Cuestión de perspectiva. Hace 143 años el parque era tres veces más grande: por el norte llegaba hasta lo que hoy es el hotel Sheraton, y por el sur hasta los linderos del parque de la Reserva. Lima tenía 100,000 habitantes y un tráfico limitado. La experiencia debió ser placer puro.
Y está el contexto. En esa época era un parque, en las afueras de la ciudad. Desde entonces este territorio fue acumulando capas de historia: el palacio fue convertido en hospital durante la Guerra del Pacifico; cuartel de tropas chilenas; después municipalidad, museo y escenario de romances limeños.
En 1973 el edificio que hoy es el MALI fue declarado monumento de la Nación, y esta categoría fue extendida para todo el parque y los monumentos que alberga, en el 2006. El mismo parque es la puerta de entrada al Centro Histórico de Lima. Por definición ¿qué se hace con los monumentos?
Más aún, este parque es uno de los poquísimos espacios públicos verdes en Lima-centro. No está de más recordar que cada punto verde de la ciudad es una obra hecha a mano. Si no fuera por la intervención humana, Lima no tendría árboles.
Pero hay una mala práctica: ya son años que varias gestiones municipales pretenden ignorar el valor histórico del parque y lo siguen usando para conciertos, ferias y super ferias, como ahora es Mistura.
El parque actualmente recibe un promedio de 2,300 visitas por día. Durante Mistura pasará a por lo menos 50,000 personas por día, durante diez días. Esto sin contar con la cantidad de cocinas, parrillas, estantes, camiones, cables, tubos y demás piezas de infraestructura que se instalarán en su espacio. ¿Así protegemos nuestros monumentos?
Hay un dato adicional: hace 10 años un informe del ministerio de Transportes indicaba que la densidad de tráfico al centro de Lima era de 2 millones y medio de viajes, al día. Hace diez años.
Y hace tres, con la mitad de asistentes, la gestión anterior decidió no usar más el parque para Mistura debido a la enorme presión que esa densidad de visitas y de estructuras ajenas ejercía sobre un ambiente urbano monumental. ¿Qué cambió hoy? ¿Cómo justificamos un evento de esta naturaleza en el Centro Histórico?
¿Cómo pedir conducta cívica y respeto de parte de los ciudadanos cuando las mismas autoridades no lo ejercen? Lo que venimos haciendo año tras año es violentar la monumentalidad, la armonía y la belleza de nuestro patrimonio.
No tenemos un ministerio de Cultura ni ninguna otra institución que defienda con fuerza lo que es de todos hoy y para las siguientes generaciones. Pero en algún momento tenemos que empezar. La voz la tenemos los ciudadanos.
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¿Qué piensan los limeños? Mañana: la opinión de un grupo de ciudadanos que llevan las principales páginas sobre Lima en las redes sociales, y la opinión de expertos.
Vista del Palacio a fines del siglo XIX aprox desde lo que hoy es el hotel Sheraton. Foto: Courret |
totalmente de acuerdo...
ResponderEliminarMixtura podria ir a Pachacamac
ResponderEliminarDefinitivamente hay que proteger el MALI...de acuerdo en que Mixtura se haga en otra parte como dice el señor que se haga x Pachacamac. Alli hay espacio y facilidad de llegada tanto de autos particulares como publicos y mucho espacio para expandirse haciendo la comida...
ResponderEliminarEse señor Roca Rey,dueño de apega, el trome y canal n no puede hacer esto a un monumento Nacional,a la naturaleza,busque. un lugar más propicio señor!!!
ResponderEliminarQue paso con el espacio de la Feria del Pacifico? Una vez que se mejoro la economia en los 90 se elimino el evento de la feria, que, vease en el caso de las ferias europeas, es una de las mejores y mas vibrantes vitrinas del producto Peru y de bienvenida para otros paises...
