados más pronto; es más, sabemos que va a ser lento y vamos a tener muchos muertos en el camino (monumentos, patrimonio presunto, etc.). Pero los resultados van a ser los que deban ser, incluyendo a la población que aun no sabe de qué estamos hablando.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pienso que si se van a tomar decisiones, deberían ser procesos consensuados, donde participen expertos, académicos, profesionales, sociedad civil. No creo en absoluto que esta decisión, si ese fuera el caso, tendría que recaer en la única autoridad de un ministerio. Sería difícil si no imposible aceptar un escenario así.

      Eliminar
  6. Estimado Javier, la gran discusión es cómo poder balancear la cantidad de intereses existentes frente a los sitios arqueológicos o el lugar que ocupan. Creo que lo que se pone claro en este post es que una tendencia "conservacionista extrema" es poco práctica e irrealista, como lo es también la de destruir todo lo antiguo para dejar paso a lo moderno. Si bien ya sabemos lo peligroso de esta última perspectiva, la primera también es muy perjudicial. La perspectiva "conservacionista" limita la capacidad de un sitio arqueológico de convertirse en algo que se integre de manera útil a la sociedad moderna, dado que lo congela en el tiempo y lo aisla de las actividades de su entorno. "Liberar" un área mediante un estudio adecuado, publicando y comunicando los hallazgos al público general contribuye a nuestro conocimiento del pasado y permite entender otros sitios más complejos, como se puede ver en otros países que han tenido presión del crecimiento de las ciudades.
    Dentro de toda esta discusión, uno de los grandes problemas es qué se entiende por patrimonio. Todos los actores tenemos una idea distinta de qué es y cómo usarlo. La única forma de poder definirlo y decidir su uso es establecer espacios de diálogo entre todos los actores interesados (académicos, estado, sociedad civil, asociaciones locales, inmobiliarias, etc.). Este concepto de un patrimonio definido no por sólo un profesional o una entidad del estado es algo que ya se está discutiendo entre varios arqueólogos (dentro de los cuales me incluyo).
    Otro problema es la informalidad. Mientras no presionemos para erradicar leyes que de una manera u otra permiten la invasión de tierras, por ejemplo, lo que se discuta y plantee siempre estará amenazado por estas actividades.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Daniel. Un tema también pasa por quién convoca, quién asume esta responsabilidad con autoridad. Ahí también hay un fuerte vacío.

      Eliminar
    2. Me parece muy relevante la idea que el patrimonio es un tema subjetivo. La demolicion del edificio Limatambo, por ejemplo, puso sobre la mesa que el patrimonio de la ciudad, lo que la gente valora, es muy diverso y no es en absoluto uniforme.
      Por otro lado, el problema no es solo la existencia de leyes que no sancionan e incluso permiten la destruccion de sitios arqueologicos y las invasiones; es tambien que las leyes existentes son ignoradas. Vemos el caso de la Ley de Barrios Marginales de 1961, que fue mayormente ignorada porque los gobernantes no querian perder el facil apoyo politico que viene de tolerar las invasiones, para luego otorgar titulos de propiedad.

      Eliminar
    3. Por lo mismo que el concepto de lo que puede considerarse "patrimonio" es tan subjetivo es que es necesario tratar de redifinirlo con opiniones de diferentes actores y no solo los especialistas, para luego ver qué usos vamos a permitir en ellos.
      El lado legal es más complejo. Por un lado, hay leyes y decretos supremos que se contradicen o son irreales en cuanto a su legislación y maneras de sancionar, como lo ha mostrado varias veces el abogado Fabricio Alfredo Valencia Gibaja. Por otro lado, el hecho de que aun existan maneras de proteger al que invade (el hecho de que la policía no los pueda desalojar después de 48 horas de realizar la invasión) hace más complicado el asunto, incluyendo lo que mencionas de no querer perder votos populares. Hay, entonces, algunos resquicios legales que deben ser eliminados también, si se espera proteger adecuadamente el patrimonio arqueológico.

      Eliminar
  7. Conservar un área patrimonial no tendría que significar, en absoluto, su aislamiento de la cotidianidad ni convertirla en espacio muerto, intocable e inútil. Eso es lo que querían vendernos (y parece que ha calado duro esa figura), pero no es tal cosa. Conservar no es guadar una foto para que se enmohezca y se desintegre en un cajón en el que se podrían guardar clavos, con todo respeto.
    Saludos, Javier. Gracias por darnos este espacio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anahí, primero intentaron destruirlo todo y no lo consiguieron. Después, intentaron borrarlo de nuestra memoria, y casi lo consiguen. Es como si recién estuviéramos despertando. Un problema, claro, es que mientras tomamos consciencia de todo esto, hay otros que ya empezaron a acabar con lo que pueden.

      Eliminar
  8. "Mujica plantea que "Un sitio arqueológico o cualquier edificio es patrimonio en la medida en que está relacionado con la comunidad de su entorno. Si no se vincula a la comunidad que vive en torno al patrimonio, este pierde sentido, lo que hace que se vuelva imposible conservarlo". Concuerdo con la primera parte, pero la segunda parte es discutible, dado que sólo toma en cuenta la posición del especialista. Se dan casos, por ejemplo, en los cuales la población circundante sigue utilizando los sitios arqueológicos, solo que con otros fines: para guardar ganado, como base elevada para sus casas en zonas donde llueve mucho, canchas de fútbol, etc. Para aquel especialista que considera que los sitios arqueológicos no pueden tener otro uso que no sea destinado al turismo o a la investigación, puede parecer una aberración este tipo de uso. Sin embargo, en la medida que "sirve" a su comunidad de entorno, no se destruye, sino que se conserva pues se aprovechan las características físicas de estos sitios. El punto aquí sería monitorear y estas formas de uso, planteando alternativas si se observa que pueden dañar el sitio (sobre todo si no hay una intención de realizar una excavación en él en un futuro cercano), sin contar que se debe replantear el concepto de "inalienable" e "intangible" que nuestra legislación le da a los sitios arqueológicos."

    Este párrafo de tu blog (http://arqueopublica.blogspot.com) me pareció muy ilustrativo, Daniel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. También hay los que están pidiendo al ministerio de Cultura que desmonumentalicen determinados sitios, para poder levantar ahí centros comerciales, deportivos, etc... :(

      Eliminar