Casona en Buenos Aires. "Qué ciudad queremos en 20 años" (M. Magadán) |
Si no fuera por las referencias propias de su ciudad, este texto bien podría referirse a Lima en lo que se refiere a pérdida de edificios históricos. Ambas ciudades vienen sufriendo un crecimiento inmobiliario que, en el contexto en que se produce, tiene la misma consecuencia: dejarnos sin ciudad.
Allá como acá son casonas históricas las que van desapareciendo. Pero como cuenta Gisela Carpineta, de INFOnews, a pesar de la pérdida los porteños han venido encontrando fórmulas para hacerle frente a esta dinámica.
A diferencia de Lima, donde podría decirse que el movimiento de vecinos todavía está en formación, allá ha generado herramientas como: multas por delito patrimonial, formularios de denuncias por desaparición de patrimonio, registro de demoliciones y hasta mapas de la destrucción. Todo lo cual va dando peso y legitimidad al pedido de muchos: respeten la ciudad y sus ciudadanos.
Sigue siendo un sistema imperfecto, pero cada vez hay más reglas que dificultan el abuso. Gisela Carpineta es periodista y en las últimas semanas escribió dos notas sobre el tema. Lo que sigue es un resumen de las mismas.
Gisela Carpineta, periodista de INFOnews |
Mi Buenos Aires demolido: patrimonio arquitectónico a la deriva
Por la presión de los lobbies inmobiliarios, la burocracia legal o las aplicaciones abusivas del derecho de propiedad, la realidad es que lejos quedó aquella “tierra florida donde mi vida terminaré” a la que le cantaba Carlos Gardel. Hoy la ciudad tiene un paisaje muy distinto al que actuó como fuente de inspiración de escritores como Roberto Arlt, Jorge Luis Borges o Federico García Lorca.
La casa de los poetas Alfonsina Storni y Evaristo Carriego, el caserón donde murió el ex presidente Roque Sáenz Peña, los adoquines de muchas callecitas de Buenos Aires, símbolos del paso del Art Nouveau en la Ciudad, o míticos bares porteños como 36 Billares o la Confitería Richmond: todo se perdió ante el avance demoledor del mercado inmobiliario.
La lógica de ese mercado inmobiliario es tan simple como alarmante: si ya no hay espacios vacíos para construir, se los deben generar. ¿Cómo? Construyendo sobre edificios históricos o modificándolos sin criterio alguno, demoliendo inmuebles con valor patrimonial o a través de los desalojos.
“En patrimonio, como en otras cuestiones, la administración local no cumple con su función básica de defender lo público y va detrás de la tendencia del mercado”, sostiene Marcelo Magadán, arquitecto especializado en restauración de edificios históricos.
Jaime Sorín, presidente de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos y uno de los mayores conocedores de la crisis habitacional de la ciudad, detalla que más del 50 por ciento de lo construido en los últimos años se distribuyó en cinco barrios: Constitución, Balvanera, Recoleta, Belgrano y Palermo.
Estos últimos tres son los que contaban con la mayor carga de patrimonio arquitectónico, donde se arrasó con una gran cantidad de petit-hoteles y edificios de la década del ‘20, ‘30 y ’40: “Es cuando cambia la imagen de la ciudad del siglo XIX al XX. La mayoría ya se perdió".
Multas al delito patrimonial
A nivel local el patrimonio arquitectónico está protegido por las declaratorias de APH, Áreas de Protección Histórica, y por la Constitución de la Ciudad (Art. 26, 27 y 32) que incorporó como derechos de los porteños el acceso a la cultura y a la preservación del patrimonio edificado.
Sin embargo, fue recién a fines del año pasado cuando se logró avanzar en un elemento fundamental para frenar la destrucción del patrimonio: un régimen de penalidades para quienes atenten contra edificios históricos. Aunque las multas se establecieron por ley, aún no se sabe si se aplicaron.
Los vecinos
Además, según funcionarios del gobierno de la ciudad, se ha avanzado en la cantidad de inmuebles protegidos. Señalan que antes del 2008 sumaban menos de 5.000 los inmuebles protegidos. Hoy la ciudad lleva protegidos más de 16.000 inmuebles, a los que se sumarán próximamente los anteriores a 1941 que están en estudio.
Más allá de las responsabilidades políticas, lo cierto es que gracias al movimiento de los vecinos - que durante los últimos años puso el foco en esta problemática - se avanzó en una creciente toma de conciencia, que la incluyó en la agenda política.
Así fue como las denuncias y el interés de los ciudadanos para conservar los edificios protegidos tuvo su gran victoria y, tras arduos y fallidos debates, logró que la Legislatura modifique la Ley 2548 que protege a los edificios anteriores a 1941 y realice una prórroga, la Ley 3056.
“Basta de demoler”
Para Carlos Blanco, arquitecto y miembro de la Organización No Gubernamental ‘Basta de Demoler’, creada en 2007 con el objetivo de preservar el patrimonio histórico de la Ciudad,
"en nuestro país las leyes sólo tienen sentido si la participación ciudadana genera empoderamiento social, que nos permita sensibilizar e ir tomando conciencia sobre nuestro devenir histórico. En ese sentido, las ONGs patrimoniales acompañamos como mecanismo de alerta temprana”.
De esta manera, tras perder casi toda nuestra identidad edilicia, finalmente se avanzó en el catálogo de esos inmuebles y algunos de los edificios y conjuntos urbanos públicos y privados que siguen en pie, estarán a salvo.
