Casona en llamas, Centro Histórico de Lima. Uno de varios siniestros durante 2015. Foto: Andina. |
Pero la realidad es que es un misterio entender la indiferencia hacia una de las ciudades más históricas de América. Un lugar que fue la urbe más rica e importante, desde Panamá a la Patagonia, durante casi 300 años.
Y desde este blog también asumimos la defensa de este legado porque el patrimonio es uno solo: el prehispánico, el virreinal, republicano, contemporáneo. Todo eso en su conjunto es lo que hace de Lima una ciudad tan tremendamente original.
Muchos parecen contentarse con vivir a la sombra del pasado. Pero lo que no ven, es que esa sombra va acumulando cenizas.
Lima 1680. Los textos de esa época, antes del devastador terremoto de 1746, hablan de la ciudad más magnífica del Nuevo Mundo, donde el barroco había alcanzado su mayor esplendor. |
El 2015 no fue un año propicio. El 11 de marzo se levantaron las llamas en el Colegio Real, en el Jr. Ancash. Esta estructura del siglo XVII estuvo a punto de eliminar los históricos archivos de la universidad de San Marcos.
El 4 de abril el fuego tomó una casona en el Jr. Huancavelica. A esto le siguió otro el 23 de agosto, en el Jr. Ica, y el 14 de noviembre, en el Jr. Cailloma.
El año terminó con las cenizas del 21 de diciembre en una propiedad del Jr. Ica, que dejó a más de 70 personas en la calle.
Evidentemente, no solo es un tema de edificios. Hay un drama humano en cada uno de estos sucesos, que solo parecen ir en aumento.
A esto hay que añadir la pérdida de uno de los inmuebles de la Plaza 2 de Mayo, que ocurrió durante la gestión municipal anterior, y que la actual administración de la ciudad prometió tener lista a fines de 2015. Y no cumplió.
Colegio Real, siglo XVII, después del incendio parcial en 2015. Foto: Reportero de la Historia. |
¿Una visión negativa? Puede ser. Pero diría que es solo el reflejo que se produce tras observar los hechos, la realidad, y la falta de acción.
Según datos de CIDAP, una organización que trabaja temas del Centro Histórico, en este territorio de poco más de 1.000 hectáreas existen 607 casonas abandonadas, 486 a punto de caerse, 100 que han sido convertidas en estacionamiento y 97 que son usadas como depósitos clandestinos.
Si nos quedamos callados ante esta realidad ¿qué estamos haciendo?
La Alcaldía de Lima perdió hace poco a su figura más fulgurante, a una mujer y una arquitecta llena de pasión por el lugar, Flor de María Valladolid. Lamentablemente esta pérdida también dejó sin planes a la ciudad.
Valladolid fue un personaje controvertido y polémico. A pesar que sus críticos cuestionaron repetidamente sus proyectos, era la única en el actual gobierno metropolitano con ideas claras sobre qué hacer y cómo avanzar en la protección del Centro Histórico.
Tan solo en Barrios Altos, cerca de 100 casonas históricas han sido destruidas o convertidas en depósitos ilegales. Foto: JLizarzaburu. |
De hecho, a principios de 2015 ella le dio a este blog la primera entrevista a un medio de comunicación. En tres notas aparecieron las primicias que tenían un poco de todo. En la primera, prometió que se iba a recuperar todo el CH.
En la segunda nota, anunció que se iba a recuperar también el magnífico Templo en U de Garagay, de unos 3,300 años de antigüedad, y quería que “sea un símbolo de la recuperación de patrimonio”.
Después salió información que preocupó a más de uno: los planes de demolición de cerca del 40% del Centro Histórico para avanzar con sus promesas.
Nada de esto se llevó a cabo. La salud de la arquitecta Valladolid puso en jaque todos esos planes. Y nadie los continuó.
Casa Barbieri, siglo XVIII, uno de los tesoros virreinales, fue desocupado de imprentas ilegales. Al poco tiempo esos negocios volvieron a ocupar el lugar. Foto: JLizarzaburu. |
Para esta nota intenté repetidamente comunicarme con el actual responsable de PROLIMA, la oficina del Centro Histórico, y no hubo respuesta.
El tema arqueológico ha sido reducido a su mínima expresión, y lo asumió parcialmente la Gerencia de Cultura. Sus actividades se han limitado a algunas presentaciones y nada de recuperación.
