martes, 16 de febrero de 2016

​PACHACAMAC y su nueva huaca. Las entrevistas...

Una de las terrazas del edificio diseñado por Llosa y Cortegana. Foto: JLizarzaburu.
Tal como se anunció en la nota publicada por Caretas la semana pasada, hoy publicamos las entrevistas que se usaron para armar ese artículo: con la directora del Santuario de Pachacamac, Denise Pozzi-Escot, y con el arquitecto Rodolfo Cortegana, de la firma Llosa-Cortegana, responsables del diseño de este proyecto. También publicamos un álbum de fotos, con algunas imágenes adicionales del lugar.

Directora del Santuario de Pachacamac, Denise Pozzi-Escot. Foto: JLizarzaburu.
Denise, ¿qué significa para ti este nuevo museo?
Nos dice que ahora podemos mostrar al mundo que estamos en condiciones de conservar nuestro patrimonio, y con una galería de nivel internacional. Que todo el trabajo que estamos haciendo en el santuario va a tener un lugar donde guardar todos los hallazgos importantes.

¿Una de tus piezas favoritas?
Sin lugar a dudas mi pieza es el ídolo. Aquí todo lo que hacemos siempre se hace dejándole una ofrenda a Pachacamac. Es como nuestro protector y nosotros estamos haciendo todos los esfuerzos para que esta huaca vuelva a tener la importancia que tuvo.

El ídolo ya se exhibía en el museo anterior. Qué ha cambiado
Está en condiciones distintas porque ahora, por primera vez, ha sido instalado en medio de una serie de ofrendas que hemos hallado en el sitio. Porque los peregrinos llegaban a dejar sus ofrendas.

¿Qué se verá ahora que no se había visto antes?
Lo que los visitantes van a poder apreciar no son piezas individuales como era antes, sino conjuntos de ofrendas. Por ejemplo, en una de las vitrinas más grandes hay 90 vasijas que fueron encontradas todas en una misma ofrenda. Y esta es una ofrenda espectacular que no se encuentra como tal en ningún museo del país.

El histórico ídolo de Pachacamac en su nueva instalación. Foto: JLizarzaburu.
¿Cuánto se ha excavado del sitio a la fecha?
Aproximadamente uno 20%. Hay mucho por hacer todavía.

Después de 100 años de trabajos en Pachacamac, el sitio todavía se ve a medio excavar. Una lectura inmediata es que históricamente los gobiernos no han tratado el sitio a la altura que le corresponde.
Ese es un punto que siempre me enfrenta a mis colegas, porque los arqueólogos también somos responsables. Hubo épocas que los directores del sitio hacían muy poco, tenían poco compromiso o no tenían la energía para hacer las cosas. Nosotros poco a poco hemos demostrado que es importante porque hay resultados. O sea va de los dos lados, porque el Estado puede decir para qué te doy cinco millones si no hay resultados.

¿Qué presupuesto tienes al año?
Nosotros tenemos cerca de 2.5 millones de soles, para todo el santuario.

¿Cuánto debería ser para que los trabajos de puesta en valor cobren fuerza?
Yo creo que con cinco millones podríamos avanzar más en la protección y conservación del sitio.

El museo Penn, en Estados Unidos, tiene 12.000 piezas que llevó Max Uhle. ¿Hay alguna intención ahora de reclamar algo de ese material?
Estoy empezando conversaciones con instituciones que tienen piezas que salieron de Pachacamac, dentro y fuera del país, porque nos gustaría iniciar procesos de intercambio.

Textil hallado en una de las ofrendas. Foto: JLizarzaburu.
¿Cómo te sientes con el hecho que en unos años aquí al frente se va levantar el MUNA (Museo Nacional de Arqueología)? 
En realidad se trata de dos propuestas totalmente diferentes. Este es un museo de sitio donde hay información sobre el sitio. El MUNA está pensando con una visión amplia de todo el país. Además, me gustaría señalar que si el museo de Pachacamac se completó y se abre al público es gracias a que finalmente hubo decisión y voluntad política, y eso es gracias a la ministra Álvarez Calderón.

¿Y qué te dice a ti esta nueva estructura?
Uno de los valores excepcionales de Pachacamac es su continuidad arquitectónica. Y yo creo que este edificio es parte de esa continuidad. La idea central es que el lugar recobre su esplendor, ya no como centro de peregrinación sino como un punto de referencia para nuestra historia e identidad.

