Proyecto Harvard en la huaca El Paraíso. Imagen: Devin Dobrovolski-Caro I Chiu. (Hace clic sobre las imágenes para ampliarlas) |
Normalmente el discurso gira en torno a nociones de identidad, historia, cultura. Pero me pregunto si necesitamos ampliar esa mirada e incorporar otra manera de entender sus posibilidades no solo de sobrevivir, sino de tener sentido para los que vivimos aquí.
Lo que presentamos hoy es la primera parte de una extensa, y quizás necesaria, conversación con el arquitecto Jean Pierre Crousse. Este diálogo, que busca ser parte de un diálogo ciudadano más amplio, también es una importante reflexión sobre el valor arquitectónico de este legado.
El trabajo de Crousse, que forma parte del estudio Barclay-Crousse, se inserta en el cruce entre la arquitectura contemporánea y la inspiración prehispánica. Quizás su obra más representativa de esta vertiente sea el recientemente inaugurado Lugar de la Memoria.
Además, estimulado por una invitación a la universidad de Harvard, pasó un tiempo estudiando las posibilidades de incorporar este rico legado milenario desde su visión de ciudad. Parte de esas conclusiones las presentamos aquí.
Será interesante saber qué piensan los arqueólogos de esta 'intromisión', y sobre la necesidad de mirar más allá de la arqueología y de pensar en la ciudad y sus habitantes.
La próxima semana publicaremos la segunda parte de esta entrevista, dedicada a la progresiva pérdida de valor patrimonial, monumental y estético que venimos viviendo en los últimos años.
Arquitecto Jean Pierre Crousse. Foto: Estudio Barclay-Crousse. |
Sí, aunque depende. El problema está más en la mirada que tenemos hacia ella. Todo nuestro pasado precolombino para mí es arquitectura. Perú es eminentemente arquitectura, y sin embargo ningún peruano lo está viendo así.
Ni los arquitectos
Esa es la gran crítica que les hago a mis colegas. Los que construyeron esas huacas eran colegas nuestros que pensaban y trabajaban como arquitectos, con una tecnología apropiada a nuestro clima y a los recursos existentes, y con una gran sensibilidad.
¿Tienes un ejemplo?
Para mí Puruchuco fue una gran lección de arquitectura. Los que hicieron arquitectura moderna en esa época nunca hicieron mejor que Puruchuco. Y en nuestro trabajo Puruchuco siempre ha sido una gran referencia e inspiración por sus estrategias espaciales…
¿Qué tipo de estrategias?
Por ejemplo la relación de espacio cerrado con espacios abiertos es totalmente distinta en la época precolombina. Mucho más acorde con el clima. Más espacio abierto. No te proteges de la intemperie y la gran lección es qué bien te sientes ahí, te sientes bien en los espacios abiertos porque son íntimos. Pero también tienes esta relación con la geografía… estrategias que son de arquitecto.
Rampa de acceso en el Lugar de la Memoria, Miraflores. Foto: JLizarzaburu. |
Por supuesto. Totalmente.
Lo primero que ves al llegar son las rampas…
Tiene rampas, canchas, la adecuación en la topografía. Lo que lo hace especial a la arquitectura precolombina es la sabiduría de cómo implantarse en el espacio. Y esa es la gran lección de lo que hemos querido hacer en el LUM. Tienes la Costa Verde con esta sucesión de farallones y quebradas, y nosotros usamos un sitio donde ya se había roto el farallón.
La propuesta de Lima Milenaria ve nuestro territorio con un sentido de continuidad arquitectónica de 4,500 años. Pero, es cierto que los arquitectos no se sienten parte de ese continuum…
Es verdad y es una deformación profesional. En la formación de los arquitectos hoy en día se da mucho énfasis a la arquitectura como objeto. Si nosotros miramos a las huacas como objetos estamos perdidos, porque ya no nos dicen nada. Ha habido una ruptura cultural tan grande que no nos sentimos identificados con ellas, como sucede aún con la arquitectura colonial, por ejemplo.
Totalmente comprensible
Pero si vemos a las huacas en su dimensión territorial y paisajística y de relación, ahí las cosas cambian. Nos pueden decir muchísimo. El problema es que la mayoría de arquitectos están entrenados para valorar el objeto, no la relación.
Sitio arqueológico Puruchuco. Foto: Panoramio. |
Me invitaron en parte porque Lima nunca había sido estudiada por [la universidad de] Harvard. Eso dio lugar a una primera pregunta que me hice: ¿qué tiene Lima que no tienen las otras ciudades de Sudamérica? Nada menos que el patrimonio. Y no el colonial, sino el precolonial. Así que la idea del curso fue analizar el conflicto entre crecimiento urbano y patrimonio precolombino.
¿Cuál fue el punto de partida?
Fue una fórmula de partida esquemática: Lima es una ciudad sin espacios públicos, con déficit de áreas verdes, que son unas 5.000 has. Y al sumar el espacio de los recintos arqueológicos, el área es prácticamente la misma. O sea, si imaginamos por un instante convertir las huacas en espacios públicos, colmamos el déficit de áreas no verdes, sino de espacios públicos. Porque, además, en una ciudad levantada en el desierto hablar de áreas verdes es eufemístico.
¿Trabajaron con sitios específicos?
Mis estudiantes eran todos profesionales: arquitectos, paisajistas y urbanistas, que venían de ocho países distintos. Trabajamos sobre tres sitios arqueológicos: El Paraíso, Mateo Salado, y Pachacamac, viendo esta ecuación: qué pasa si volvemos a replantear lo intangible.
¿De qué manera?