Aun así, el aniversario de Lima se celebró con un magnífico avance: la recuperación de las históricas alamedas del Rímac, como los Descalzos y el Paseo de Aguas, que se había iniciado durante la gestión de la señora Susana Villarán y que el actual alcalde decidió continuar. Bien.
Pero para volver al principio, sobre el Centro Histórico en su conjunto, la pregunta sigue siendo la misma: ¿qué planes?
Porque lo cierto es que hemos perdido un año. Que no se pierdan cuatro. Que nadie quiere más cenizas.
Cuadra 1 del Jr. Ancash, prototipo de la recuperación del CH que buscaba la Arq. Valladolid. Planes que por ahora quedaron en nada. Foto: JLizarzaburu. |
Cuando he estado en Lima, me pregunto por ese abandono. Simplemente no se puede creer y más cuando llegas de una ciudad que como la mía, no tiene este tipo de legados. Alcancé, en medio de una sensación de impotencia y mientras miraba un balcón de esos que te dejan maravillado tanto por su belleza como por su abandono a imaginar un título para un cuento: Rimac, un barrio con lepra. :(
ResponderEliminarGracias Gabriel. A veces no se sabe qué más duele: si el abandono de esas riquezas o la indiferencia de sus responsables. En esto hay que incorporar también a los dueños de las propiedades privadas, que las tienen cerradas o mal alquiladas y tampoco asumen su responsabilidad sobre la recuperación del lugar.
EliminarLa cuestión va por el lado de no entender la recuperación del C.H. como un valor agragado sino ver ese valor agregado en modernizar y a eso agregar la falta de voluntad política y cultural de nuestros gobiernos locales y centrales y creo que se debe agregar a la recuperación del C.H. a nuestro "río hablador".
ResponderEliminarEl comentario anterior es de: Isaac Roman López. No se seleccionar el perfil.
ResponderEliminarGracias, Isaac
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminargracias por el vínculo
EliminarGracias Javier, muy acertada nota y titulo...
ResponderEliminarpero no sólo pasa en LIma, acabamos de ver cómo el templo de Tintiri, uno de los más impresionantes del Altiplano, ababa de perder una torre, que se ha derrumbado sola... por abandono y desinterés.
http://rpp.pe/peru/puno/consternacion-por-el-desmoronamiento-del-templo-tintiri-de-azangaro-noticia-930174
Es cierto, Sofía. Por donde uno ponga la mirada, salvo contadas excepciones, se va a encontrar un panorama similar. Creo que en alguna noche en un pasado no muy lejano nos quedamos dormidos todos y un mal duende nos inyectó de un virus autodestructivo. Cómo encontrar la cura...
EliminarGracias, Javier, por mantener la LLAMA VIVA por la Lima más que milenaria. En los pueblos de Castilla las cenizas de los braseros desaparecían con un SOPLERO que avivaba las brasas y cobraban luz y calor. Flor de María Valladolid "floreció", toca ahora a cuantos vivimos en esta tremenda Ciudad arrimar el lomo en lo que podamos. Mis mejores ánimos, felicitaciones y gratitud por lo que haces. Adelante. Mañana, viernes 21, por ejemplo el Museo Andrés del Castillo nos presentará lo logros de su convenio con el Ministerio de Cultura en Paraíso; en Lima Norte se ha conformado la Red Cultural de Lima Norte y se van aglutinando iniciativas interesantes; ahorita me voy al Museo Nacional de Pueblo Libre donde se ha abierto un gran espacio de animación cultural...Caminemos
ResponderEliminarQué bien dicho, José Antonio. Y nos vemos mañana en Paraiso
EliminarMuchas gracias, Javier, por tu dedicación tan completa a esta responsabilidad que debe ser parte de la meta peruana en general. Me pregunto: ¿porqué, en Roma, por ejemplo, sigue ese respeto profundo por la antigüedad y acá no? No es por falta de la historia. Cada año podemos ver la destrucción del patrimonio de este país, y menos atención a su pasado. Para mi, es algo que debe venir de los altos, del gobierno, desde las oficinas del poder. Necesitamos un reconocimiento de la importancia de una identidad nacional. Lamentablemente, no la tenemos. Ahí, tal vez, queda el problema. Saludos, Marisi
ResponderEliminarMarisi, tu pregunta es clave y seguro hay varias maneras de responderla. Una de ellas para mi tiene q ver con el efectivo trabajo de borrado de memoria hecho durante el virreinato y gran parte de la república. Esa tremenda fractura la vivimos hoy, y la tarea es recrear esos vínculos.
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