Ahora, todo edificio o conjunto urbano representativo construido o con planos aprobados hasta el 31 de diciembre de 1941, no podrá ser modificado ni demolido sin previa intervención del CAAP (Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales).
El CAAP, en la mira
Pese a que antes de la creación del CAAP, hace cuatro años, no existían obstáculos a la hora de aprobar demoliciones porque simplemente con un plano presentado al Gobierno de la Ciudad se daba el visto bueno para derribar un edificio histórico y construir una enorme torre, los especialistas denuncian que hoy la realidad no es muy diferente.
“De todas formas, el CAAP se las ha ingeniado para permitir la demolición de más del noventa por ciento de los casos presentados a lo largo de estos últimos años”, advierte Magadán.
Jaime Sorín también pone la alarma sobre esta Comisión, un órgano mixto integrado por representantes del Poder Ejecutivo, de la Legislatura y de algunas instituciones, que se reúne cada 15 días y trata entre 30 y 40 edificios por sesión:
“La realidad es que esta Comisión ha permitido indiscriminadamente demoliciones, bastante apoyada en que en su conformación hay parte del lobby de la construcción, colegios profesionales e incluso la misma Facultad de Arquitectura”.
Sin embargo, aunque el CAAP decida que un edificio no puede demolerse o modificarse por su valor patrimonial, la última palabra la tiene el dueño. Es decir, si el dueño quiere tirar abajo su propiedad, aunque el CAAP se oponga, puede hacerlo.
"En A.Latina nos estamos acostumbrando a esto. Falta equilibrio" (J. Sorín) |
Cierre
"Estamos en un momento de quiebre. No deberíamos seguir propiciando este tipo de desarrollo urbano sin habernos detenido a debatir la ciudad que queremos para dentro de 10 o 20 años. ¿Cuál es la manera de promoverlo sin que esto sea una amenaza para el patrimonio? Regulando, mediando, gestionando". (Marcelo Magadán, arquitecto especializado en restauración de edificios históricos)
"Es cierto que la cultura cambia, pero la ciudad no puede tener cambios tan violentos. En América Latina nos estamos acostumbrando a que esto pase, mientras que en Europa se mantiene mucho más el patrimonio. Muchas veces dicen que la defensa del patrimonio es a costa de impedir el progreso o vivir en el pasado. No es así: todo pasa por tener un equilibrio". (Jaime Sorín, presidente de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos)
Mapa de las demoliciones
Relevamiento de vecinos y el equipo de Basta de Demoler. Referencias:
Amarillo: Edificio en peligro.
Rojo: Edificio en peligro inminente de demolición.
Azul: Edificio demolido
Verde: Edificio demolido (demolición histórica).
Registro de demoliciones: http://www.gbdpropiedadesdemolidas.blogspot.com.ar
Fotos: del registro de demoliciones.
Infografías: Diego Pintos/Infonews
Infonews: http://www.infonews.com/
Ciudad del Cusco
ResponderEliminar03/04/2014
La idea de aquello,que una ciudad y sus habitantes deban conservar...pasan absolutamente por la educación, la razón colectiva, por - la idea de la memoria- y por las razones de la,identidad local y de cada lugar.
No se Conserva como se debiera y no se administran las ciudades y la educación de sus gentes..en relación estricta a la cualidad y carácter de estos bienes nacionales.
las administraciones urbanas deberían contar con mecanismos de actuación y relación estrictas con el Estado y sus Instituciones...para así actuar y establecer mejores políticas de actuación urbanística y social.
En espera de mejores cambios.
Salinas Luis
Arquitecto
CAP 2823
Perú
Estimado Luis, gracias por el comentario. Es verdad que educación es un factor clave, pero yo no dejo de lado el papel fundamental de las autoridades: ministerio de Cultura, de Educación, de Economía, congresistas y alcaldes. Todos ellos tienen una obligación. Será q lo saben?
EliminarEs lamentable como destruyen el pat4rimonio historico, felizmente en Cartagena de Indias, La Vieja San Juan, Loja , Cuenca al que se suma la ciudad de Trujillo, mantienen su centro historico, sumandose Arequipa y Cusco, despues............? que hacemos es decepcionante
ResponderEliminarCesar Maguiña
Cesar, el otro día fui a una presentación del libro "País Combi" y ahí decían algo como que qué nos está pasando como país que no logramos avanzar en determinadas áreas. Se dijo que en los últimos 25 años hemos seguido peleando y discutiendo sin hacer nada en términos de ciudad. En ese mismo periodo Quito, Guayaquil, Bogotá, Medellín y otras ciudades recuperaron sus centros históricos y sus espacios urbanos. Y en el caso de Colombia, a pesar de las FARC, las drogas y la violencia. Hay algo medular q no logramos o no sabemos resolver. Por eso creo que es necesario que más ciudadanos nos informemos-
EliminarTambien es responsabilidad de los Gobiernosd Regionales y las municipalidades la proteccion del patrimonio cultural, pero hay alcaldes que no se dan cuenta que tienen una fortaleza economica que se esta destruyendo y los legisladores, mas defienden a sus Jefes, como el legislador Velasquez, Aguinaga, Mulder, Benitez con dinero del estado y no cumplen la funcion que el ciudadano le otorgo con el voto. Un desastre.
ResponderEliminarCesar Maguiña
Podemos exigir más y mejor
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