miércoles, 16 de septiembre de 2015

OK, no viene Hollywood, pero mira todo lo que todavía se puede hacer

Jr. Ancash peatonalizado. ¿Espacio muerto? ¿Qué se necesita para activar y dar vida a este lugar? Foto: JL. (Hacer clic sobre las imágenes para agrandarlas)

La nota de la semana pasada generó su dosis de frustración, pena y rabia. No cabe duda que tocó una fibra y rápidamente se ubicó entre las cinco notas más leídas de este blog. Y no les faltaba razón.

A nadie le gusta darse cuenta que hemos venido destruyendo una de las ciudades más ricas e históricas de este continente. Pero ¿qué hacemos después? 

Para empezar, darnos cuenta que a pesar de todo lo que hemos destruido, en el Centro Histórico de Lima todavía quedan más de 700 monumentos, que son los que toca proteger.

Junto a esa cantidad, existen otros 500 bienes de valor monumental. Es decir, monumentos a ojos de cualquier ciudadano pero que oficialmente no han recibido esa categoría.

Propuesta de un gran museo nacional en el Palacio de Justicia y entregar ese paseo a los ciudadanos, peatonalizado. Foto: JL.
Qué hace, no hace o debe hacer la Municipalidad de Lima

El riesgo, claro está, es que sigamos destruyendo esa monumentalidad. Que sigamos trayendo abajo casonas y edificios históricos, para levantar cualquier edificio.

Tenemos una oficina para el Centro Histórico, PROLIMA, y funciona como un satélite de la municipalidad a la que a veces le hacen caso y, muchas más, la ignoran.

A principios de año la Municipalidad de Lima anunció un masivo plan de recuperación del Centro. Nueve meses después, no se ha empezado nada ni se ha informado sobre las razones del atraso. Los ciudadanos merecemos respuestas.

Se necesita una autoridad municipal abiertamente comprometida con su patrimonio histórico. Se puede.
El Rímac ha iniciado un ambicioso proceso de recuperación, para el turismo y sus vecinos. Foto: JL.
Un despertador para el Congreso

Estamos a menos de seis años del Bicentenario, ¿qué planes hay? Hasta ahora no existe un plan de recuperación de patrimonio que nos lleve con orgullo hacia al 2021.

Un país con el legado cultural y arquitectónico como el Perú, no tiene ningún fondo regular, ni público ni privado, que contribuya a preservar ese legado para el futuro.  

Algo que venimos pidiendo desde este blog es la aprobación de una partida de emergencia para la recuperación del Centro Histórico de Lima y ciudades del interior del país.

Junto a eso, se necesita establecer un fondo anual de recuperación de huacas y casonas.  Se puede.

Generar fondos

Ahora dirán que la economía se está enfriando y con El Niño hay otras prioridades. Pero lo cierto es que existen muchas posibilidades para generar fondos que no necesariamente provengan todos del Estado.

En este blog hemos escrito con relativa frecuencia sobre casos en países vecinos donde están trabajando esto de manera creativa.

O el caso más claro, del Reino Unido, donde el ministerio de Cultura maneja la lotería nacional. Acá parece haber demasiados intereses que hacen ese sector intocable. Se recontra puede.
Casa Fernandini, 60 años cerrada al público.  Al igual que muchas casonas del Centro Histórico, los propietarios deberían hacer más para vincular sus bienes con la ciudad. Una política de puertas abiertas.
Empresa privada y propietarios 

Es cierto que no toda la responsabilidad recae sobre el Estado. ¿Tenemos una empresa privada comprometida con su patrimonio?

¿Cuántas de las personas y empresas que se han enriquecido gracias a este país y a esta ciudad están contribuyendo a su recuperación?

De otro lado, en Lima existe una perniciosa política de puertas cerradas. La gente pasa por delante de muchos de estos monumentos y no tiene idea de su historia. Hay que empezar a abrir las puertas. Se puede.

¿Y nosotros?

El ciudadano común y corriente en estos momentos lo tiene difícil porque existen muy pocas maneras para vincularse con su patrimonio.

Necesitamos una señalética urbana que informe, mínimamente, qué edificio es el que uno tiene al frente.

El tema no se agota aquí, obviamente, y tampoco se trata de hacer un listado de pedidos. Pero se puede.

Yo, personalmente, empezaría una serie de juicios simbólicos a todos los alcaldes y autoridades que pusieron su firma en funestos proyectos. Dirigir mal una ciudad debería tener consecuencias. Pero eso ya es otra discusión...

Si algo rescato de toda esta frustración compartida, es que como ciudadanos tenemos el derecho y el deber de exigir más.  Más de nuestras autoridades, más del Congreso. Y más, sin duda alguna, de nosotros mismos.

No sigamos perdiendo una ciudad tan rica. Eso no se puede.

Un solo patrimonio. Huaca Garagay, 3.300 años y uno de los mayores templos de la antiguedad. Distrito de San Martín de Porres. La MML ofreció ponerla en valor.  ¿En qué está ese proceso? Foto: Evelyn Merino-Reyna

4 comentarios:

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  2. El "masivo plan de recuperación del Centro" se confunde en la MML con el plan de "renovación urbana" que pretende, sin un conocimiento real, caso por caso, de los bienes que todavía conserva el centro Histórico de Lima, en salvar fachadas e incrustar vivienda de interés social en el interior de las manzanas, llevándose con ello tipologías edilicias completas preservadas de la destrucción (desde casas principales, casitas, tiendas tradicionales. Es el jueguito (con el pretexto del "gran deterioro del Centro Histórico, el "riesgo" que ello conlleva y las "necesidades sociales) de salvar la "primera crujía" y demoler el resto para vivienda social (un ejemplo emblemático la segunda cuadra del jirón Ancash. Con este proceder poco quedará de la historia edificada de Lima. Súmese a ello la necesidad de generar ingresos para la Municipalidad y se tendrá la razón de que la "galería comercial" siga siendo un tipo edilicio permitido y floreciente (y una magnífica oportunidad de que las casonas del Conde de San Isidro, la de los Condes de Monte Blanco, la casa de Huallaga, sean demolidas por los constructores de "galerías", verdaderos tugurios comerciales donde los antiguos informales se ubican en módulos de 2x4. Darle a las municipalidades la potestad de la "recuperación masiva de sus centros históricos", sin que estas tengan la formación ni la visión para actuar en ellos, para crear ciudad, es realmente peligroso. Pero ciertamente hay mucho todavía por hacer y salvar, pero no se si tengamos la gente a propósito. Tan solo los by pases de las avenidas Arequipa y 28 de julio, puertas de entradas al centro Histórico y parte de un itinerario urbano histórico extraordinario son un recordatorio de esa incapacidad de la MML para abordar esta problemática. Yo hice hace unos meses una caminata desde la calle Palacio (puente de Piedra) por el jirón de la Unión, pasando por el Centro Cívico (hoy interesante propuesta comercial de un espacio hasta hace poco tan inhóspito), siguiendo por el parque de la Exposición, hasta llegar al Parque de la Reserva por la avenida Arequipa y fue una extraordinaria lección de lo que fue el buen urbanismo que se practicó en Lima hasta las dos primeras décadas del siglo XX. Después todo ha sido no solo ausencia de planificación, sino mala planificación y total falta de inteligencia. Pero a pesar de estos despropósitos, que ojalá puedan frenarse, el Centro histórico tiene alguna oportunidad de no perder lo que le resta y restablecer algo de su extraordinaria unidad perdida.

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