Hace unos días hice este ejercicio: armar un album de fotos de la arquitectura de Lima de los últimos cuatro mil años. Así es, con todo lo pomposo y exagerado que suena. Era un ejercicio al fin y al cabo y quería saber qué podían decirme todas esas imágenes puestas en una línea de tiempo.
Y aunque sonara absurdo, no era imposible. Esos cuatro mil años*, después de todo, no son una leyenda. Es evidencia con la que vivimos a diario.
Lo curioso es que nos acostumbramos a no ver.
Será porque a la mayoría nos dijeron que acá, antes de 1535, sólo habían existido aldeas sin importancia. Y eso, cuando alguien hablaba del tema, que era casi nunca.
Así que internalizamos la ceguera. El mapa se impuso...
Hasta que en los últimos 25 años empieza a salir la información que cambió todo. El nuevo conocimiento de la arqueología que por fin nos dice, 'Señores, en los últimos cuatro mil años lo que hubo acá fue arquitectura monumental de primer nivel'.
Así. Con todo lo chauvinista que puede sonar. Pero es cierto. Y es fascinante. Sobre estos valles llevamos miles de años construyendo.
Hasta hace dos años, por ejemplo, yo no tenía idea de lo que habían sido los Templos en U. ¿Y ustedes? ¿Saben que esta enormidad de construcciones surgieron en nuestros valles hace unos 3.500 años y que todavía nos quedan vestigios de eso?
Así es. Lo que en otras ciudades del planeta es un tesoro que guardan, protegen, enaltecen, aquí no lo conocemos.
Por dignidad se han negado a desaparecer. Cualquier día que quieran visitarlas ahí están: Garagay, Huacoy, La Florida, y varias más.
Es cierto, requieren un ejercicio de imaginación para saber como fueron. Pero también requieren esfuerzo e inversión. Y autoridades que tengan visión y ganas de hacer cosas.
Hace unos días leía en la página de una organización, el Global Heritage Fund, una verdad como un ladrillo: el patrimonio histórico en los países ricos es una fuente de ingresos. En los países pobres, es un problema.
Y ese parece ser nuestro problema. Quizás en parte la culpa está en la historia que nos contaron en los últimos 500 años. Quizás. Pero nada más vean el mapa.
Cuando lleguen al año 1535 en la galería de imágenes que acompaña esta nota, encontrarán un mapa. Con ese mapa nos quitaron la memoria. Y ahora sólo estamos empezando a recuperarla.
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* Nota aclaratoria: la propuesta de Lima Milenaria habla de 2.200 años de continuo desarrollo urbano y no de 4.000, porque los Templos en U fueron abandonados.