¿Pasa a convertirse en huaca entonces?
Pasa a ser otra huaquita dentro de este santuario. Sí. Una huaca del siglo XXI.

Si te proyectas al futuro, ¿qué te gustaría que tus nietos vean aquí?
Que el sitio esté bien conservado, que tengamos mucho más que mostrar y que el visitante pueda tener una lectura más fácil del sitio que hoy. Porque es cierto que hoy es difícil entender esta ciudad sagrada, y a veces no se puede ver todo. Por eso quiero que los arqueólogos sigamos trabajando en la puesta en uso social del santuario.

Sandalias de algodón, talla 42, hallada en una de las ofrendas. Foto: JLizarzaburu.
La dupla de arquitectos Patricia Llosa y Rodolfo Cortegana, considerados entre los mejores de su generación, han sido los responsables del diseño del edificio. Aquí conversamos con el segundo de ellos.

Patricia Llosa y Rodolfo Cortegana, arquitectos. Foto: Llosa-Cortegana.
Rodolfo, ustedes ganaron el concurso para este museo hace 10 años
Así es. Exactamente con el mismo diseño.

Y diez años después, ¿la propuesta sigue vigente?
Nosotros somos muy autocríticos y creemos que la pieza se sostiene, porque siempre estuvo relacionada a aspectos que tenían que ver con el santuario, con la arquitectura prehispánica, con el territorio, con el paisaje…

¿Cómo describes el estilo del edificio?
No es un estilo. Es un edificio que responde a circunstancias específicas, además que está más enterrado, tiene menos impacto visual.

Hay una evidente inspiración prehispánica
Total. Hay una relación con esa arquitectura que se ve, por ejemplo, en que el muro articula la arquitectura. Aquí no hay estructuras con palitos, ni pilastras ni otros elementos. Hacemos una arquitectura con muro. Y en Pachacamac el muro define el santuario.

Entrada al museo con alero en ocre. Foto: Juan Solano.
¿Y de qué otras maneras podemos identificar en el museo esta inspiración prehispánica?
Como parte de la investigación leímos mucho, como la posición de María Rostworowski sobre la relación telúrica del lugar con el Cristo de Pachacamilla, y el edificio tiene un quiebre que pasa por el medio. El techo en ese sector hace un diseño de quiebre de territorio pintado en ocre, y desde donde ves el templo del Sol.

A propósito, el museo es muy austero en términos de color
Sí. Es difícil manejar el color, y termina siendo una decisión personal. Además que el territorio lo amerita, que haya una austeridad en general, que es tangible también. El proyecto ha costado menos de 10 millones de soles.

¿Qué materiales han usado? 
Básicamente el concreto armado y el ladrillo prefabricado de concreto.

¿Por qué no se usa el adobe?
Porque es muy difícil. Los ingenieros calculistas no pueden garantizar su resistencia en caso de un sismo. Lo pueden reforzar, pero termina costando demasiado para algo que debe ser modesto.

Uno de los ángulos del nuevo museo. Foto: Juan Solano.
¿Cuál dirías que es un sello distintivo de este museo?
Diría que es la relación con el entorno arqueológico. Tienes el muro, la rampa, la escala, todos elementos prehispánicos pero con una gramática contemporánea.

Hay otros museos de los últimos años que comparten con el tuyo una sensibilidad prehispánica, como la Señora de Cao y el LUM. Parece que hay algo que ha cambiado en esta generación que permite otra mirada 
Creo que es una sensibilización que tú sabes que está pasando desde hace unos años con lo prehispánico, y que ahora es más natural hablar de Lima prehispánica. En el caso de esos ejemplos hay coincidencias en el material. No es que tengamos el mismo estilo, pero debe haber más similitudes. Son puestas en escena totalmente distintas.

¿Lo han construido para la eternidad?
Nunca pensamos en eso cuando diseñamos. Pero es verdad que cuando te dicen que Pachacamac tuvo una serie de edificios a lo largo de los años y que tú vas a levantar uno, ahí, al costado, ¡imagínate!, muy potente.