‘Intangible’ según la Ley de Patrimonio, significa que no se pueden tocar. Y lo que estudiamos es cómo ese patrimonio puede ser generador de otro tipo de intangibilidad: la de un patrimonio vivo y no solamente la de uno edificado.
¿Se buscaba preservar el paisaje?
Exacto. Y preservando el paisaje preservas el objeto. Porque si solo preservas el objeto pasa lo que está ocurriendo: huacas acorraladas entre muros y pedazos de ciudad, invadidas o destruidas. Propusimos en cambio revitalizar el entorno, los barrios, el paisaje, como antídoto a ese problema.
¿Cómo así?
Mientras no se les de valor económico, las huacas no tienen futuro.
Proyecto Harvard: ciudad prehispánica de Maranga. Imagen: Long Zuo-Mengdan Liu. |
El problema de fondo es que los sitios arqueológicos tienen cero valor económico, mientras que al lado hay un valor que está creciendo exponencialmente: el valor del terreno. En esa lógica lo único que tiene que pasar para que este espacio pase a tener mucho valor y poder lucrar, es que desaparezca la huaca. Por eso en muchos lugares se está destruyendo el patrimonio arqueológico.
A alguna gente no le va a gustar mezclar lo económico con patrimonio
Lo que estos profesionales proponían era ver qué pasa si este valor económico no es privado sino en beneficio de la ciudad. Y transformarlo en espacio público productivo ya es un valor económico, y la gente después lo empieza a defender. Y si hay gente que depende de actividades vinculadas al sitio, más todavía.
¿Cómo ves Lima a futuro en relación con sus huacas?
Yo creo que la gran oportunidad que tiene Lima en relación con sus huacas es conservarlas, pero haciéndolas parte de la ciudad. No conservarlas como museos, salvo algunas excepciones, por supuesto. Si cambiamos el enfoque del patrimonio como algo exclusivo y lo transformamos en algo inclusivo, se abren muchas puertas. Inclusivo en más modos de los que se dan ahora, con estas iniciativas…
Como cine en tu huaca…
Sí, eso está súper bacán pero no es suficiente. Por ahora, esas iniciativas se sienten como “les damos permiso para hacer esto”.
¿Quieres decir que te imaginas a las huacas sin rejas?
Sí, como existen en muchas partes del mundo. O con una ampliación de un área de protección pero incluyendo actividades dentro de ella. No separando “adentro” y “afuera” de la huaca. No es fácil de hacer por el tema de la preservación del patrimonio pero no es imposible.
Difícil quitar las rejas
Cuando yo digo quitarle las rejas no quiere decir que súbitamente todo el mundo suba a las huacas y dañen el patrimonio. Quiero decir que hay otras maneras de proteger el patrimonio, haciendo que sea partícipe del imaginario urbano. Si estos lugares los sentimos como de todos, todos vamos ahí a hacer algo, y ese algo es más que un cine, entonces…
¿Andenería contemporánea? LUM, Lugar de la Memoria. Foto: JLizarzaburu. |
Eso. Aseguras su protección. En un espacio público bien utilizado su protector no es el policía, es la gente misma. El control social es una regla básica del urbanismo. Si llegamos a eso, que la protección de los sitios arqueológicos esté basada en la comunidad, habremos ganado.
¿Cómo así?
Yo creo que si se mantiene la dinámica natural que hay entre los sitios arqueológicos, como la conectividad visual entre ellas, y a eso le añadimos una continuidad de uso, entonces si la gente llega a asociar ‘espacio público’ con ‘huaca’, ahí Lima va a cambiar completamente. Y hablo de su imaginario, no solo de su fisonomía.
¿Tienes algo específico en mente?
Una actividad posible es la de los equipamientos locales. En Mateo Salado, por ejemplo, si se instala un mercado con productos que se cosechan localmente, sacas las rejas y pones otro tipo de protección menos excluyente - pero siempre protegido - y tienes el mercado dentro del sitio y se le da una denominación de origen, y comienzas a tener actividades económicas, que se pueden mezclar con actividades culturales, comienzas a tejer una serie de actividades vinculadas a los vecinos que solo se van a dar en las huacas.
Entonces volvemos a un tema común: autoridades con visión
Sí. Con la ley 1198 que rechazó el Congreso esta ley sin precisiones era muy peligrosa. Pero también podía ser muy beneficiosa para el patrimonio. Por eso no bastaba la ley. Hay que tener buenos ejemplos y saber qué quieres hacer con tu patrimonio.
¿Como Pucllana?
Lo de Pucllana es un ejemplo, pero no puedes llenar las huacas de restaurantes. Para buscar estos buenos ejemplos hay que empezar a generar ideas. Eso se puede hacer desde el ministerio de Cultura, ayudando a definir escenarios de lo que puede pasar con esta ley. Es la única manera de evitar que eso sirva para convertir las huacas en Disneylandia, o en pretexto para negocios sin beneficio para la comunidad.
¿Qué nos falta?
Quizás decir que Lima es una ciudad con muchísimas posibilidades. Una de ellas es el patrimonio arqueológico, si es que llega a ser parte del imaginario de todos. Si es como museo, no va a cambiar la ciudad. En Lima cualquier acción que prevea generación de espacio público, o creación de amabilidad hacia la ciudad, ya es un paso adelante. …….
Nota: este viernes 26 los amigos del grupo Salvemos las Huacas organizan un debate sobre el futuro de las huacas en la ciudad. La invitación es para todos.
Afiche del evento organizado por Salvemos las Huacas. |
Información sobre el evento del grupo Salvemos las Huacas, haga clic aquí.
Link a la página web del estudio Barclay-Crousse.