La esquina con la nueva vereda de tres metros. Foto: Antigua Taberna Queirolo. |
Todo surgió en una conversación casual con el arquitecto Enrique Bonilla Di Tolla, cuando salió a flote el tema y su participación en esos cambios. Ese fue el pretexto ideal para ver una recuperación desde adentro: conversando sobre el proceso mismo, los obstáculos y los logros.
Bonilla es Decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Lima. Estudió restauración en Italia y regresó a inicio de los años 90.
Son años también de mucha efervescencia por la postulación de Lima para ser Patrimonio de la Humanidad…
Arquitecto Enrique Bonilla Di Tolla. Foto: JL. |
La única que sobrevive…
Yo no diría sobrevivencia. Santiago III, quien reinventa el negocio familiar a partir de un análisis de fortalezas y debilidades, ve en la tradición una fortaleza de su empresa. Por eso todo este trabajo de restauración es importante.
Ahí es cuando te vinculas con el lugar
Eran inicios de los años 90 y Santiago me encarga el trabajo. Primero fue hacer unas oficinas en una parte que había sido la huerta de la propiedad (donde originalmente estaban los viñedos). Un par de años después me busca otra vez y me dice que quiere hacer algo con el espacio exterior de la taberna.
Cuál era el problema
Varios: la vereda medía 90 centímetros de ancho y no había espacio para la gente. Al costado la calle tenía doble vía con berma central y era un tráfico imposible.
¿Qué hicieron?
Rediseñamos la vereda. Y esto fue lo más complicado porque se trataba de espacio público y no teníamos autoridad para hacer ningún cambio. Igual diseñamos esta vereda ancha de tres metros, suprimiendo una de las vías y el retiro de la berma central. Esto continuaba en la siguiente cuadra, donde está la iglesia, lo que era fatal.
Vista del otro lado de la calle también recuperado. Foto: JL. |
En esa época tú venías a un matrimonio y era un martirio. Es una iglesia preciosa, donde todo el mundo quería casarse, pero las novias tenían que darse la vuelta dentro y salir por la puerta lateral, porque en la portada tenías una vereda también de 90 centímetros de ancho, por donde pasaba mucho tráfico…
¿Quién financió todo eso?
La parte de arquitectura la financió Queirolo, y la municipalidad corrió con el expediente técnico. La gestión quedó en mis manos.
Una rara generosidad en Lima
Debe haber otros casos, aunque no sé si involucrando espacio público. Evidentemente había un interés de la empresa, y Santiago Queirolo estaba y sigue estando muy comprometido con esta zona de Lima. De hecho en los últimos años ha venido comprando y restaurando propiedades en este sector alrededor de la plaza Bolívar.
¿Tienes idea del impacto económico de este proyecto sobre la empresa?
No tengo las cifras, pero sí te puedo decir que significó un repunte muy grande de este lugar. Ahora es un sitio totalmente valorizado, y esto es el sentido de la recuperación y lo que mucha gente no entiende.
Ahora incluso se ve más y mejores negocios en la zona
Así es. Ha seguido creciendo. Hay otros empresarios que han empezado sus propios negocios.
Entonces valió la pena recuperar
Es que la recuperación es buena en términos económicos. La gente de a pie cree que el asunto es demoler, sustituir, construir nuevo. No. El patrimonio también vende.
Antes de los cambios la iglesia tenía una vereda de 90cm. Foto: JL. |
Una vez diseñados los planes se los llevamos al alcalde que en ese momento era Ángel Tacchino y le gustó. Fue muy interesante porque desde un principio nos ayudó y fue de las primeras alianzas público-privadas.
Necesitaron autorización del entonces INC también, ¿no?
Esto se hizo porque tuvimos apoyo de la municipalidad. Convencer al INC fue más difícil pero se logró. En todo caso ahora se ha vuelto aún más difícil.
¿Era muy diferente antes?