En 500 años ¿ves el museo ahí todavía?
Pensamos en eso cuando nos dimos cuenta que este va a ser el último edificio que va a habitar el santuario. Me gustaría pensar que en el futuro habrá una mayor consciencia respecto al patrimonio, y si es así ya no habrá una carretera que corte el santuario en dos, como sucede ahora. El museo podría verse como un elemento de una época que no rompe la continuidad con los edificios más antiguos. Y no creo que le vayan a construir nada más, porque su escala es final y ya está establecida.

Nuevo museo de Pachacamac. Parte lateral hacia las oficinas. Foto: JLizarzaburu.
Vea aquí el album de fotos.
Más información sobre la Colección Pachacamac en el Penn Museum, Estados Unidos.

5 comentarios:

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  2. Magnífica arquitectura integrada a su medio, excelente museografía, hoy Pachacamac cuenta con un museo a nivel de la importancia del sitio. Mas importante aún en este logro es el liderazgo de Denise, que la esperamos de futura Ministra de Cultura, y con el presupuesto que se acerque al que debiera corresponder a la magnitud del patrimonio cultural del país.
    Preocupa sin embargo la propuesta ubicación del nuevo Museo Nacional: humedad y salitre, expuesta a potenciales sunamis, y ciertamente podría reducir el número de visitantes al santuario y su museo, salvo para aquellos que estén dispuestos a ir por dos dias consecutivos.

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  3. Candidata a ministra, seguro! y lo del MUNA esperemos que por fin podamos tener el museo que se merece el país.

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  4. Estimado Javier : me perdonas que te tutee? Recién veo este post sobre el museo de sitio de Pachacamac y tengo que elevar una crítica más ( ya debes estar cansado) a la tendencia de diseñar estos museos en base a un estilo casi minimalista y en concreto cara vista y cemento. Si el diseño puede ser bueno en otro contexto, cuanto responden a su época contemporánea, no lo es en cuanto al sitio escogido y su ubicación. Comprendo al alegría de la directora al culminar este anhelado recinto que era imprescindible, pero de allí a declararlo obra fundamental e imperecedera es demasiado, como lo son las voces para declararla futura ministra (bueno en realidad cualquiera es mejor ministro que la actual). Para este conjunto de Pachacamac se debió elegir un diseño mas de acorde con la construcción del sitio esto es de adobe y de muros fuertes gruesos y suaves como el barro. Es una gran mentira que los ingenieros no sepan calcular bien ya que en la PUCP hay un programa destinado a mejoramiento del adobe y es baratísimo incluso incluyendo preservantes, etc. O manifiesta una gran ignorancia impropia de ser el “mejor arquitecto de su generación” (si así es él, como serán los otros? ) Me parece el colmo de la ignorancia del arquitecto Cortejana cuando declara por defender su obra que la construcción en barro y adobe es cara y no perecedera (tenemos paredones de barro en el Chillón de más de cinco mil años atrás y muy bien conservados) cuando no es tal y es mucho mejor, lo que pasa es que no esta acostumbrado o no sabe trabajar (es lo más probable porque eso no enseñan en las escuelas) en esos materiales. Ya el 2002 Burga y Barclay hicieron varias construcciones en adobe ( una de ellas el hotel los horcones) hermosas y adecuadas al entorno en Túcume y componiendo con la “gramática” del lugar, la escalera , los bloques de barro , los horcones de huarango (otra falla garrafal del arquitecto , al decir que no hay postes ni pilastras si es lo típico de la costa nuestra , otra cosa es que no le guste o no sepa manejarlos (de nuevo lo más probable) ya que la inclusión de un elemento frio y duro como es el cemento filudo y agresivo , se contrapone al entorno suave , grueso y amable del barro y esto también se aplica al LUM y al museo de Cao diseñado en medio del desierto por una arquitecta poco conocida que lo que ha hecho es desplegar biombos plegables de cemento como cartones de piedra que no significan como museo ni son amigables con el visitante ) Y puede ser permanente como sugieres al final ya que lo que han hecho es momificar en cemento la tradición pachacamense.

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  5. En mi anterior comentario equivoque el nombre de la arquitecta pareja del A° Burga que es Rossana Correa. ambos han realizado numerosas obras muy importantes privadas y publicas en el norte en adobe, barro y huarangos sin ser mas caras que las convencionales en elfrio , y duro cemento.

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