ResponderEliminarDe Antonio Polo y la Borda-Al rescate del patrimonio arquitectónico de Lima:
ResponderEliminarEl parque de la Exposición no es un lugar común y corriente. Se ubica en el centro histórico de Lima. Su calificación es de ambiente urbano monumental. En él que se ubican varios edificios que han sido declarados monumentos por su calidad arquitectónica e historia singular. Se trata de un excelente ejemplo de correspondencia y equilibrio estético entre espacio público y arquitectura. El ciudadano lo puede disfrutar sin las horribles interferencias del automóvil. Uno de los edificios que se hallan en el interior del Parque de la Exposición es el Museo de Arte de Lima. Su estilo e imagen es la manifestación de la cultura de una época particular. Lo interesante es que el edificio es, a su vez, contenedor de numerosas expresiones de cultura. He aquí una secuencia de valores que caracterizan los centros históricos vivos: ambiente urbano de alta calidad, arquitectura singular e irrepetible, actividad cultural permanente y uso y apropiación social de estos elementos.
Existen actividades que son incompatibles con los ambientes urbanos y con los monumentos históricos por su alto grado de invasividad y frecuencia de uso. Es altamente invasiva cuando una actividad modifica el aspecto del ambiente urbano: impide o dificulta su identificación y se posterga o relega el uso original. Las altas frecuencias de visitas demandan servicios complementarios que de no existir tendrían que ser habilitados. En mi opinión, una feria como Mistura no debiera realizarse en el Parque de la Exposición porque su oferta de comida preparada, licores, cocteles, panadería y mercado, demandaría la adecuación de su espacio con el consiguiente maltrato que ello implica. La adecuación de este espacio y ambiente monumental de uso cultural en un mega restaurante al aire libre demandaría la instalación de servicios complementarios, que aunque temporales, son invasivos y generadores de potenciales riesgos: instalaciones eléctricas, instalaciones sanitarias, instalaciones de cabinas de inodoros y urinarios portátiles entre otros. Creo que la feria Mistura es una expresión de la cultura de la alimentación de nuestro país. Esta expresión y manifestación debe ser difundida y estimulada. Sin embargo, el espacio que se ha elegido para su realización no es el pertinente. Afecta de manera negativa al parque, a sus edificios históricos y a las actividades culturales del Mali. Quizá llevar Mistura a un parque zonal tendría mayor licencia y beneficio social. Te imaginas dentro del museo, frente a una pintura, cerámica o lo que fuere y de pronto un airecillo travieso introduce el aroma de una comida que termina distrayéndote. O te imaginas en la puerta del museo mirando hacia el parque, poblado con bonitos quiscos y atractivos puestos de ventas por un lado, comedores y baños portátiles por otro. Aunque estuvieran bien dispuestos y organizados algo no calzaría... algo estaría fuera de lugar... no crees?
Saludos.
La gran cantidad de personas que irían y la cantidad de puestos y carretillas dañarían el parque enormemente, yo no hablo del Mali , nadie en lima defiende un árbol ni una planta, los jardines se hacen para que los destruyan, podríamos cambiar de manera de pensar y respetar un parque solo "por ser un parque".
ResponderEliminarAunque me falta el tiempo en este momento para extenderme, estoy completamente de acuerdo con Antonio Polo y La Borda y Álvaro Higueras. Cero visión de futuro: Lima se ahoga por un sinfín de razones, es una ciudad de 10 millones que no cuenta con un gran espacio ferial. Cero visión de su potencial patrimonial: no conoce, no aprecia y menos aún, ama lo que tiene y que envidiarían muchas ciudades del mundo, con casi 10,000 años de historia en plena ciudad. Este atentado contra un patrimonio de esa naturaleza generaría una reacción iracunda de todos sus ciudadanos en cualquier otro lugar con historia similar. Es como imaginarse un evento de comida italiana en el Coliseo Romano o de comida francesa en Los Campos Elíseos.
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