miércoles, 10 de febrero de 2016

Cómo un distrito gestiona agua para sus áreas verdes usando un canal prehispánico: San Borja

Uno de los pocos sectores del canal Surco que quedan a tajo abierto. San Borja.
Foto: JLizarzaburu (hacer clic sobre las imágenes para ampliarlas).
“San Borja depende absolutamente del canal Surco. Sin sus aguas, el distrito no tendría nada verde”, asegura Elmer Linares, asesor de la municipalidad en temas de gestión ambiental. Exagera un poco pero sabe de lo que habla. 

El canal riega el 66% de las áreas verdes de este distrito, a un costo mucho más barato, más eficiente y más sostenible que las otras fuentes de agua para regadío.

San Borja es un caso tipo de cómo varios distritos de la capital gestionan los recursos hídricos para mantener sus áreas verdes.

Vivimos en el desierto. Aquí no llueve y cada parque es producto de la intervención humana, y a un costo. Por eso los canales de irrigación, en este caso el canal Surco, siguen siendo hoy la mayor fuente de agua para el regadío de esas zonas.

SAN BORJA Y LA CIUDAD

En total, 83 parques de este distrito verde y deportivo son regados con aguas de un canal que se empezó a construir hace unos 2.000 años. En promedio, cada vecino de San Borja tiene 12 m2 de área verde, cifra superior al promedio para Lima Metropolitana, que es de 3.7m2.

San Borja es uno de los cinco distritos con más cantidad de área verde de Lima, que incluye a Miraflores, San Isidro, La Molina. Esta situación no es regalo de la naturaleza. Es consecuencia del trazo original del sistema prehispánico, que los distritos continúan usando.

Los cinco distritos con más áreas verdes de Lima. Imagen: MSB.
Por ejemplo, uno de los sectores más emblemáticos es el que rodea al Pentagonito. Según Linares, hasta 2003 no solo nadie usaba esta zona para sus ejercicios, sino que existía orden de disparar. Estaba prohibido caminar por ahí o usar sus alrededores.

Es en esos años que la autoridad municipal, con una visión diferente del espacio, ofrece hacerse cargo del mantenimiento de sus áreas verdes y, poco a poco, el aspecto y la personalidad del lugar empezaron a cambiar.

CAMBIO DE ENFOQUE TRANSFORMÓ LA ZONA

Se construyeron parques, se instalaron máquinas para hacer deportes y se crearon circuitos. Pero también se cerraron canales. “Al recuperar espacio se enterró el canal, frente a la puerta principal del Pentagonito”, señala Linares, reconociendo que la actitud de las autoridades no los tenía en cuenta porque se veían como "algo sucio y peligroso".

La Comisión de Regantes Surco, el ente oficial que rige el manejo de los canales Surco y Huatica, asegura que el 90% de las áreas verdes de Lima centro son regadas con aguas de este sistema de irrigación. San Borja es un caso típico de cómo un distrito se beneficia de acceso a un recurso escaso, que sin embargo es barato y sostenible.

Elmer Linares, ingeniero agrónomo, asesor de la municipalidad de San Borja
en temas medio ambientales. Foto: JLizarzaburu.
Para ponerlo en números: el 13.4% de la superficie del distrito son áreas verdes. De este porcentaje, los parques públicos representan el 48%.

El distrito gasta anualmente S/. 6´391.000 en regar 1´351.000m2 de áreas verdes. Estos gastos incluyen los costos de operarios, supervisores, herramientas, combustible, mantenimiento, además del costo del agua.

Como se ve en el siguiente cuadro, las aguas del Canal Surco riegan el 66% de las áreas verdes y su costo representa el 15% del presupuesto anual que tiene la municipalidad para este fin. El agua de cisternas proviene de pozos, y toma el mayor porcentaje de ese presupuesto, 57%. Sedapal solo riega el 9% de zonas verdes, pero representa el 28% y su costo por m2 es mucho mayor que los otros dos.
Fuente: cuadro generado a partir de información oficial de la municipalidad de San Borja. En lo referido al Canal Surco
el costo del agua, dentro de los S/.959.000, es de tan solo S/.200.000.
Según el asesor municipal, sin el beneficio que reciben del canal Surco sus costos de agua para regadío estarían por encima de los 10 millones de soles. En el caso de Sedapal, el agua no solo es cara. Es agua potable, que las autoridades quieren dejar de usar para este fin.

La presión por el verde es grande. Los vecinos quieren parques, bermas, esquinas con plantas. Y el costo de eso es alto. Nadie debería estar usando agua potable para esos fines, razón por la cual hay un creciente interés en un manejo más sostenible del recurso.

En el caso de San Borja la visión ha ido cambiando en los últimos 10 años. “Por su costo bajo se requiere repotenciar el uso de las aguas del canal Surco”, asegura Linares. La visión de este distrito ahora es recuperarlos como espacio dinamizador y potenciarlo como espacio público, y abrir aquellos que fueron cerrados.

Quién diría que el futuro medioambiental de Lima, una de las ciudades más vulnerables al cambio climático y con uno de los mayores niveles de estrés hídrico, depende ahora más que nunca de cómo gestionemos estos canales de irrigación, herencia milenaria de los antiguos limeños.

Sector alrededor del Pentagonito, donde hace solo 10 años estaba prohibida la
presencia de personas bajo órdenes de disparar.  Hoy es un centro deportivo al
aire libre, que se beneficia de las aguas del canal Surco. Foto: JLizarzaburu.

2 comentarios:

  1. Es importante difundir cuando las áreas verdes de la comunidad beneficia a sus residentes, sobre todo utilizando el agua de los canales pre hispánicos. En especial en distritos como San Borja, a la que la visita una pequeña cantidad de población flotante.

    Algunos ciudadanos del distrito de Miraflores debemos compartir nuestras áreas verdes con una población flotante de 600,000 personas diariamente (somos 85,000 residentes).

    La comuna miraflorina afirma que disfrutamos en promedio de 13,18 m2 de áreas verdes por persona. ¿Pero acaso la población flotante no respira?, en determinados barrios la real relación con la justas llega a 3 m2/h.

    ¡Quizá la comuna debería incrementar las áreas verdes para ofrecer una mejor calidad de vida!.

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    1. Así es, Fátima. Un manejo de adecuado de un recurso escaso lleva a una gestión eficiente del territorio. Esa es también la 'lección' que dejaron esos antiguos limeños.

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