En los 90 tenías una junta de notables, que decidían qué iba y qué no. Quién se iba a atrever a cuestionar a gente del calibre de [José] García Bryce, [Juan] Gunther o [Santiago] Agurto, conocedores del patrimonio. Por lo menos el funcionario tenía el respaldo de expertos.
¿Qué nos ha pasado como ciudad que hemos perdido en belleza, en armonía, en reglas?
Nos ha pasado lo que pasa con toda ciudad que crece demasiado rápido. La dinámica ha sido tan fuerte que es difícil hacerle frente. Por otro lado el limeño tradicional ha ido replegándose, como si se tratara de una guerra.
La vereda con el nuevo ancho desde el final de la calle. Foto: JL. |
Son varias cosas, es verdad. Una de ellas es el divorcio que siempre ha habido entre Plan Urbano y Plan de Recuperación. ¿Por qué se destruyó el centro de Lima? porque por un lado el Plan Metropolitano decía por ejemplo C-9: eso significaba nueve veces el tamaño del lote para edificar, podías construir nueve veces el tamaño del terreno, estuvo vigente hasta los años 90.
Al margen del perfil del Centro Histórico…
Por otro lado estaba la labor de conservación. Había una seria contradicción de normas: una casona histórica junto a un edificio enorme. El arquitecto Héctor Velarde criticaba esta actitud como la de una ciudad demasiado tolerante, porque nunca hemos tenido conciencia de nada. Somos una serie de proyectos inconclusos.
Si tuvieras que cambiar una cosa para mejorar el tema de patrimonio en Lima cuál sería
Yo creo que sería muy interesante que se municipalice el tema de patrimonio. Que cada municipio tenga sus expertos que protejan lo que tienen y que exista esta responsabilidad a nivel local, que tiene la obligación de cuidar su patrimonio. Ahora es como tierra de nadie.
¿Pero esta propuesta no vuelve a atomizar el tema del patrimonio?
Cuando yo estudiaba en Italia había muchos arquitectos argentinos que venían de sus provincias. Los municipios los habían enviado a estudiar y después ellos regresaban a sus pueblos a trabajar por su patrimonio. Se necesitan ciertas normas básicas y lo demás debería manejarse localmente. En todo caso, al final, no es un problema de monumentos sino un problema urbanístico y se tiene que encarar con esa visión.
Vea aquí la historia del lugar y pag. web de la Taberna
La taberna a principios del siglo XX. Foto: Antigua Taberna Queirolo. |
Es un ejemplo de como se recupera un espacio publico, cada vez que recalo en Lima la parada obligada es El Queirolo, felicito a todos los que participaron en este proyecto. Lamentablemente existe un divorcio entre MC y Municipalidad, una impide, muchas verces, realizar un proyecto de recuperacion urbana, y el otro autoriza construcciones que rompen la armonia del paisaje urbano y las demoliciones. Esta iniciativa hoy hacho realidad debe de transfortmarse en un patron de recuperacion de espaciospublicos. Cesar Maguiña, conservador
ResponderEliminarEs un buen ejemplo que habría que replicar. Gracias César
EliminarPablo Olangua: Coincido plenamente con un aspecto de la entrevista que la considero de vital importancia. Muchas veces se habla de la recuperación cultural, de la recuperación social, de la recuperación patrimonial pero no se menciona la recuperación económica ya que suena mal y mucha gente no entiende, cuando realmente es uno de los principales elementos a tener en cuenta en la recuperación de espacios públicos y de patrimonio arquitectónico. Magnífico ejemplo y gran entrevista.
ResponderEliminarA veces se cree que recuperación y beneficio económico están en dos veredas distintas, y ahí se congelan las ideas. Cuando es quizás la fórmula que en países como Perú puede funcionar mejor, respetando las reglas de juego, claro está. Gracias, Pablo.
EliminarExcelente nota de educación Patrimonial, y una lectura de paisaje urbano que complementa tradición con modernidad. Adelante Javier con la educación patrimonial generando ideas y afectos. Inés del Águila
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